Capítulo 1: Cómo hablar con Dios aprendiendo a orar paso a paso: (Mateo 6:5 al 8) Cuando oren, no sean como los hipócritas, que les gusta pararse en las sinagogas y en las esquinas de las calles a orar en voz alta para que los vean. Les digo la verdad: ellos ya han recibido su recompensa.

 

Algunas personas, especialmente los líderes religiosos, querían que los vieran como "santos", y la oración pública era una de las maneras que empleaban para lograrlo.

 

Jesús vio más allá de sus actos de justicia propia y enseñó que la esencia de la oración no radica en lo que se dice (ni cómo ni dónde), sino en la comunicación con Dios. Es válido orar en público, pero orar solo donde vamos a ser vistos es una indicación de que nuestra audiencia verdadera no es Dios.

 

Pero tú cuando ores, entra a tu cuarto, cierra la puerta y habla con tu Padre. Así recibirás recompensa de tu Padre, porque él ve todo lo que se hace en secreto.

 

Cuando oren, no alarguen demasiado su oración. No hagan como los que no conocen a Dios, que creen que porque hablan mucho Dios tendrá que hacerles caso. No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan, incluso antes de que se lo pidan.

 

Algunas personas piensan que repetir las mismas palabras una y otra vez, como un encantamiento, hará que Dios les oiga. No es erróneo acercarnos a Dios con la misma petición; Jesús nos anima a que elevemos oraciones persistentes. Pero condena las repeticiones triviales que no se elevan con un corazón sincero. Nunca se ora demasiado si nuestras oraciones son sinceras.

 

Generalmente encuentro que las personas se preocupan mucho a la hora de orar. Las preguntas más frecuentes especialmente de aquel que sinceramente quiere orar, son: ¿Cómo debo orar?,¿Hay alguna fórmula que me garantice que Dios me responderá? ¿Qué palabras debo usar?

 

A veces nosotros complicamos algo que nuestro Señor quiere que sea sencillo, tanto como la conversación de un niñito con su padre. ¿Te imaginas la conversación de un padre con su hijito utilizando términos complicados y teológicos? Seguramente que no.

 

Allí podrás escuchar palabras de mutua admiración, pero muy sencillas, tales como: “Papito. ¡te amo!”   ”¡Te quiero hasta las estrellas!”  ”¡Hijito eres hermoso!”… “Te quiero mucho, mucho… ¡ven y abrázame!”. Esa es la clase de conversación que nuestro Padre Dios quiere que aprendamos.

Veamos a leer (Mateo 6:6) “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”

 

En esta primera enseñanza veremos que hay algunas características. Teniendo en cuenta que básicamente la palabra orar significa hablar con Dios. En otras palabras, conversar con mi Padre es charlar/platicar con Él.

 

1. “Entra en tu aposento” debemos apartar un tiempo especial para estar con Dios de manera privada donde si es posible nadie nos interrumpa. Por ello continúa diciendo y cerrada la puerta”

 

2. Luego que estamos allí dice:” Ora a tu Padre”,habla con El allí en lo secreto, es donde podemos abrir nuestro corazón, hablar espontáneamente como nos vayan saliendo las palabras de nuestro corazón y expresar como nos sentimos con toda confianza.

 

Porque Dios se encuentra allí…en el lugar secreto, como una persona más real que cualquier persona física. Así que debemos ser muy sinceros y aún confiarle las cosas que no nos atreveríamos a decirle a nadie. Él nos garantiza guardar nuestros secretos.

 

Podemos hablar con confianza, por momentos llorar, o tal vez descargar nuestras frustraciones contándole como nos sentimos…contar todo, no importan las palabras.

 

No hay fórmulas, sólo hablarle con el corazón. A medida que lo hacemos sentiremos que una gran carga va saliendo de nosotros y la paz de Dios comienza a inundar nuestro corazón.

 

Iremos pasando por momentos alternativos en nuestras emociones; lloraremos, pero también reiremos, sentiremos paz, gozo y le daremos gracias.

 

Por momentos nos quedamos en silencio para escucharle a Él.

 

Orar no es un monólogo sino un diálogo, donde Él nos susurra por el Espíritu Santo sus palabras de ánimo y consuelo. La mayoría de las veces serán textos bíblicos que nos traerá a la memoria, o nos llevará a buscar en la Biblia, que siempre debemos tener con nosotros en el tiempo de

oración.

 

Así que recuerda lo que debes llevar contigo a tu aposento privado: La Biblia, para leer antes de orar o consultar mientras horas. Cuaderno y lápiz, para anotar tus peticiones y lo que el Espíritu Santo te hablare cuando converses con Dios.

 

3. “Y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”

Toma nota de la promesa de Dios. Él te recompensa públicamente a los que pasan tiempo con El en lo secreto (privado) o mejor, en intimidad con El. Es Su promesa y seguramente El no faltará en cumplirla.

 

¿No te parece que orar es algo maravilloso? La verdadera oración jamás se hace en vano. Siempre produce resultados, genera una respuesta de parte de Dios.

 

¡¡Adelante!! Te invito a continuar con el Capítulo 2: En nuestra primera enseñanza de APRENDIENDO A ORAR, nos introdujimos en algunas características importantes acerca de la oración.

 

También aquí podemos usar el ejemplo de lo que sucede en la vida natural. Luego de los primeros meses de su nacimiento y poco a poco mientras va creciendo un bebé, comienza a agregar palabras a su vocabulario.

 

(Juan 3:3) Jesús le respondió: Te digo la verdad: el que no nace de nuevo, no puede tener parte en el reino de Dios. ¿Qué sabía Nicodemo acerca del Reino? Por las Escrituras sabía que Dios lo regiría, que lo restauraría en la tierra y que pertenecería al pueblo de Dios.

 

(juan 3:16) Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo único para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. "Creer" es más que una reflexión intelectual de que Jesús es Dios.

 

Significa depositar nuestra confianza en El, que es el único que nos puede salvar. Es poner a Cristo al frente de nuestros planes presentes y nuestro destino eterno. Creer es confiar en su palabra y depender de El para cambiar. Si nunca ha confiado en Cristo, haga suya esta promesa de vida eterna y crea.

 

Jesús reveló a su devoto fariseo que el Reino sería para todo el mundo no solo para los judíos, y que Nicodemo podía pertenecer a él si personalmente nacía de nuevo.

 

(juan 3.5) Jesús respondió: Te digo la verdad: el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar al reino de Dios. "De agua y del Espíritu" quizás se refiera (1) al contraste entre el nacimiento físico (agua) y el nacimiento espiritual (Espíritu), o (2) a ser regenerados por el Espíritu y renacidos por el bautismo. El agua también podría representar la acción limpiadora del Espíritu Santo de Dios.

 

Sin duda, Nicodemo debe haber estado familiarizado con las promesas de Dios. Jesús explica la importancia del nuevo nacimiento espiritual, manifestando que no entraremos al Reino por ser buenos, sino por experimentar ese nuevo nacimiento.

 

Este era un concepto revolucionario: el Reino es algo personal, no nacional ni étnico, y para entrar en él se requiere arrepentimiento y renacimiento espiritual.

 

Jesús más tarde anunció que el reino de Dios está en el corazón de los creyentes mediante la presencia del Espíritu Santo. Su pleno cumplimiento será cuando Jesús regrese a juzgar al mundo y destruya para siempre al maligno.

 

Cuando entregamos nuestra vida a Jesucristo y nacemos otra vez, comenzamos espiritualmente una nueva vida y como niños recién nacidos. solo dominamos una que otra palabra, pero a medida que pasa algún tiempo vamos agregando muchas otras palabras. Porque a medida que progresamos en la oración vamos aprendiendo a abrir nuestro corazón al Padre y confiarle todo lo que hay en él.

 

Por otra parte, paralelamente, estamos leyendo la Biblia día a día, especialmente los Evangelios y Salmos y vamos conociendo más la persona de nuestro Padre Dios, Su carácter Santo, Su amor y misericordia por nosotros. Dios se nos revela en las Escrituras como un Padre de amor que quiere lo mejor para nosotros.

 

Que generalmente nosotros no entendamos nuestras circunstancias no quiere decir que Dios se haya olvidado de nosotros o que no nos escuche. Muy por el contrario.

 

EL SIEMPRE NOS ESCUCHA Y QUIERE LO MEJOR PARA NOSOTROS. ¡No te olvides de esto!;” Sabemos que Dios va preparando todo para el bien de los que le aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo con su plan”.

 

(Romanos 8:28) Sabemos que Dios obra en toda situación para el bien de los que lo aman, los que han sido llamados por Dios de acuerdo a su propósito.

 

Dios hace posible que "todas las cosas", no solo incidentes aislados, redunden en nuestro bien. Esto no significa que todo lo que nos pasa es bueno.

Lo malo sigue prevaleciendo en nuestro mundo caído, pero Dios es capaz de cambiar todas las circunstancias a nuestro favor. Tenga presente que Dios no está ocupado en hacernos felices, sino en cumplir sus propósitos.

 

Note asimismo que esta promesa no es para todos. Es solo para los que aman a Dios y forman parte de los planes divinos. Los "llamados" son todas los que el Espíritu Santo convence y permite que reciban a Cristo.

 

Estas personas tienen una nueva perspectiva, una nueva mentalidad en la vida. Confían en Dios, no en los tesoros de la vida; buscan su seguridad en el cielo, no en la tierra; aprenden a aceptar el dolor y la persecución, no a lamentarlos, porque Dios está con ellos.

 

“El SEÑOR te guiará siempre; te saciará en tierras resecas, y fortalecerá tus huesos. Serás como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan”. (Isaías 58:11)

 

A continuación, veremos algunos consejos sencillos para cuando ores: Debes dirigirte al Padre en el nombre de Jesús. “Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo”. Yo haré lo que pidan en mi nombre. (Juan 14:13 y 14)

 

Cuando Jesús dice que podemos pedir lo que sea, debemos recordar que nuestra petición debe ser en su nombre; es decir, de acuerdo con el carácter y la voluntad de Dios.

 

Dios no concederá peticiones contrarias a su naturaleza o a su voluntad, y no podemos usar su nombre como fórmula mágica para satisfacer nuestros deseos egoístas. Si seguimos a Dios con sinceridad y procuramos hacer su voluntad, nuestras peticiones estarán en línea con lo que El desea y las concederá.

 

Esto es muy importante. No comenzamos de cualquier manera y con cualquier frase, sino que objetivamente, nos presentamos al Padre como hijos. ¡Qué gran privilegio! (Juan 1:12 y 13) Pero a los que lo aceptaron y creyeron en él, les dio el derecho de ser hijos de Dios. Son hijos de Dios, pero no por nacimiento físico; no tiene que ver con ningún acto ni deseo humano. Son hijos suyos porque Dios así lo quiere.

 

Todos los que aceptan a Cristo como Señor de sus vidas renacen espiritualmente y reciben nueva vida de Dios. A través de la fe en Cristo, este nuevo nacimiento nos cambia desde adentro, reacondicionando nuestras actitudes, deseos y motivos.

El nacimiento hace que uno esté vivo físicamente y permite ser parte de la familia. Al nacer de Dios, formamos parte de su familia. ¿Ha pedido que Cristo le haga una nueva persona? Este nuevo comienzo está a disposición de todo aquel que cree en Cristo.

 

Cómo hablar con Dios, aprendiendo a orar paso a paso: Puedes hacerlo, por ejemplo, con una frase como esta: “Amado Padre, vengo a Ti en el nombre de Jesús.”  o “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu nombre, en el nombre de Jesús vengo a Ti.”

 

Puedes hacerlo con diferentes palabras, pero el concepto es: “Vengo a Ti en el nombre de Jesús”. Esa es tu garantía de ser escuchado siempre.

 

Primero alaba a Diospor todo lo que Él es. Y también por todo lo que hace por ti. Si no sabes bien cómo hacerlo, te puede ayudar leer en voz alta los primeros cinco versos del (Salmo 103)

 

“Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre. Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias” Él salva tu vida de la muerte; te corona de fiel amor y compasión. Te bendice en abundancia, te rejuvenece como el águila cuando muda el plumaje.

 

La alabanza de David se centró en los actos gloriosos de Dios. Es fácil quejarse de la vida. Sin embargo, la lista de David nos da muchas cosas por las que debemos alabar a Dios: perdona nuestras iniquidades, sana nuestras dolencias, nos rescata de la muerte, nos corona de favores y misericordias, sacia de bien nuestra boca y nos hace justicia y derecho.

 

Recibimos todas estas cosas sin merecer ninguna de ellas. Por difícil que sea su vida, siempre podrá contar sus bendiciones pasadas, presentes y futuras.

 

Cuando se sienta como si no tuviera nada por lo que alabar a Dios, lea la lista de David. y luego ora dando gracias a Dios por todos sus beneficios con tus propias palabras tal como lo hacía el salmista David.

 

Pide por tus necesidades, llévalas delante de Dios; no las des por sobreentendidas. Sí, Dios lo sabe todo, pero a Él le agrada escucharte describir cada aspecto de tu vida, que le cuentes tus necesidades.

 

Te recuerdo, no es importante qué palabras uses, eso no debe preocuparte. Como un niño no se preocupa si está usando términos “correctos” cuando corre a los brazos de su Padre, sólo abre sinceramente tu corazón.

 

Ora por tu familia. Pide por cada uno brevemente según sus necesidades y por otras personas que quieres que conozcan a Dios, etc. Dedica siempre un tiempo de tu oración a las necesidades de otros.

 

Concluye siempre tu tiempo de oración diciendo: “…en el Nombre de Jesús…amén!”ó diciendo: “Gracias Padre porque tengo seguridad que me has oído porque he orado a Ti en el Nombre de Jesucristo tu Hijo amado.”

 

¡Y para despedirnos de esta sección recuerda que SOLO LA ORACION CAMBIA LAS COSAS! Así que adelante, espera grandes cosas de Dios.

 

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-----------------------------Pastor José Reina.-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

 

La Oración: "Me invocará, y yo le responderé...y le mostraré mi salvación"

(Salmo 91:15 y 16) El tiempo que empleamos con el Señor en oración, puede liberar el poder más dinámico y transformador de la historia que este mundo jamás haya conocido.

 

La Biblia describe diversas operaciones de la oración, pero en esta lección vamos a examinar la oración primero, como algo individual. Nuestra oración como un cuerpo unido, puede únicamente ser tan fuerte como el tiempo personal que pasemos con el Señor.

 

A. EL LUGAR SECRETO: "Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público" (Mateo 6.6)Hemos sido invitados a la oración íntima por el Mismo Señor. Esta clase de oración "secreta" presupone y asegura:

 

1) Los Motivos Correctos “Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa.” (Mateo 6:5)

 

2) Las Relaciones Correctas Con Dios Como Padre: (Lucas 11:11 al 13) Si un hijo suyo les pide un pescado, ¿le dan una serpiente en lugar de un pescado? O si les pide un huevo, ¿le dan un escorpión? Pues si ustedes, aun siendo malos, saben cómo darles cosas buenas a sus hijos, imagínense cuánto más dispuesto estará su Padre celestial a darles el Espíritu Santo a aquellos que le piden.

 

3) Una Confianza Verdadera En El Señor “Pero yo clamaré a Dios, y el Señor me salvará. Mañana, tarde y noche clamo angustiado, y él me escucha”. (Salmos 55:16 y 17)

 

Orar en la mañana, en la tarde y en la noche es sin duda una manera excelente de mantener prioridades legítimas a través de cada día. Las oraciones del pueblo de Dios son el arma principal en contra del mal que abruma al mundo.

 

4) La Dispersión De Los Asuntos Falsos (Marcos 7:6 y 7) “Él les contestó: Tenía razón Isaías cuando profetizó acerca de ustedes, hipócritas, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me adoran; sus enseñanzas no son más que reglas humanas.”

 

Hipocresía es pretender ser algo que no se es, sin tener intención de serlo. Jesús llamó a los fariseos hipócritas porque adoraban a Dios no porque lo amaran, sino porque les beneficiaba, los hacía parecer santos y fortalecía su posición social en la comunidad. Somos hipócritas si:

 

(1) damos más importancia a la reputación que al carácter, (2) cumplimos con rigor ciertas prácticas religiosas, pero dejamos que nuestros corazones se mantengan lejos de Dios, y (3) destacamos nuestras virtudes y los pecados de los demás.

 

A medida que expresamos nuestros sentimientos y problemas en nuestra conversación con Dios, podemos hacerlo en forma de adoracn: “Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán.

 

Mi alma se gloría en el Señor; lo oirán los humildes y se alegrarán. Engrandezcan al Señor conmigo; exaltemos a una su nombre. Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores”. (Salmos 34:1 al 4)

 

Dios promete grandes bendiciones a su pueblo, pero muchas de estas requieren nuestra participación activa. Nos librará del temor, nos librará de las angustias, nos defenderá, nos mostrará que es bueno, suplirá nuestras necesidades, nos escuchará cuando le hablemos y nos redimirá, pero nosotros debemos hacer nuestra parte.

 

Podemos apropiarnos de sus bendiciones cuando lo buscamos, clamamos a Él, confiamos en El, le tememos, cuidamos nuestra lengua y no engañamos,

nos apartamos del mal, hacemos lo bueno y buscamos la paz, somos humildes y le servimos.

 

Confesión: pero si confesamos nuestros pecados, Dios nos perdonará. Él es fiel y justo para limpiarnos de toda maldad. (1 Juan 1:9)

 

La confesión tiene el propósito de librarnos para que disfrutemos de la comunión con Cristo. Esto debiera darnos tranquilidad de conciencia y calmar nuestras inquietudes. Pero muchos cristianos no entienden cómo funciona eso. Se sienten tan culpables que confiesan los mismos pecados una y otra vez, y luego se preguntan si habrían olvidado algo.

 

Otros cristianos creen que Dios perdona cuando uno confiesa sus pecados, pero si mueren con pecados no perdonados podrían estar perdido para siempre. Estos cristianos no entienden que Dios quiere perdonarnos.

 

Permitió que su Hijo amado muriera a fin de ofrecernos su perdón. Cuando acudimos a Cristo, Él nos perdona todos los pecados cometidos o que alguna vez cometeremos. No necesitamos confesar los pecados del pasado otra vez y no necesitamos temer que nos echará fuera si nuestra vida no está perfectamente limpia.

 

Desde luego que deseamos confesar nuestros pecados en forma continua, pero no porque pensemos que las faltas que cometemos nos harán perder nuestra salvación. Nuestra relación con Cristo es segura. Sin embargo, debemos confesar nuestros pecados para que podamos disfrutar al máximo de nuestra comunión y gozo con El.

 

La verdadera confesión también implica la decisión de no seguir pecando. No confesamos genuinamente nuestros pecados delante de Dios si planeamos cometer el pecado otra vez y buscamos un perdón temporal. Debemos orar pidiendo fortaleza para derrotar la tentación la próxima vez que aparezca.

 

Si Dios nos ha perdonado nuestros pecados por la muerte de Cristo, ¿por qué debemos confesar nuestros pecados? Al admitir nuestro pecado y recibir la limpieza de Cristo:

 

(1) acordamos con Dios en que nuestro pecado es de veras pecado y que deseamos abandonarlo,

(2) nos aseguramos de no ocultarle nuestros pecados, y en consecuencia no ocultarlos de nosotros mismos, y

(3) reconocemos nuestra tendencia a pecar y nuestra dependencia de su poder para vencer el pecado.

 

Peticiones: “Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá”. (Mateo 7:7) Jesús nos dice que debemos persistir en nuestra búsqueda de Dios. No faltan las personas que se rinden después de algunos esfuerzos sinceros y concluyen que Dios no puede ser hallado.

 

Llegar a conocer a Dios demanda decisión y Jesús asegura que nuestros esfuerzos serán premiados. No se rinda en su afán por encontrarse con Dios. Siga pidiéndole más sabiduría, paciencia, conocimiento, amor y comprensión. Él se los dará.

 

B. CINCO MANDAMIENTOS RELACIONADOS CON LA ORACIÓN: 1) Velad Y Orad Siempre: "Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre" (Lucas 21:36)

 

Solo pocos días después que dijera a los discípulos que oraran para que fueran dignos de escapar de la persecución, Jesús mismo pidió a Dios que si era posible pasara por alto las agonías de la cruz.

 

No es normal querer sufrir, pero como seguidores de Cristo, estamos dispuestos a sufrir si al hacerlo contribuimos en la edificación del Reino de Dios. Tenemos dos promesas maravillosas que pueden ayudarnos cuando sufrimos: Dios siempre estará con nosotros y un día nos redimirá y dará vida eterna.

 

“Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben cuándo volverá el dueño de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga de repente y los encuentre dormidos. Lo que les digo a ustedes, se lo digo a todos: ¡Manténganse despiertos!” (Marcos 13:35 al 37)

 

Todo el capítulo trece de Marcos nos dice cómo vivir mientras esperamos la venida de Cristo: (1) No nos dejemos confundir por declaraciones confusas ni interpretaciones vanas de lo que ocurrirá.

 

(2) No debemos temer hablar a otros de Cristo, no debe importarnos lo que puedan decirnos ni hacernos. (3) Debemos soportar por fe y no sorprendernos de las persecuciones.

 

(4) Debemos estar moralmente alertas y obedientes a los mandamientos para vivir fundados en la Palabra de Dios. Este capítulo no se escribió para promover discusiones, sino para estimularnos a vivir de una manera recta para Dios en un mundo donde El casi no se tiene en cuenta.

 

2) Orad Para Que No Caigáis En Tentación: "Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" (Mateo 26:41)

 

3) Orad Por Obreros: "Y les decía: La mies a la verdad es mucha, más los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies" (Lucas 10:2)

 

Jesús envió treinta y cinco parejas para alcanzar las multitudes. No intentarían cumplir su tarea sin ayuda. En cambio, pedirían a Dios que enviara más obreros. Al llevar a cabo la obra de evangelización, sin duda querrá empezar de inmediato alcanzar a las personas inconversas.

 

Esta historia sugiere un acercamiento diferente: empiece por movilizar personas para orar. Y antes de orar por los inconversos, ore que otras personas interesadas se le unan para alcanzarlos.

 

En el servicio cristiano, no hay desempleo. Dios tiene trabajo más que suficiente para cada uno. No se siente atrás para mirar lo que otros hacen, busque la manera de tomar parte en la cosecha.

 

4) Orad Por Los Que Están En Autoridad: "Exhorto, ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad" (1 Timoteo 2:1 y 2)

 

El mandato de Pablo de orar por los gobernantes es digno de toda admiración, tomando en cuenta que por ese entonces el emperador romano era Nerón, un gobernante especialmente cruel (54-68 d.C.)

 

Cuando Pablo escribió esta carta la persecución era una amenaza creciente para los cristianos. Más tarde, cuando en el año 64 d.C. Nerón necesitó un chivo expiatorio para el gran incendio que destruyó una buena parte a Roma, culpó a los cristianos romanos para desviar la atención de sí mismo.

 

Luego la persecución se esparció por todo el Imperio Romano. No sólo se privó a los cristianos de ciertos privilegios en la sociedad, sino que algunos fueron públicamente muertos de manera cruel, quemados o echados a las fieras.

 

5) Orad Por Vuestros Enemigos: Bendigan a los que los maldicen y oren por los que los maltratan.  (Lucas 6:28)

 

C. CUANDO ORAR: La Biblia nos da muchos ejemplos de personas que oraban (1 Crónicas 4:10) “Jebes le rogó al Dios de Israel: Bendíceme y ensancha mi territorio; ayúdame y líbrame del mal, para que no padezca aflicción. Y Dios le concedió su petición”.

 

Jabes es recordado por un pedido de oración, más que por un acto heroico. En su oración, pidió a Dios (1) que lo bendijera, (2) que lo ayudara en su trabajo ("ensancharas mi territorio"), (3) que estuviera con El en todo lo que hiciera y (4) que lo guardara del mal y del daño.

 

Jabes reconoció a Dios como el verdadero centro de su trabajo. Cuando oramos por la bendición de Dios, también debemos pedir que Él tome su posición legítima como Señor sobre nuestro trabajo, nuestro tiempo en familia y nuestra recreación. Obedecerle en las responsabilidades diarias es heroico.

 

Jabes oró específicamente para ser protegido del mal y del daño. Vivimos en un mundo caído donde abunda el pecado, y es importante pedirle a Dios que nos mantenga a salvo del inevitable mal que sale a nuestro encuentro. Pero también debemos evitar los malos motivos, deseos y acciones que se originan dentro de nosotros.

 

Por lo tanto, debemos buscar no sólo la protección de Dios contra el mal, sino debemos pedirle que guarde nuestros pensamientos y acciones. Podemos comenzar a utilizar su protección al llenar nuestras mentes con pensamientos y actitudes positivos.

 

La mayoría de los héroes de la fe tuvieron sus tiempos regulares del día separados específicamente para la oracn, muchas veces tres veces al día (por la mañana, al mediodía y por la tarde o al anochecer).

 

(Salmos 55:16 y 17)"En cuanto a mí, a Dios clamaré; y Jehová me salvará. Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, y él oirá mi voz" Orar en la mañana, en la tarde y en la noche es sin duda una manera excelente de mantener prioridades legítimas a través de cada día.

 

Daniel siguió este patrón: (Daniel 6:10) “Cuando Daniel se enteró de la publicacn del decreto, se fue a su casa y subió a su dormitorio, cuyas ventanas se aban en dirección a Jerusalén. Allí se arrodilló y se puso a orar y alabar a Dios, pues tenía por costumbre orar tres veces al día.”

 

A pesar de que Daniel conocía la ley en contra de la oración, siguió orando tres veces al día "como de costumbre".

 

Daniel tenía una vida de oración disciplinada. Nuestras oraciones a menudo son interrumpidas no por amenazas, sino simplemente por la presión de nuestras agendas.

 

No permita que las amenazas ni las presiones interrumpan su tiempo de oración. Ore con regularidad, sin importar lo que suceda, porque la oración es su conexión vital con Dios.

 

Pedro lo hizo (Hechos 10:9 y 10) Al día siguiente a eso del mediodía, mientras ellos iban camino a Jope, Pedro subió a la azotea para orar. Tenía hambre y quería comer, pero mientras le estaban preparando la comida, tuvo una visión.

 

Las oraciones del pueblo de Dios son el arma principal en contra del mal que abruma al mundo. El mejor ejemplo de un patrón diario de oración regular y sincera es una que evite los ritos religiosos sin significado, ésta, puede ser encontrada en el Señor Jesús mismo:

 

(Marcos 1:35) Temprano En La Mañana “Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar”.

 

Jesús dedicaba tiempo a la oración. Buscar tiempo para orar no es fácil, aunque la oración es el vínculo vital entre nosotros y Dios. Como Jesús, debemos buscar tiempo para hablar con Dios, aunque eso signifique que tengamos que levantarnos antes que el día aclare.

 

Toda La Noche: (Lucas 6:12) “Por aquel tiempo se fue Jesús a la montaña a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios”. Los escritores de los Evangelios destacan que antes de cada hecho importante en su vida, Jesús dedicaba tiempo para apartarse y orar.

 

En ese tiempo se preparó para escoger a los integrantes de su círculo íntimo, los doce discípulos. Asegúrese de que toda decisión importante en su vida se base en la oración.

 

Antes De Cada Comida: (Marcos 6:41) Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a los discípulos para que se los repartieran a la gente. También repartió los dos pescados entre todos”.

 

D. ¿POR QUÉ MOTIVOS ORAR? 1. Por Nosotros Mismos: (1 Crónicas 4:10) "E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendicn, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras del mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió"

 

2. Los Unos Por Los Otros: (Santiago 5:16) "Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros." Cristo ha hecho posible que vayamos directamente a Dios en busca de perdón; pero el confesar nuestros pecados unos a otros todavía tiene un lugar importante en la vida de la iglesia.

 

(1) Si hemos pecado en contra de alguna persona, debemos pedirle que nos perdone.

(2) Si nuestro pecado ha afectado a la iglesia, debemos confesarlo públicamente.

(3) Si necesitamos apoyo afectivo en nuestra lucha contra el pecado, debemos confesarlo a quienes pueden darnos ese apoyo.

(4) Si después de haber confesado un pecado a Dios, todavía no sentimos su perdón, podríamos confesar el pecado a otro creyente y oír de su parte palabras que confirmen que hemos sido perdonados por Dios.

 

En el reino de Cristo, cada creyente es un sacerdote para los demás creyentes (1 Pedro 2:9) Pero ustedes son un pueblo elegido por Dios, sacerdotes al servicio del Rey, una nación santa, y un pueblo que pertenece a Dios. Él los eligió para que anuncien las poderosas obras de aquel que los llamó a salir de la oscuridad para entrar en su luz maravillosa.

 

Los cristianos muchas veces hablan "del sacerdocio de todos los creyentes". En la época del Antiguo Testamento, la gente no se acercaba a Dios directamente. Un sacerdote actuaba como intermediario entre Dios y el pecador.

 

Con la victoria de Cristo en la cruz, eso cambió. Ahora podemos ir directamente a la presencia de Dios sin temor, y se nos ha dado la responsabilidad de llevar a otros a su presencia también. Cuando estamos unidos con Cristo como miembros de su cuerpo, nos unimos en su tarea de reconciliar a Dios con el hombre.

 

3. Por El Ministerio En El Cuerpo De Cristo: "Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros"

 

(2 Tesalonicenses 3:1) Una dura batalla de los poderes espirituales invisibles se está tramando bajo la superficie de la vida cotidiana.

Nuestra defensa principal es orar para que Dios nos proteja del maligno y que nos haga fuertes.

 

Las siguientes pautas le pueden ser de ayuda para estar preparado y sobrevivir a los ataques satánicos: (1) tome en serio la amenaza del ataque espiritual; (2) ore pidiendo fuerzas y ayuda de Dios; (3) estudie la Biblia para reconocer las tácticas y estilo de Satanás, (4) memorice pasajes de las Escrituras para que le sean de ayuda sin importar el lugar en que esté; (5) Relaciónese con aquellos que hablan verdad; y (6) ponga en práctica lo que le han enseñado sus líderes espirituales.

 

4. Por Los Enfermos Y Por Los Desesperados: "¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración... ¿Está alguno enfermo...? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará...orad unos por otros, para que seáis sanados..." (Santiago 5:13 al 16)

 

Los creyentes no están solos. Los miembros del cuerpo de Cristo deben contar con el apoyo de otros en oración y sostenimiento, sobre todo cuando están enfermos o sufriendo. Los ancianos deben estar disponibles para responder a las debilidades de cualquier miembro, y la iglesia debe estar atenta para orar por las necesidades de todos sus miembros.

 

"La oración de fe" no se refiere a la fe de la persona enferma sino a la fe de las personas que están orando. Dios sana, la fe no, y todas las oraciones están sujetas a la voluntad de Dios. Pero nuestras oraciones son parte del proceso de sanidad de Dios. Esa es la razón por la que a menudo Dios espera nuestras oraciones de fe antes de intervenir en la sanidad de una persona.

 

5. Por Los Que Están Atrapados En El Pecado: "Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá y Dios le dará vida. " (1 Juan 5:16)

 

Los comentaristas difieren mucho en su forma de pensar en cuanto a qué pecado conduce a la muerte, y si la muerte que causa es física o espiritual.

 

Pablo escribió que algunos cristianos murieron porque tomaron la Santa Cena

"indignamente" (1Corintios 11:27 al 30), y Ananías y Safira murieron cuando mintieron a Dios (Hechos 5:1 al 11).

La blasfemia contra el Espíritu Santo resulta en muerte espiritual (Marcos 3:29) y el libro de hebreos describe la muerte espiritual de la persona que se apartan de Cristo (hebreos 6:4 al 6).

 

Juan estaba probablemente pensando en los que habían abandonado el cristianismo y se habían unido a los "anticristos". Al rechazar la única forma de salvación, esas personas se estaban poniendo fuera del alcance de las oraciones.

 

En la mayoría de los casos, sin embargo, aun si sabemos lo terrible que el pecado es, no tenemos una forma segura de saber si alguna persona lo cometió.

 

Sin embargo, debemos seguir orando por nuestros seres queridos y hermanos en Cristo, dejando el juicio a Dios. Obsérvese que Juan dice: "por el cual yo no digo que se pida". Él no dice que "no pueden orar por él". Juan reconoce la falta de absoluta certeza en ese asunto.

 

E. AYUDA EN LA ORACION: "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles" (Romanos 8:26)

 

Como creyente, no está abandonado a su suerte para enfrentar los problemas. Aun cuando no sepa las palabras adecuadas cuando ora, el Espíritu Santo ora con usted y por usted, y Dios contesta. Con la ayuda de Dios al orar, usted no debe temer estar ante su presencia. Pida que el Espíritu Santo interceda en su favor "conforme a la voluntad de Dios". Luego, cuando presente sus peticiones a Dios, confíe en que Él siempre le dará lo mejor.

 

Parte del propósito del Espíritu Santo es enseñarnos “porque en ese momento el Espíritu Santo les enseñará lo que deben responder”. (Lucas 12:12)

 

Los discípulos sabían que no podían dominar una disputa religiosa con los educados líderes judíos. Sin embargo, no los abandonarían sin preparación. Jesús les prometió que el Espíritu Santo enseñaría las palabras necesarias. El testimonio de los discípulos no impresionaría, pero sí mostraría la obra de Dios en el mundo mediante la vida de Jesús.

 

Necesitamos orar para tener oportunidades de hablar en favor de Dios y luego confiar en El para que nos ayude con nuestras palabras. Esta promesa de valor, sin embargo, no compensa la falta de preparación. Tenga presente que estos discípulos tenían tres años de enseñanza y aplicación práctica.

Debemos estudiar la Palabra de Dios. Luego Él nos hará recordar sus verdades cuando más las necesitemos, ayudándonos a presentarlas en la forma más eficaz.

 

guiarnos en oración Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios”. (Romanos 8:27)

 

Como creyente, no está abandonado a su suerte para enfrentar los problemas. Aun cuando no sepa las palabras adecuadas cuando ora, el Espíritu Santo ora con usted y por usted, y Dios contesta. Con la ayuda de Dios al orar, usted no debe temer estar ante su presencia. Pida que el Espíritu Santo interceda en su favor "conforme a la voluntad de Dios". Luego, cuando presente sus peticiones a Dios, confíe en que Él siempre le dará lo mejor.

 

y ayudarnos en nuestra fe “Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser” para que por fe Cristo habite en vuestros corazones.

 

Y pido que, arraigados y cimentados en amor, Podáis comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcáis ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que seáis llenos de la plenitud de Dios. (Efesios 3:16 al 19)

 

El amor de Dios es total, dice Pablo. Llega hasta los últimos rincones de nuestra experiencia. La anchura del amor de Dios continúa a través de toda nuestra vida y llega a todo el mundo. La longitud del amor de Dios nos sigue a través de nuestras vidas.

 

La profundidad del amor de Dios llega a lo más profundo del desaliento, la desesperación y aun la muerte. La altura del amor de Dios se eleva a la cumbre de nuestra aclamación y júbilo. Cuando se sienta excluido o aislado, recuerde que nada lo apartará del amor de Dios.

 

La plenitud de Dios" se expresa completa y solamente en Cristo. Estamos completos por nuestra unión con Cristo y la capacitación que el Espíritu Santo nos ha dado. Tenemos por entero a Dios a nuestra disposición, pero debemos apropiárnoslo por la fe y las oraciones, cada día, al vivir para El.

 

La oración de Pablo por los efesios es también para usted. Puede pedir que el Espíritu Santo llene al máximo cada aspecto de su vida.

 

El Espíritu Santo a veces ungirá la oracn de un creyente de manera especial y, a esto, le llamamos "orar en el Espíritu Santo" “Pero ustedes, queridos hermanos, sigan confiando siempre en Dios. Esa confianza es muy especial. Cuando oren, dejen que el Espíritu Santo les diga lo que deben decir”. (Judas

1:20)

 

Orar en el Espíritu Santo significa orar en el poder y en la fuerza del Espíritu Santo. El ora por nosotros, abre nuestra mente a Cristo y nos enseña acerca de Él.

 

“No se olviden de orar. Y siempre que oren a Dios, háganlo dirigidos por el Espíritu Santo. Manténganse en estado de alerta, y no se den por vencidos. Oren siempre, pidiendo por todos los que forman parte del pueblo de Dios”. (Efesios 6:18)

 

¿Cómo una persona puede orar en todo tiempo? Una de las maneras es mediante oraciones breves, una respuesta habitual para cada situación que enfrente cotidianamente. Otra forma de hacerlo es ordenar su vida alrededor de los deseos de Dios y de sus enseñanzas, al grado que toda su vida viene a ser una oración.

 

No necesita aislarse de otras personas ni de las actividades diarias para orar sin cesar. Puede convertir la oración en su vida y su vida en oración mientras vive en un mundo que necesita la influencia poderosa de Dios. "Súplica por todos los santos" significa orar por los creyentes en Cristo, también orar por los cristianos que conoce y por la iglesia alrededor del mundo.

 

A fin de ayudarnos en la oración, el Espíritu Santo ha provisto también un don especial para el creyente: El Don de Lenguas, es decir, el hablar en otras lenguas al Señor en oración.

 

“Algunos reciben el poder de hacer milagros, y otros reciben la autoridad

de hablar de parte de Dios. Unos tienen la capacidad de reconocer al Espíritu de Dios, y de descubrir a los espíritus falsos.

 

Algunos pueden hablar en idiomas desconocidos, y otros pueden entender lo que se dice en esos idiomas. Pero es el Espíritu Santo mismo el que hace todo esto, y el que decide qué capacidad darle a cada uno.” (1 Corintios 12:4 al 11)

 

"Más la oración de los rectos es su gozo... Él oye la oración de los justos" (Proverbios 15:8, 29) El justo piensa sus respuestas antes de hablar.

 

El impío no espera para hablar porque no le importan los efectos que provoquen sus palabras. Es importante tener algo que decir, pero es también importante pensar antes lo que vamos a decir. ¿Mide con cuidado sus palabras o lanza sus pensamientos sin preocuparse del impacto que tendrán?

 

F. COMPAÑERO DE LABORES: Cuando dos se unen en oracn, de seguro obtendrán lo que buscan: "Otra vez os digo, que, si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos" (Mateo 18:19)

 

Jesús tiene en mente el día en que estará presente no en cuerpo sino por medio del Espíritu Santo. En el cuerpo de creyentes (la iglesia), el acuerdo sincero de dos personas es más poderoso que el acuerdo superficial de miles, porque el Espíritu Santo de Cristo está con ellos. Dos o más creyentes, llenos del Espíritu Santo, orarán de acuerdo a la voluntad de Dios, no de acuerdo a la suya, y sus peticiones serán concedidas.

 

G. LA IGLESIA EN ORACIÓN: Si hay un poder tremendo en dos personas que se unen para orar, ¿qué respecto a toda la asamblea o congregación del pueblo de Dios? “Luego de escucharlos, todos juntos oraron: "Señor, tú hiciste el cielo y la tierra, y el mar y todo lo que hay en ellos”. (Hechos 4:24)

 

Note cómo oraban los creyentes. Primero alababan a Dios, luego le presentaban su problema específico y pedían su ayuda. No le pedían que quitara el problema, sino ayuda para enfrentarlo.

 

Este es un modelo para nosotros que debemos seguir al orar. Podemos pedir a Dios que quite nuestros problemas y Él podría hacerlo, pero debemos reconocer que a menudo Él va a dejar el problema en su lugar y nos dará la gracia para enfrentarlo.

 

FINAL: Recuerda que puedes distribuir a cuantas personas desees y por los medios que tú desees. Puedes imprimirlo o regalarlo como un producto gratis o bonus en tu sitio web o blog. 

CREA Y CONFIECE: (Romanos 10:8 al 10) Más bien, la Biblia dice: El mensaje de Dios está cerca de ti; está en tu boca y en tu corazón. Y ese mismo mensaje es el que les traemos: que debemos confiar en Dios.

Pues si ustedes reconocen con su propia boca que Jesús es el Señor, y si creen de corazón que Dios lo resucitó, entonces se librarán del castigo que merecen.

Pues si creemos de todo corazón, seremos aceptados por Dios; y si con nuestra boca reconocemos que Jesús es el Señor, Dios nos salvará.

¿Alguna vez le han preguntado cómo se hace uno cristiano? Estos versículos le dan la preciosa respuesta: la salvación está en el corazón y en la boca.

La gente piensa que debe ser un proceso complicado, pero no es así. Si creemos en nuestro corazón y proclamamos con nuestra boca que Jesús es el Señor resucitado, seremos salvos.

El Señor hizo posible nuestra salvación haciéndose hombre (viniendo a la tierra) y resucitando (levantándose de entre los muertos).

La salvación de Dios está frente a nosotros. El vendrá a dondequiera que estemos. Lo único que hay que hacer es aceptar su regalo de salvación.

(Juan 1:11al 13)  La Palabra vino a vivir a este mundo, pero su pueblo no la aceptó. Pero aquellos que la aceptaron y creyeron en ella, llegaron a ser hijos de Dios. Son hijos de Dios por voluntad divina, no por voluntad humana.

 

A pesar de que Cristo creó el mundo, la gente que creó no lo reconoció. Aun la que Dios escogió para preparar al resto del mundo para la venida del Mesías lo rechazó, pese a que todo el Antiguo Testamento hablaba de su venida.

 

Todos los que aceptan a Cristo como Señor de sus vidas renacen espiritualmente y reciben nueva vida de Dios. A través de la fe en Cristo, este nuevo nacimiento nos cambia desde adentro, reacondicionando nuestras actitudes, deseos y motivos.

El nacimiento hace que uno esté vivo físicamente y permite ser parte de la familia. Al nacer de Dios, formamos parte de su familia.

¿Ha pedido que Cristo le haga una nueva persona? Este nuevo comienzo está a disposición de todo aquel que cree en Cristo.

SALVOS POR GRACIAS ATREVES DE LA FE: (Efesios 2:8 y 8)  Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros; pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe.

 

Cuando alguien le da un regalo, ¿diría usted: ¡Qué lindo es!, ¿cuánto le debo? No, la respuesta apropiada es: Gracias.

 

Con cuánta frecuencia los cristianos, aun después de habérseles dado la salvación, se sienten obligados a hacer algo para llegar hasta Dios.

 

Debido a que nuestra salvación e incluso nuestra fe son regalos, debiéramos responder con gratitud, alabanza y regocijo.

 

Llegamos a ser cristianos mediante el don inmerecido de Dios, no como el resultado de algún esfuerzo, habilidad, elección sabia o acto de servicio a otros de nuestra parte.

Sin embargo, como gratitud por este regalo, buscamos servir y ayudar a otros con cariño, amor y benevolencia y no simplemente para agradarnos a nosotros mismos.

Si bien ninguna acción u obra nos puede ayudar para obtener la salvación, la intención de Dios es que nuestra salvación resulte en obras de servicio.

No somos salvos solo para nuestro beneficio, sino para el de Él, para glorificarle y edificar la Iglesia.

Ustedes han sido salvados porque aceptaron el amor de Dios. Ninguno de ustedes se ganó la salvación, sino que Dios se la regaló.

La salvación de ustedes no es el resultado de sus propios esfuerzos. Por eso nadie puede sentirse orgulloso.

 

 

Salmo 10:1-6)  Dios mío, ¿por qué te quedas tan lejos? ¿Por qué te escondes de mí cuando más te necesito? Los malvados y orgullosos persiguen a los humildes, pero acabarán por caer en sus propias trampas.

 

Alaban a los ambiciosos, pero a ti te menosprecian. No te buscan, porque para ellos no existes. Son groseros. Levantan la nariz y presumen de su codicia, pues sólo en eso piensan; Los malvados son demasiado orgullosos para buscar a Dios; parece que piensan que Dios está muerto.

 

¡Siempre les va bien en todo lo que hacen! Tus leyes, Dios mío, no las pueden entender. Se burlan de sus enemigos, y en su interior piensan que jamás fracasarán, que nunca tendrán problemas y que siempre serán felices.

 

"¿Por qué  te escondes en el tiempo de la tribulación?" Para el salmista, Dios parecía estar muy lejos. Pero aun cuando tenía sinceras dudas, no dejó de orar ni pensó que Dios ya no estaba interesado.

 

No se estaba quejando. Simplemente le estaba pidiendo a Dios que acelerara su ayuda.

 

Es durante los momentos en los que nos sentimos más solos, oprimidos cuando más necesitamos orar, y hablarle a Dios de nuestros problemas.

 

Algunas personas triunfan en todo lo que emprenden, y se jactan de que nadie, ni siquiera Dios, los puede derribar.

 

Podemos preguntarnos por qué Dios permite que esa gente amase grandes fortunas siendo que lo desprecian en la forma en la que lo hacen.

 

Pero, ¿por qué nos molestamos cuando el malvado prospera? ¿Nos enojamos por el daño que causan, o nos sentimos celosos de su prosperidad?

 

Para responder estas preguntas debemos tener la perspectiva adecuada de la maldad y de la riqueza. Con certeza el malvado será castigado debido a que Dios odia sus acciones perversas.

 

La riqueza solo es temporal y no es un símbolo de la aprobación de Dios de la vida de una persona, como tampoco la falta de ella será una señal de la desaprobación de Dios.

 

Vamos a orar Dios padre eterno, que tu santo espíritu hable atreves de mi y no yo con palabras de humana persuasión, si no con poder de tu Espíritu santo y tu palabra que es martillo que quebranta, bálsamo a nuestros huesos, poder de salvación y mas cortante que espada de dos filos, pasa tu carbón por mi boca labios y lengua en el nombre de Jesús amen aleluya gloria a Dios.

 

 

 

No permita que la riqueza o la falta de ella se vuelvan una obsesión. (Probervios_30:7-8) »Dios mío, antes de mi muerte concédeme sólo dos cosas; ¡no me las niegues! Mantenme alejado de la mentira, y no me hagas pobre ni rico; ¡aléjame de toda falsedad y dame sólo el pan de cada día!

 

Porque si llego a ser rico tal vez me olvide de ti y hasta me atreva a decir que no te conozco. Y si vivo en la pobreza, puedo llegar a robar y así ponerte en vergüenza.

 

Poseer mucho dinero quizás resulte peligroso, pero también tener muy poco. Ser pobre puede, en efecto, ser peligroso tanto para la salud espiritual como la física.

 

Por otro lado, ser rico no es la respuesta. Como Jesús lo señaló, los ricos tienen problemas para entrar en el Reino de Dios.

 

(Mateo_19:16-24) Un joven vino a ver a Jesús y le preguntó: Maestro, ¿qué cosa buena debo hacer para tener vida eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me preguntas qué cosa es buena? Sólo Dios es bueno. Si quieres vivir de verdad, obedece los mandamientos.

 

El joven preguntó: ¿Cuáles mandamientos? Jesús le dijo: No mates; no seas infiel en tu matrimonio; no robes; no mientas para hacerle daño a otra persona; obedece y cuida a tu padre y a tu madre; ama a los demás tanto como te amas a ti mismo.

 

Entonces el joven dijo: —Todos esos mandamientos los he obedecido. ¿Qué más puedo hacer? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres.

 

Así, Dios te dará un gran premio en el cielo. Luego ven y conviértete en uno de mis seguidores. 

 

Cuando el joven oyó eso, se fue muy triste, porque era muy rico.  Jesús entonces les dijo a sus discípulos: Les aseguro que es muy difícil que una persona rica entre en el reino de Dios.

 

En realidad, es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para una persona rica entrar en el reino de Dios.

 

Los discípulos se sorprendieron mucho al oír lo que Jesús dijo, y comentaban entre ellos: Entonces, ¿quién podrá salvarse? Jesús los miró y les dijo: Para la gente, lograr eso es imposible; pero para Dios todo es posible.

 

Este hombre quería tener la seguridad de que poseía vida eterna. Jesús le mostró que no podía salvarse por medio de las buenas obras que no están basadas en el amor a Dios.

 

Este hombre necesitaba un nuevo punto de partida. En vez de buscar un nuevo mandamiento que cumplir o una buena obra que realizar, este joven necesitaba someterse humildemente al señorío de Cristo.

 

En respuesta a la pregunta del joven de cómo tener vida eterna, Jesús le dijo que debía guardar los Diez Mandamientos. Luego Jesús hizo referencia a seis de ellos, todos relacionados con el trato con otros.

 

Cuando el joven replicó que los había guardado, Jesús le dijo que le faltaba algo más: vender todo y dar el dinero a los pobres. Esto inmediatamente puso de relieve la debilidad del hombre. En realidad, su riqueza era su dios, su ídolo, y no lo iba a rechazar.

Estaba violando el primero y gran mandamiento.

 

(Exodo_20:3-6) »No tengan otros dioses aparte de mí. »No hagan ídolos ni imágenes de nada que esté en el cielo, en la tierra o en lo profundo del mar.

 

No se arrodillen ante ellos ni hagan cultos en su honor. Yo soy el Dios de Israel, y soy un Dios celoso.

 

Yo castigo a los hijos, nietos y bisnietos de quienes me odian, pero trato con bondad a todos los descendientes de los que me aman y cumplen mis mandamientos.

 

(Mateo_22:36-40) Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.  Este es el primero y grande mandamiento.

 

Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

 

Los fariseos, que habían logrado clasificar unas seiscientas leyes, con frecuencia trataban de distinguir entre lo más importante y lo menos importante.

 

De modo que uno de ellos "experto en leyes" le pidió a Jesús que identificara la ley más importante.

 

Jesús citó (Deuteronomio_6:5) Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. 

 

Y (Leviticos_19:18) No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.

 

Al cumplir estos dos mandamientos, una persona cumplía las restantes, ya que resumen los Diez Mandamientos y las otras leyes morales del Antiguo Testamento.

 

Jesús dice que si amamos a Dios y a nuestro prójimo por naturaleza guardamos los mandamientos. Esto es mirar la ley de Dios de manera positiva.

En vez de estar preocupándonos de lo que no podemos hacer, debiéramos concentrarnos en aquello que sí podemos hacer para mostrar que amamos a Dios y a los demás.

 

Cuando Jesús le dijo al joven rico "que sería perfecto" si daba todo lo que tenía a los pobres, no hablaba en el sentido humano, temporal.

 

Hablaba de cómo alcanzar justificación, integridad total, ante los ojos de Dios.

 

¿Deben los creyentes vender todo lo que poseen? No. Tenemos la responsabilidad de mantener a nuestros familiares y a nosotros mismos, de manera que no seamos carga para otros.

 

Debemos, sin embargo, estar dispuestos a dejar lo que Dios nos pida. Esta clase de actitud nos permite evitar que lo material se interponga entre Dios y nosotros, y nos libra de usar en forma egoísta lo que Dios nos da.

 

Al rico le es tan difícil entrar en el cielo como a un camello atravesar el ojo de una aguja. Sin embargo, explicó Jesús, "para Dios todo es posible".

 

Aun los ricos pueden entrar en el Reino si Dios los hace entrar. Fe en El, no en el yo o en los ricos, es lo que vale. ¿En qué está confiando usted en cuanto a salvación?

 

Los discípulos quedaron confundidos. Si alguien podía salvarse, pensaban, era un rico, pues para los judíos los ricos eran los más bendecidos por Dios.

 

Al igual que Pablo, podemos aprender a cómo vivir en escasez y en abundancia (filipenses_4:12)  Sé bien lo que es vivir en la pobreza, y también lo que es tener de todo.

 

He aprendido a vivir en toda clase de circunstancias, ya sea que tenga mucho para comer, o que pase hambre; ya sea que tenga de todo o que no tenga nada.

 

Pero nuestras vidas tienen una mejor oportunidad para llegar a ser más eficaces si no tenemos ni "pobreza ni riqueza".

¿Está contento con las circunstancias que enfrenta? Pablo sabía estar contento, así estuviera en abundancia o padeciera necesidad.

 

El secreto radicaba en el poder de Cristo para fortalecerlo. ¿Tiene usted muchas necesidades o está descontento porque no tiene lo que desea tener?

 

Aprenda a apoyarse en las promesas de Dios y en el poder de Cristo que lo ayudará a contentarse a pesar de su situación.

 

Si su deseo es tener siempre más, pida a Dios que trate ese deseo y que le enseñe a estar contento en cualquier situación.

 

El suplirá todas sus necesidades, pero de la manera que El considere mejor para usted.

 

(La provisión de Dios (efesios 4:19) Por eso, de sus riquezas maravillosas mi Dios les dará, por medio de Jesucristo, todo lo que les haga falta.

 

Podemos confiar en que Dios suplirá siempre nuestras necesidades. El nos proveerá todo lo que necesitemos en esta tierra, aun el valor para enfrentar la muerte como lo hizo Pablo.

 

El proveerá todo cuanto necesitemos en el cielo. Sin embargo, debemos recordar la diferencia entre nuestros deseos y nuestras necesidades.

 

La mayoría de la gente quiere sentirse bien evitando el dolor y la incomodidad. Puede que no recibamos todo lo que deseamos.

 

Al confiar en Cristo, nuestras actitudes y apetitos pueden cambiar de desear todo a aceptar su provisión y poder para vivir por El.

 

Pablo estaba contento porque pudo ver la vida desde la perspectiva de Dios. Se concentró en lo que se suponía que debía hacer, no en lo que sintió que debía tener.

 

Tenía sus prioridades definidas y estaba agradecido por cada cosa que Dios le había dado.

Pablo se había despegado de las cosas no esenciales a fin de poder concentrarse en lo eterno.

 

Casi siempre el deseo de más o mejores posesiones es en realidad un anhelo vehemente de llenar un espacio vacío en nuestras vidas.

 

¿A qué se siente atraído cuando siente un vacío interior? ¿Cómo puede hallar verdadera satisfacción? La respuesta radica en su perspectiva, en sus prioridades y en su fuente de poder.

 

Necesitamos ejercitar nuestra fe (Romanos 10:17)  Así que la fe es por el oír, y el oír, por hablar la palabra de Dios. Con el corazón creemos para justicia pero con nuestra boca para salvación y que voy a confesar que Jesús es el señor amen.

 

Necesito confesar la palabra de Dios a mi favor amen hermano, también buscar el reino de Dios y su justicia y las cosas vendrán por añadidura amen.

 

Por ejemplo: en el (Salmo 116:10) dice el salmista Yo tenía fe, aun cuando dije: ¡Es muy grande mi aflicción!» Creí: Pablo toma este salmo sobre la muerte próxima y lo aplica a los fieles ministros que están a un paso del martirio a causa de la persecución que sufren.

 

(2Corintios_4:12-13) De manera que en nosotros actúa la muerte, y en ustedes la vida. Pero en ese mismo espíritu de fe, y de acuerdo a lo que está escrito: «Creí, y por lo tanto hablé», nosotros también creemos, y por lo tanto también hablamos.

 

Pablo nos recuerda que aunque podamos estar al final de nuestra soga, nunca estaremos al final de la esperanza. Nuestros cuerpos perecederos están sujetos al pecado y al sufrimiento pero Dios nunca nos abandona.

 

Como Cristo obtuvo la victoria sobre la muerte, tenemos vida eterna. Todos nuestros riesgos, humillaciones y pruebas son oportunidades para demostrar el poder y la presencia de Cristo en y a través de nosotros.

 

Recordemos que Jesús estará con mostros siempre (Mateo 28:20 Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» Amén.

 

Y a su tiempo nos llevara con él y estaremos por la eternidad con el (2Corintios 4:14) Sabemos que el que resucitó al Señor Jesús también a nosotros nos resucitará con él, y nos llevará a su presencia juntamente con ustedes.

 

Mientras esto pasa tenemos que tener fe en su palabra llenarnos de ella, hablarla declararla en fe (Oseas 4:6) Mi pueblo ha sido destruido porque le faltó conocimiento.

 

Puesto que tú desechaste el conocimiento, yo te desecharé del sacerdocio; puesto que te olvidaste de la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

 

Si no queremos que nos pase lo mismo ser desechados tomemos el consejo que Dios le dios a Josué (Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

 

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

 

Muchas personas piensan que la prosperidad y el éxito provienen de tener poder, contactos personales y un inexorable deseo de avanzar.

 

Pero la estrategia para el éxito que Dios le enseñó a Josué contradice tales criterios.

 

Le dijo a Josué que para prosperar debía: (1) Ser fuerte y valiente porque la tarea que le esperaba no era fácil,

 

(2) obedecer la ley de Dios, (3) constantemente leer y estudiar el libro de la ley: la Palabra de Dios.

 

Para tener éxito, siga los consejos que Dios le dio a Josué. Es posible que no triunfe según las normas del mundo, pero triunfará a los ojos de Dios, y la opinión del Señor dura para siempre.

 

(Éxodo 15:26)  y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.

 

Muy pocos supieron que muchas de las leyes morales que les dio posteriormente los mantendrían libres de enfermedades. Por ejemplo, la ley de Dios respecto a la prostitución los mantendría libres de enfermedades venéreas.

 

Si queremos que Dios nos cuide, debemos someternos a sus instrucciones.

 

(Génesis  22:13-14) Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.

 

Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.

 

Observe el paralelo que hay entre el carnero ofrecido en el altar como un sustituto de Isaac y Cristo mismo ofrecido en la cruz como nuestro sustituto.

 

Mientras que Dios detuvo a Abram para que no sacrificara a su hijo, Dios no libró a su propio Hijo, Jesús, de morir en la cruz. Si Jesús no hubiera muerto, el resto de la humanidad hubiera perecido.

 

Dios envió a su único Hijo a morir por nosotros para librarnos de la muerte eterna que merecemos y en su lugar, darnos vida eterna

 

(Juan_3:16)  Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Gracias papa por este regalo maravilloso.

jesus salva

su palabra tiene poder

lee la biblia

jeremias 33:3

clama a mi y yo te respondere

te mostrare cosas grande

que aun no conoces.


(Ezequiel 33:10 al 20) Los israelitas creen que ya no tienen remedio. Creen que se están pudriendo en vida porque han pecado mucho, Pero tú debes decirles de mi parte que yo no quiero que muera la gente malvada,

 

Lo que quiero es que dejen su mala conducta y vivan. Israelitas, ¡cambien su mala conducta! ¡Dejen de hacer lo malo, y no morirán!

 

Pon atención, Ezequiel, Los israelitas me critican y dicen que soy injusto, pero en realidad los injustos son ellos,

 

Por eso quiero que les aclares esto: Si una persona buena hace lo malo, todo lo bueno que haya hecho no la salvará de morir; pero si una persona malvada deja de hacer lo malo, todo lo malo que haya hecho le será perdonado, y vivirá por hacer lo que es recto y justo,

 

Si roba algo, o recibe algo en prenda, pero lo devuelve, no volveré a acordarme de sus pecados, pues habrá obedecido mis mandamientos, que dan vida,

 

Si a una persona buena le prometo que vivirá muchos años, y confiada en eso empieza a pecar, yo no tomaré en cuenta todo lo bueno que haya hecho, sino que morirá por los pecados que haya cometido,

 

Sin embargo, los israelitas me critican y siguen diciendo que soy injusto, Pero yo voy a juzgar a cada quien de acuerdo con su conducta,

 

Los cautivos estaban desalentados por sus pecados pasados, Este es un punto crucial en este libro, En otras partes del libro de Ezequiel, el pueblo se negó a enfrentar sus pecados, Aquí, se sentían profundamente culpables por vivir tantos años en rebelión en contra de Dios,

 

Por lo tanto, El les aseguró que los perdonaría si se arrepentían, Dios quiere que todo el mundo se vuelva a Él, Jehová Ve lo que somos y lo que seremos, no lo que hemos sido,

 

Dios da a cada persona la oportunidad de volverse a Él, así que aprovéchela, Trate de seguirlo con sinceridad y pídale que lo perdone cuando falle,

 

Las buenas acciones pasadas no salvan a una persona que decide volver a una vida de pecado, Algunas personas quizás piensen que han hecho suficientes obras buenas que justificaran o quitaran las malas acciones a las que no quieren renunciar,

 

Pero es inútil tratar de ser bueno en algunos aspectos y deliberadamente malo en otras, Dios quiere obediencia y amor completos,

 

Si bien las buenas obras no nos salvan, la salvación debe llevarnos a actuar con rectitud, Esto incluye una restitución por los pecados del pasado, Dios espera que restituyamos, cuando fuera necesario, por las cosas malas que hemos hecho, (como ilustra la historia de Zaqueo, en Lucas19:1 al 10)

 

Jesús entró en Jericó, Allí vivía Zaqueo, un hombre muy rico que era jefe de los cobradores de impuestos, Zaqueo salió a la calle para conocer a Jesús, pero no podía verlo, pues era muy bajito y había mucha gente delante de él, Entonces corrió a un lugar por donde Jesús tenía que pasar y, para poder verlo, se subió a un árbol de higos,

 

Cuando Jesús pasó por allí, miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, bájate ahora mismo, porque quiero hospedarme en tu casa, Zaqueo bajó enseguida, y con mucha alegría recibió en su casa a Jesús,

 

Cuando la gente vio lo que había pasado, empezó a criticar a Jesús y a decir: ¿Cómo se le ocurre ir a la casa de ese hombre tan malo?

 

Después de la comida, Zaqueo se levantó y le dijo a Jesús: Señor, voy a dar a los pobres la mitad de todo lo que tengo, Y si he robado algo, devolveré cuatro veces esa cantidad,

 

Jesús le respondió: Desde hoy, tú y tu familia son salvos, pues eres un verdadero descendiente de Abraham, Yo, el Hijo del hombre,

He venido para buscar y salvar a los que se habían perdido y viven alejados de Dios, Para financiar su gran imperio mundial, los romanos cargaron de impuestos elevados a las naciones que estaban bajo su dominio,

 

Los judíos se oponían a estos impuestos porque servían para apoyar a un gobierno secular y a sus dioses paganos, pero aun así estaban obligados a pagar,

 

Los cobradores de impuestos eran las personas más impopulares en Israel, A los judíos por nacimiento que optaban trabajar para los romanos se les consideraba traidores, Además, era sabido por todos, que los cobradores de impuestos se enriquecieron a expensas de sus compatriotas,

 

No sorprende, por lo tanto, que las multitudes se sintieron molestas cuando Jesús visitó a Zaqueo, un cobrador de impuestos, A pesar de que Zaqueo era deshonesto y traidor, Jesús lo amaba y, en respuesta, el pequeño recaudador de impuestos se convirtió,

 

En toda sociedad ciertos grupos de personas se consideran "intocables" ya sea por su opinión política, conducta inmoral o forma de vivir, No debemos ceder a la presión social y evadir a este tipo de personas, Jesús las ama y estas necesitan oír sus buenas nuevas,

 

Por la reacción de la gente se puede juzgar que Zaqueo fue, sin duda, un torcido publicano, Sin embargo, después de su encuentro con Jesús llegó a la conclusión de que su vida necesitaba que la enderezaran,

 

Al dar a los pobres y restituir con intereses generosos a los que defraudó, Zaqueo demostró mediante acciones externas el cambio interno que experimentó,

 

No es suficiente seguir a Cristo de corazón, Debe mostrar su cambio de vida mediante una nueva conducta, ¿Traduce su fe en acciones? ¿Qué cambios necesita hacer?

 

Cuando Jesús dijo que Zaqueo era un hijo perdido de Abraham, debe haber sorprendido a sus oyentes al menos en dos maneras,

No les debe haber gustado reconocer que este cobrador de impuestos tan impopular era un compatriota hijo de Abraham y no deben haber deseado admitir que hijos de Abraham pudieran perderse,

 

Una persona no se salva por un notable linaje, ni se condena por uno malo; la fe es más importante que la descendencia, A Jesús le interesa llevar a su Reino a los perdidos, sin importarle sus antecedentes ni estilos de vida anteriores,  Mediante la fe, los perdona y hace nuevos,

 

"De modo que si alguno está en Cristo Jesús, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas"

 

 (2 CORINTIOS  5: 17)

EL PLAN DE SALVACIÓN DEL PADRE POR MEDIO DE SU HIJO, EN 7 PUNTOS.

 

1)._ ¿Porque necesitamos arrepentirnos? y ¿porque necesitamos la salvación de nuestra  alma? Porque  todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de  Dios. (Romanos 3:23)

 

Todos hemos pecado, y por eso estamos lejos de Dios. Algunos pecados parecen ser mucho más grandes que otros porque sus consecuencias son mayores.

 

El homicidio, por ejemplo, nos parece que es peor que el odio, y el adulterio al parecer es peor que la lujuria.

 

Pero esto no significa que nos merecemos la vida eterna porque nuestros pecados son de menor consecuencia.

 

Cualquier pecado nos convierte en pecadores y nos aparta de nuestro Dios santo.

 

Cualquier pecado, por lo tanto, conduce a la muerte (porque nos incapacita para vivir con Dios) por grande o pequeño que el pecado parezca.

 

No minimice los pecados pequeños ni valore con exceso los grandes. Todos nos separan de Dios, pero también todos pueden ser perdonados.

 

Por tanto, como el pecado entro en el mundo por un hombre, y por el

Pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto

Todos pecaron. (Romanos 5:12)

 

El primer pecado en el mundo fue la desobediencia de Adán. Así, en castigo por el pecado, apareció la muerte en el mundo. Y como todos hemos pecado, todos tenemos que morir.

 

¿Cómo pueden declararnos culpables por algo que Adán hizo miles de años atrás? Muchos piensan que no es justo que Dios nos juzgue por el pecado de Adán.

 

Sin embargo confirmamos nuestra solidaridad con Adán cada vez que pecamos. Estamos hechos del mismo material, con tendencia a rebelarnos, y los pecados que cometemos nos condenan.

 

Debido a que somos pecadores, no necesitamos imparcialidad sino misericordia. Porque la paga del  pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida Eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23)

 

Quien sólo vive para pecar, recibirá como castigo la muerte. Pero Dios nos regala la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.

 

Usted tiene la libertad de escoger entre dos amos, pero no está en condiciones de regular las consecuencias de su elección. Cada uno de estos amos paga con su moneda.

 

La paga del pecado es muerte. Eso es todo lo que puede esperar de una vida sin Dios.

 

La paga de Cristo es vida eterna: nueva vida con Dios que empieza en la tierra y continua por siempre con Dios.

 

¿Qué elección ha hecho?

 

La vida eterna es un regalo de Dios. Si es un regalo, no podemos ganarlo ni pagar por él. Sería insensato recibir un regalo por amor y ofrecer pagarlo.

 

El que recibe un regalo no puede comprarlo. Lo correcto cuando se nos ofrece un regalo es aceptarlo con agradecimiento.

 

Nuestra salvación es un regalo de Dios, no algo que hemos hecho nosotros. El nos salvó por su misericordia, no por lo que hayamos hecho.

 

Debemos aceptar con acción de gracias el regalo que generosamente Dios nos da.

 

2)._ ¿Puede nuestras obras buenas darnos la Salvación? (NO) Porque por  gracia sois salvos por  medio de la  fe en (Jesucristo y su sangre) y esto no es de vosotros pues es don de Dios y no por obras de justicia para que nadie se gloríe. (Efesios 2:8 y 9)

 

Ustedes han sido salvados porque aceptaron el amor de Dios. Ninguno de ustedes se ganó la salvación, sino que Dios se la regaló.

 

La salvación de ustedes no es el resultado de sus propios esfuerzos. Por eso nadie puede sentirse orgulloso.

 

Cuando alguien le da un regalo, ¿diría usted: ¡Qué lindo es!, ¿cuánto le debo? No, la respuesta apropiada es: Gracias.

 

Con cuánta frecuencia los cristianos, aun después de habérseles dado la salvación, se sienten obligados a hacer algo para llegar hasta Dios.

 

Debido a que nuestra salvación e incluso nuestra fe son regalos, debiéramos responder con gratitud, alabanza y regocijo.

 

Llegamos a ser cristianos mediante el don inmerecido de Dios, no como el resultado de algún esfuerzo, habilidad, elección sabia o acto de servicio a otros de nuestra parte.

 

Sin embargo, como gratitud por este regalo, buscamos servir y ayudar a otros con cariño, amor y benevolencia y no simplemente para agradarnos a nosotros mismos.

 

Si bien ninguna acción u obra nos puede ayudar para obtener la salvación, la intención de Dios es que nuestra salvación resulte en obras de servicio.

 

No somos salvos solo para nuestro beneficio, sino para el de Él, para glorificarle y edificar la Iglesia.

 

Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo. (Gálatas 2:16)

 

Sabemos muy bien que Dios sólo acepta a los que confían en Jesucristo, y que nadie se salva sólo por obedecer la ley.

 

Nosotros mismos hemos confiado en Jesucristo, para que Dios nos acepte por confiar en él. Porque Dios no aceptará a nadie sólo por obedecer la ley.

 

Si las leyes judías no pueden salvarnos ¿por qué debemos seguir obedeciendo los Diez Mandamientos y las otras leyes del Antiguo Testamento? Pablo no decía que las leyes eran malas, en otra carta que escribió manifestó: La ley a la verdad es santa y el mandamiento santo, justo y bueno. (Romanos 7:12)

 

La Ley engaña la gente por usarla mal. La Ley era santa, y expresaba la naturaleza y voluntad de Dios. Eva se encontró con la serpiente en el huerto del Edén (Génesis 3), la serpiente se burló de ella, logrando que apartara su vista de la libertad que Dios le dio y la pusiera en la restricción que le había puesto.

 

Desde entonces somos rebeldes. El pecado nos atrae precisamente porque Dios nos dice que es malo. En lugar de prestar atención a sus advertencias, las usamos como una lista de mandados.

 

Cuando nos sintamos tentados a rebelarnos, necesitamos contemplar la Ley desde una perspectiva amplia, a la luz de la gracia y la misericordia de Dios.

 

Si nos concentramos en su gran amor por nosotros, comprenderemos que nos restringe en acciones y actitudes que al final causan daño.

 

El apóstol pablo En cambio, decía que por medio de la ley nunca podremos ser aceptables delante de Dios. La ley aún juega un papel importante en la vida de un cristiano.

 

La ley: (1) nos protege del pecado dándonos normas para nuestra conducta; (2) nos convence de pecado, dándonos la oportunidad de pedir el perdón de Dios; (3) nos lleva a confiar en la suficiencia de Cristo porque nosotros nunca podremos cumplir los Diez Mandamientos a la perfección.

 

Por la ley es imposible salvarnos, pero después de que llegamos a ser cristianos, la ley puede ser una valiosa guía para vivir como Dios requiere.

Al estudiar el Antiguo Testamento. Pablo se percató de que no podía obtener salvación por medio de la obediencia a las leyes de Dios.

Los profetas sabían que el plan de salvación no estaba basado en el cumplimiento de la ley.

 

Porque nosotros podemos ser infectados por el pecado, no podemos cumplir las leyes de Dios perfectamente. Afortunadamente, Dios ha provisto un camino de salvación que depende de Jesucristo, no de nuestros propios esfuerzos.

 

Aunque conocemos esta verdad, debemos guardarnos de la tentación de usar el servicio, las buenas obras, las dádivas o cualquier otro esfuerzo como un sustituto de la fe.

 

Siendo justificado gratuitamente por su gracia mediante la redención que es Cristo Jesús. (Romanos 3:24)

 

Pero él nos ama mucho, y nos declara inocentes sin pedirnos nada a cambio. Por medio de Jesús, nos ha librado del castigo que merecían nuestros pecados.

 

Justificados significa declarados no culpables. Cuando en la corte el juez declara inocente al acusado, se eliminan todos los cargos del acta.

 

Legalmente, es como si la persona jamás hubiera sido acusada. Cuando Dios perdona nuestros pecados, limpia nuestros antecedentes penales. Desde su perspectiva es como si nunca hubiéramos pecado.

 

Redención se refiere a que Cristo libra a los pecadores de la esclavitud del pecado.

 

En los tiempos del Antiguo Testamento, a una persona con deudas podían venderla como esclava. Luego el pariente más cercano podía redimirla comprando su libertad. Cristo compró nuestra libertad. El precio fue su vida.

 

3)._ ¿Quiénes nos dan la  Salvación y quien es nuestro mediador? Porque hay un solo Dios y un solo Mediador entre Dios y los hombres

Jesucristo hombre.  (1de Timoteo 2:5)

Como seres humanos estamos separados de Dios por el pecado, y sólo una persona en el universo puede pararse entre nosotros y Dios y unirnos otra vez: Jesús, que es Dios y hombre al mismo tiempo.

 

El sacrificio de Cristo trajo nueva vida a la humanidad. ¿Le ha permitido usted que lo lleve al Padre? Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida nadie viene al padre sino es por mí. (Juan 14:6)

 

Este es uno de los pasajes más básicos e importantes de las Escrituras. ¿Cómo conoceremos el camino hacia Dios? Únicamente a través de Jesús.

 

El es el camino porque es a la vez Dios y Hombre. Al unir nuestras vidas a la de El, nos unimos con Dios. Confíe que Jesús lo llevará al Padre y que todos los beneficios de ser hijo de Dios serán suyos.

 

Por ser el camino, Jesús es nuestra senda al Padre. Por ser la verdad, es la realidad de todas las promesas de Dios. Por ser la vida, une su vida divina a la nuestra, tanto ahora como eternamente.

 

Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo del cielo dado a los hombres en el cual podamos ser salvos. (Hechos 4:12)

 

Muchas personas reaccionan negativamente al hecho de que no hay otro nombre en que podamos obtener salvación. Esto no lo decidió la Iglesia, es una enseñanza específica de Jesús mismo.

 

(Juan 14:6) Jesús le respondió: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre. Si Dios designa a Jesús como el Salvador del mundo, ningún otro puede ser su igual.

 

Los cristianos tienen que tener una mentalidad abierta a diferentes aspectos, pero no en cómo somos salvos del pecado.

 

Ningún otro maestro religioso pudo morir por los pecados del género humano; ningún otro maestro religioso vino a la tierra como el Hijo unigénito de Dios; ningún otro resucitó de la muerte.

 

Nuestro enfoque debe estar en Jesús, a quien Dios ofreció como el camino para tener una relación eterna con El mismo. ¡No hay otro nombre ni camino!

 

4)._ ¿Qué dice Dios acerca de las imágenes y los ídolos? No tengan otros dioses aparte de mí. No hagan ídolos ni imágenes de nada que esté en el cielo, en la tierra o en lo profundo del mar.

 

No se arrodillen ante ellos ni hagan cultos en su honor. Yo soy el Dios de Israel, y soy un Dios celoso.

 

Yo castigo a los hijos, nietos y bisnietos de quienes me odian, pero trato con bondad a todos los descendientes de los que me aman y cumplen mis mandamientos. (Éxodo 20:3 al 6)

 

Los israelitas acababan de salir de Egipto, una tierra de muchos ídolos y muchos dioses. Como cada dios representaba un aspecto diferente de la vida de una persona, era común que adoraran muchos dioses para poder recibir el mayor número de bendiciones.

 

Cuando Dios le dijo a su pueblo que lo adorara y le creyera, no fue tan difícil para ellos, El era sólo un dios más para añadir a la lista.

 

Pero cuando dijo: No tendrás dioses ajenos delante de mí, fue difícil de aceptar para el pueblo.

 

Pero si no aprendieron que el Dios que los sacó de Egipto era el único Dios verdadero, no podrían ser su pueblo; sin importar cuán fielmente mantuvieran los otros nueve mandamientos.

 

Así, Dios hizo de este su primer mandamiento y lo enfatizó más que ningún otro.

 

Actualmente podemos permitir que muchas cosas se conviertan en dioses para nosotros. El dinero, la fama, el trabajo o el placer pueden convertirse en dioses cuando nos concentramos demasiado en ellos para buscar identidad, seguridad y significado.

 

Nadie comienza con la intención de adorar esas cosas, pero al pasar el tiempo llegan a ocupar nuestras vidas,

Pueden llegar a convertirse en dioses que al final controlarán nuestros pensamientos y nuestras energías. Permitir que Dios tenga el lugar central en nuestra vida evita que esas cosas se conviertan en dioses.

 

Serán vueltos atrás y en extremo confundidos os que confían en ídolos  y dicen a las imágenes de fundición: vosotros sois nuestros dioses (Isaías 42:17)

 

Esos que confían en los ídolos, esos que adoran a las estatuas, se alejarán de ellos llenos de vergüenza.

 

Porque Los ídolos de plata y oro ,obra de mano de hombres, tienen boca, mas  no hablan; tienen ojos mas no ven; orejas mas no oyen; tienen narices mas no huelen, manos  mas no  palpan, tienen pies mas no andan;  no hablan   con su garganta,  semejantes  a  ellos  son los  que   los hacen  y cualquiera que confía en ellos. (Salmos 115:4 al 8)

 

Cuando se escribieron los salmos, muchas personas de Israel adoraban ídolos (estatuas de madera, piedra o metal). Se envanecían con lo que veían y se contentaban por lo que no veían.

 

En la actualidad, seguimos valorando más los objetos tangibles (posición, dinero, casa, ropa, posesiones) que los resultados intangibles (crecimiento espiritual, salvación, ayudar a los necesitados, dedicar tiempo a los seres amados).

 

Los que entregan toda su vida para obtener objetos tangibles son tan necios y vacíos como sus propios ídolos.

 

(Isaías 44:9 al 20) Isaías dijo: Los fabricantes de ídolos no valen nada, como tampoco valen nada los ídolos que ellos tanto quieren. Los que adoran a los ídolos son unos ciegos y estúpidos.

 

El que funde el metal para hacer una estatua y adorarla como un dios, pierde el tiempo.  Esos artesanos son simples seres humanos: ¡que se enfrenten conmigo en un juicio, y quedarán llenos de vergüenza!

 

Miren lo que hace el herrero: calienta el metal en el fuego, lo moldea a golpe de martillo y lo trabaja con su fuerte brazo. Pero si el herrero no se alimenta ni bebe agua, se cansa y pierde todas sus fuerzas.

 

O fíjense en el escultor: toma las medidas con su regla, hace un dibujo con el lápiz y el compás. Luego hace una estatua que se parece a un ser humano, y coloca en un templo esa estatua sin vida.

 

Hay otros que plantan cedros, y la lluvia los hace crecer. Si prefieren cipreses o robles, los cultivan en el bosque hasta que están bien crecidos.

 

Luego se llevan unas ramas de los árboles para hacer fuego y calentarse, o para cocer el pan. Pero también usan otros pedazos del árbol para hacer la estatua de un dios, ¡y se arrodillan para adorarla!

 

También hay quienes encienden fuego con la mitad de la madera, asan la carne, se comen el asado, y se sienten satisfechos. Además, se calientan junto al fuego y dicen: ¡Qué bien se está aquí! ¡Ya estamos entrando en calor!

 

Y con el resto de la madera hacen la estatua de un dios, se arrodillan ante ella para adorarla, y le dirigen esta oración: ¡Sálvanos, pues tú eres nuestro dios! Esa gente no entiende nada. Están tan confundidos y cegados que no pueden comprender nada.

 

Les falta inteligencia para entender y poder decir: Si la mitad de la madera la usamos para hacer el fuego, para asar la carne y cocer el pan, ¡lo que estamos adorando no es más que un simple trozo de madera! Esa gente se deja engañar por ideas falsas, y no es capaz de entender que lo que tiene en sus manos es pura mentira.

 

Aquí Isaías describe cómo el pueblo hizo sus dioses. Qué absurdo resulta hacer un dios del mismo árbol que nos da leña. ¿Creamos nuestros dioses: dinero, fama o poder? Si creamos un dios de nuestra elección, nos engañamos y no podemos esperar que mejore nuestra vida.

 

Como dice el salmista: Los ídolos son objetos de oro y plata; ¡son hechura humana!

¿Y qué es lo que tienen? Una boca que no habla, y ojos que no ven; orejas que no oyen, y narices que no huelen; manos que no tocan, y pies que no andan; garganta tienen, ¡pero no emiten ningún sonido! Iguales a esos ídolos son quienes los hacen y quienes confían en ellos.

 

5)._ ¿Y si no me predican aun tengo excusa delante de Dios? NO (Romanos 1:19 al 21) La gente sabe todo lo que se puede saber acerca de Dios, pues Dios mismo se lo ha mostrado.

 

Por medio de lo que Dios ha creado, todos podemos conocerlo, y también podemos ver su poder. Así que esa gente no tiene excusa, pues saben de Dios, pero no lo respetan ni le dan las gracias. No piensan más que en hacer lo malo y en puras tonterías.

 

¿Posee alguien excusa para no creer en Dios? La Biblia responde con un enfático no. Dios ha revelado su existencia a través de la naturaleza.

 

Cada persona, por lo tanto, debe aceptar o rechazar a Dios. No sea negligente. Cuando llegue el día en que deba ser juzgado por lo que haya escogido, no habrá excusa. Empiece a darle hoy su devoción y adoración.

 

En estos versículos, Pablo responde a una objeción común: ¿Cómo un Dios amoroso puede enviar a alguien al infierno, sobre todo a quien nunca oyó acerca de Cristo? Pablo dice que Dios se nos ha revelado ampliamente en su creación. Y la gente sigue aún rechazando este conocimiento básico de Dios.

 

Además, cada uno sabe en su fuero interno lo que Dios demanda, pero optan por no vivir de acuerdo a ello. En otras palabras, nuestras normas morales son siempre mejores que nuestra conducta.

 

Si la gente suprime la verdad de Dios a fin de vivir a su manera, no tiene excusa. Conoce la verdad y tiene que sufrir las consecuencias de pasarla por alto.

 

Algunas personas se preguntan por qué necesitamos misioneros si la gente puede conocer a Dios a través de la naturaleza (la creación).

La respuesta: (1) A pesar de que la gente sabe que Dios existe, anulan esta verdad con sus perversiones y rechazan así toda relación con El. Los misioneros con mucho tacto les señalan ese error y les muestran la posibilidad de un nuevo comienzo.

 

(2) A pesar de que las personas pueden creer en Dios, no quieren compromisos con El. Los misioneros intentan persuadirlos mediante palabras afectuosas y obras de amor.

 

(3) Los misioneros convencen a la gente que rechaza a Dios de las peligrosas consecuencias de ese rechazo. (4) A través de los misioneros la iglesia obedece la Gran Comisión de nuestro Señor Jesucristo que vallamos y ágamos discípulos por todas las naciones y que les enseñemos a aguardar sus mandamientos como el nos los enseño a nosotros. (Mateo 28:19 y 20)

 

(5) Y lo que es más importante, aunque la naturaleza revela a Dios, a la gente hay que hablarle de Cristo y cómo, a través de Él, pueden tener una relación personal con Dios.

 

No es suficiente saber que Dios existe. La gente debe aprender que Dios es amor. Debe entender lo que hizo para demostrarnos su amor.

 

Debe mostrárseles cómo aceptar el perdón de pecados que ofrece Dios.

 

¿Qué tipo de Dios nos revela la naturaleza? La naturaleza nos muestra un Dios poderoso, inteligente, minucioso, un Dios de orden y hermosura; un Dios que controla todas las cosas.

 

Esta es su revelación general. A través de su revelación especial (la Biblia y la venida de Jesús), aprendemos acerca del amor, el perdón y la vida eterna que Dios ofrece.

 

En su gracia se nos ha revelado de estas dos maneras, para que podamos creer en El.

 

Dios se revela a través de la naturaleza a pesar de que este testimonio se ha distorsionado con la caída del hombre.

El pecado de Adán motivó que la maldición divina cayera sobre la naturaleza. Los espinos y los cardos fueron los resultados inmediatos, y desde entonces y hasta nuestros días los desastres naturales han sido comunes.

 

En (Romanos 8:19 y 21) Pablo dice que la naturaleza misma espera ansiosamente ser redimida de los efectos del pecado.

 

¿Cómo pueden las personas inteligentes volverse idólatras? La idolatría empieza cuando la gente rechaza lo que sabe acerca de Dios. En lugar de poner sus ojos en El, el Creador y sustentador de la vida, actúan como si fueran el centro del universo.

 

Muy pronto inventan dioses que se ajustan muy bien a su egoísmo, sus planes y sus designios. Estos dioses pueden ser figuras de madera, pero también pueden ser metas o cosas que queremos tener tales como dinero, poder o comodidades.

 

Aun podrían ser representaciones erróneas de Dios mismo en las que lo conformamos a nuestra imagen, en lugar de que sea al revés.

 

El denominador común es: los idólatras adoran las cosas que Dios ha hecho antes que a Dios mismo. ¿Cuáles son sus prioridades? ¿Dónde están sus sueños, planes, esperanzas? ¿Rinde culto a Dios o a ídolos que se ha fabricado?

 

Si yo (Jesucristo) no hubiera venido, Esa gente no sería culpable por sus pecados si yo no hubiera venido a hablarles, y si delante de ellos no hubiera hecho yo cosas que nadie jamás ha hecho. Pero aun así me odian a mí, y también a mi Padre. Porque el que me odia, también odia a mi Padre. (Juan 15:22 al 24)

 

6)._ ¿Existe verdaderamente un juicio, el infierno y quienes irán allá? Y de manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez y después de esto el juicio. (Hebrero 9:27)

 

Por eso Dios los ha dejado hacer lo que quieran, y sus malos pensamientos los han llevado a hacer con sus cuerpos cosas vergonzosas.

En vez de adorar al Dios verdadero, adoran a dioses falsos; adoran las cosas que Dios ha creado, en vez de adorar al Dios que las creó y que merece ser adorado por siempre. Amén.

 

Por esa razón, Dios ha dejado que esa gente haga todo lo malo que quiera. Por ejemplo, entre ellos hay mujeres que no quieren tener relaciones sexuales con los hombres, sino con otras mujeres.

 

Y también hay hombres que se comportan de la misma manera, pues no volvieron a tener relaciones sexuales con sus mujeres, sino que se dejaron dominar por sus deseos de tener relaciones con otros hombres.

 

De este modo, hicieron cosas vergonzosas los unos con los otros, y ahora sufren en carne propia el castigo que se buscaron.

 

y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entrego a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda  injusticia, fornicación,  perversidad,  avaricia, maldad,  llenos  de envidias,  murmuradores, detractores,

 

Aborrecedores  de  Dios, injuriosos, soberbios  altivos,  inventores de  males, desobediente  a  los  padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables,

 

sin misericordia  quienes habiendo  entendido  el juicio  de Dios  que  quienes practican  tales cosas son dignos  de muerte, no solo las hacen, sino que  también se complacen con los que las practican (Romanos 1:24 al 32)

 

Pablo con toda claridad describe la inevitable espiral descendente del pecado. Primero, las personas rechazan a Dios; después, se hacen sus ideas de qué debe ser y hacer un dios; luego caen en pecado: pecado sexual, codicia, odio, envidia, homicidio, disensión, engaño, malicia, chisme.

 

Por último, crece su odio hacia Dios y animan a otros a que sientan lo mismo. Dios no da inicio a esta progresión hacia el mal. Pero cuando las personas lo rechazan, les concede vivir como hayan escogido.

 

Dios los entrega o los hace sentir la consecuencia natural de sus pecados. Una vez atrapados por la espiral descendente, no pueden librarse. Los pecadores deben confiar en Cristo solamente si han de hallar la vía de escape.

 

Estas personas decidieron rechazar a Dios y El se lo permitió. Por lo general, Dios no interfiere en nuestras decisiones que van en contra de su voluntad.

 

Nos permite declarar nuestra aparente independencia de Él, a pesar de que sabe que en poco tiempo seremos esclavos de nuestra rebeldía, y perderemos la libertad de no pecar.

 

¿Tiene la vida sin Dios la apariencia de libertad para usted? Estúdielo bien. No hay peor esclavitud que la del pecado.

 

La gente tiende a creer en mentiras que respaldan sus propias creencias egocéntricas. Hoy más que nunca debemos tener cuidado con los datos a los que permitimos moldear nuestras convicciones.

 

A través de la televisión, la música, las películas y el resto de los medios masivos de comunicación que nos presentan estilos de vida pecaminosos y valores malsanos, constantemente nos bombardean con actitudes y creencias opuestas por completo a la Biblia.

 

Tenga cuidado con lo que permite llegue a formar parte de sus opiniones. La Biblia es la única norma de verdad. Evalúe las demás opiniones a la luz de sus enseñanzas.

 

El plan divino en cuanto a las relaciones sexuales normales es el ideal de Dios para su creación. Es lamentable, pero el pecado distorsiona el uso natural de los dones de Dios.

 

A menudo, el pecado no solo implica negar a Dios, sino también negar la forma en que nos hizo. Cuando una persona dice que cualquier acto sexual es aceptable siempre que no hiera a nadie, se está engañando.

 

A la larga (y por lo general en breve) el pecado hiere a la gente: individuos, familias, sociedad. ¡Qué lamentable que la gente adore las cosas que Dios ha hecho en lugar de rendir culto al Creador,

Al grado que muchas veces distorsione y destruya las cosas que realmente valen! Sin embargo, es imposible comprender el plan natural de Dios sin llegar a conocer al Creador mismo.

 

La homosexualidad (cambio o abandono de las relaciones sexuales naturales) se había propagado en los días de Pablo como en los nuestros.

 

Muchas prácticas paganas lo alentaban. La voluntad de Dios es recibir a todo el que acuda a Él en fe y los cristianos deben amar a los demás sin importar su procedencia. Sin embargo, la homosexualidad está estrictamente prohibida en las Escrituras.

 

(Levíticos 18:22) Nadie debe tener relaciones sexuales con otro hombre. Eso es algo que me repugna.

 

En el mundo de hoy, muchos consideran aceptable esta práctica, incluso algunas iglesias. Pero la sociedad no es la que establece el patrón para las leyes de Dios.

 

Muchos homosexuales creen que sus deseos son normales y que tienen el derecho de expresarlos. Pero Dios no nos obliga ni anima a satisfacer todos nuestros deseos (aun los que son normales).

 

Los deseos que violan sus leyes son indebidos y deben controlarse. Si usted tiene estos deseos, puede y debe resistirlos. Conscientemente evite lugares o actividades que sabe inflamará tentaciones de esta naturaleza.

 

No menosprecie el poder de Satanás para tentarlo ni el potencial para causarle un daño serio si cede a esas tentaciones. Recuerde, Dios puede y perdonará pecados sexuales así como perdona otros pecados.

 

Ríndase a la gracia y a la misericordia de Dios pidiéndole que le muestre el camino para salir del pecado e ir a la luz de su libertad y amor.

 

La oración, el estudio de la Biblia y el firme compañerismo de los cristianos en una iglesia centrada en la Biblia pueden ayudarle a cobrar energías para resistir estas tentaciones poderosas.

 

Si usted es una persona que anda en este pecado, tendrá que buscar la ayuda de un pastor que sea confiable, profesional y buen consejero.

 

¿Cómo sabía esta gente que el castigo que Dios impone a estos delitos es la muerte? Los seres humanos, creados a la imagen de Dios, tienen conciencia y naturaleza moral básica.

 

Esta verdad se acepta más allá de los círculos religiosos. Los sicólogos, por ejemplo, dicen que la persona sin conciencia sufre un serio desorden de la personalidad que es muy difícil de tratar.

 

Por instinto, muchas personas se dan cuenta cuando hacen algo incorrecto, pero pudiera no importarles. Algunas personas, incluso, se arriesgan a una muerte temprana por saciar sus deseos ahora.

 

Sé que es malo, pero lo quiero, dicen; o Sé que es peligroso, pero correré el riesgo. Para este tipo de personas, parte de su distracción es ir contra la voluntad de Dios, las normas morales de la comunidad, el sentido común y su concepto de lo que es bueno o malo.

 

Pero en lo profundo de su ser saben que la paga del pecado es la muerte. (Romanos 6:23) Quien sólo vive para pecar, recibirá como castigo la muerte. Pero Dios nos regala la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.

 

(2 Pedro 3:4 al 9) y les preguntarán: ¿Qué pasó con la promesa de que Jesucristo regresaría? Ya murieron nuestros padres, ¡y todo sigue igual que cuando el mundo fue creado!

 

Esa gente no quiere darse cuenta de que, hace mucho tiempo, Dios creó los cielos y la tierra, y de que con sólo una orden separó la tierra y los mares.

 

Además, Dios usó el agua del diluvio para destruir al mundo de esa época; pero, con ese mismo poder, ha dado la orden de que,

En el momento indicado, los cielos y la tierra que ahora existen sean destruidos con fuego. Serán quemados el día en que Dios juzgue a todos y destruya a los que hacen el mal.

 

Además, hermanos míos, no olviden que, para el Señor, un día es como mil años, y mil años son como un día.

 

No es que Dios sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Lo que pasa es que Dios tiene paciencia con ustedes, porque él no quiere que nadie muera, sino que todos vuelvan a obedecerle.

 

Los burladores de los últimos días dirán que Jesucristo nunca volverá, pero Pedro refutó su argumento explicando el plan maestro de Dios en el tiempo.

 

Los postreros días es el tiempo intermedio entre la primera y segunda venida de Cristo. En ese sentido, nosotros, como Pedro, vivimos en los postreros días. Debemos cumplir con la tarea a que Dios nos ha llamado y creer que volverá tal como lo prometió.

 

En la época de Noé la tierra fue juzgada mediante el agua; en la segunda venida de Cristo será juzgada por el fuego.

 

Dios pudo haber parecido muy lento para estos creyentes cuando afrontaban la persecución cada día y anhelaban ser librados. Pero Dios no es lento y no actúa de acuerdo con nuestra medición del tiempo.

 

(Salmo 90:4)  Para ti, mil años pasan pronto; pasan como el día de ayer, pasan como unas horas de la noche.

 

Moisés nos recuerda que mil años son como un día para el Señor. El tiempo no limita a Dios. Es muy fácil desalentarse cuando pasan los años y el mundo no mejora.

 

Debido a que no podemos ver hacia el futuro, a veces nos preguntamos si Dios lo puede ver. Pero no cometa el error de suponer que Dios tiene las mismas limitaciones que nosotros. A Él no lo limita el tiempo de ninguna manera. Podemos depender de Dios porque El es eterno.

Jesucristo está esperando que más pecadores se arrepientan y se vuelvan a Él. No debemos sentarnos a esperar el regreso de Cristo, sino vivir con la consigna de que el tiempo es corto y tenemos una tarea importante que realizar.

 

Debe estar listo para encontrarse con Cristo en cualquier momento; sin embargo, planifique los pasos de su servicio como si demorara varios años más en volver.

 

7)._ ¿Qué tengo que hacer para ser salvo? Más bien, la Biblia dice: El mensaje de Dios está cerca de ti; está en tu boca y en tu corazón. Y ese mismo mensaje es el que les traemos: que debemos confiar en Dios.

 

Pues si ustedes reconocen con su propia boca que Jesús es el Señor, y si creen de corazón que Dios lo resucitó, entonces se librarán del castigo que merecen.

 

Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor y creyeres en tu corazón que Dios le levanto de los muertos, serás salvo, porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. (Romanos 10:8 al 10)

 

¿Alguna vez le han preguntado cómo se hace uno cristiano? Estos versículos le dan la preciosa respuesta: la salvación está en el corazón y en la boca.

 

La gente piensa que debe ser un proceso complicado, pero no es así. Si creemos en nuestro corazón y proclamamos con nuestra boca que Jesús es el Señor resucitado, seremos salvos.

 

El fin de todo el discurso oído es este: Temed a Dios, y guarda sus mandamientos porque esto es el todo del hombre, porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala. (Eclesiastés 12:13 y 14)

 

En su conclusión, Salomón presenta sus antídotos para las dos enfermedades presentadas en este libro. Quienes carezcan de propósito y dirección en la vida deben respetar a Dios y seguir sus principios para la vida.

Los que piensan que la vida es injusta deben recordar que Dios analizará la vida de cada persona para determinar cómo le ha respondido a Él y traerá a juicio todo hecho.

 

¿Ha comprometido usted su vida presente y futura con Dios? ¿Está su vida a la altura de las normas de Dios?

 

El libro de Eclesiastés no puede interpretarse correctamente sin leer estos versículos finales. No importan cuáles sean los misterios y las aparentes contradicciones de la vida, debemos trabajar hacia el único propósito de conocer a Dios.

 

En Eclesiastés, Salomón nos muestra que debemos disfrutar de la vida, pero que esto no nos exime de obedecer los mandamientos de Dios.

 

Debemos buscar el propósito y el significado de la vida, pero no se pueden encontrar en los logros humanos. Debemos reconocer la maldad, necedad e injusticia en la vida, y aun así mantener una actitud positiva y una fe sólida en Dios.

 

Todas las personas tendrán que comparecer delante de Dios y ser juzgadas por lo que hicieron en esta vida. No podremos utilizar las incongruencias de la vida como excusas de no haber vivido adecuadamente.

 

Para vivir bien, necesitamos: (1) reconocer que el esfuerzo humano separado de Dios es vanidad, (2) colocar a Dios en primer lugar... ahora, (3) recibir todo lo bueno como un regalo de Dios, (4) darse cuenta que Dios juzgará tanto lo malo como lo bueno y (5) saber que Dios juzgará la calidad de vida de toda persona. Resulta muy extraño que la gente se pase la vida entera luchando por alcanzar el verdadero gozo que Dios nos da como regalo.

 

 

Di esta Oración: Señor Jesucristo reconozco el sacrificio que hiciste por mí en la cruz del calvario, te acepto como mi único y suficiente Salvador, te pido que me laves con tu sangre, te pido Dios que inscribas mi nombre en el libro de la vida y me ayudes a servirte y hacer tu voluntad para la gloria y la honra de tu nombre en el Nombre de Jesucristo.  Amén.