una nueva vida

Introducción: La nueva vida en Cristo

 

Dios nos ha escogido para ser los representantes de Cristo en la tierra. A la luz de esta verdad, Pablo nos desafía a tener vidas dignas al llamado que hemos recibido, el maravilloso privilegio de ser llamados propiedad de Cristo.

 

Esto incluye ser humilde, gentil, paciente, comprensivo y pacificador. La gente observa su vida. ¿Pueden ver a Cristo en usted? ¿Qué tan bien cumple como representante?

 

Nadie logrará ser perfecto aquí en la tierra, por lo tanto debemos aceptar y amar a otros cristianos a pesar de sus faltas. Cuando vemos errores en otros creyentes, debiéramos actuar con paciencia y amabilidad.

 

¿Le incomoda las acciones de alguien o su personalidad? En lugar de detenerse en las debilidades o buscar errores de dicha persona, ore por ella. Luego haga algo más, pasen tiempo juntos y vea si usted puede lograr ser de agrado a esa persona.

 

Algunos cristianos temen que cualquier error destruya su testimonio por el Señor. Ven su propia debilidad y saben que muchos incrédulos parecen tener un carácter más fuerte del que en realidad tienen.

 

¿Cómo crecemos en Cristo? La respuesta es que El nos forma en un cuerpo, en un grupo de individuos unidos en su propósito y en su amor unos por otros y por Cristo.

 

Si uno de ellos tambalea, el resto está allí para apoyarlo y ayudarle a caminar con su Señor otra vez. Si otro peca, puede hallar restauración mediante la iglesia.

 

La nueva vida en Cristo

 

(Efesios 4:17-24)  Esto, pues, es lo que les digo y les encargo en el nombre del Señor: que ya no vivan más como los paganos, los cuales viven de acuerdo con sus equivocados criterios y tienen oscurecido el entendimiento.

Ellos no gozan de la vida que viene de Dios, porque son ignorantes a causa de lo insensible de su corazón.

 

Se han endurecido y se han entregado al vicio, cometiendo sin freno toda clase de cosas impuras.

 

Pero ustedes no conocieron a Cristo para vivir así, pues ciertamente oyeron el mensaje acerca de él y aprendieron a vivir como él lo quiere, según la verdad que está en Jesús.

 

Por eso, deben ustedes renunciar a su antigua manera de vivir y despojarse de lo que antes eran ya que todo eso se ha corrompido, a causa de los deseos engañosos.

 

Deben renovarse espiritualmente en su manera de juzgar y revestirse de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se distingue por una vida recta y pura, basada en la verdad.

 

Cristo es la Verdad (Juan_14:6) Jesús le contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre.

 

Este es uno de los pasajes más básicos e importantes de las Escrituras. ¿Cómo conoceremos el camino hacia Dios? Únicamente a través de Jesús. El es el camino porque es a la vez Dios y Hombre.

 

Al unir nuestras vidas a la de Él, nos unimos con Dios. Confíe que Jesús lo llevará al Padre y que todos los beneficios de ser hijo de Dios serán suyos.

 

Por ser el camino, Jesús es nuestra senda al Padre. Por ser la verdad, es la realidad de todas las promesas de Dios. Por ser la vida, une su vida divina a la nuestra, tanto ahora como eternamente.

 

Y el Espíritu Santo que guía a la Iglesia es el Espíritu de verdad (Juan_16:13)Cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que van a suceder.

 

Jesús dijo que el Espíritu Santo les diría "las cosas que habrán de venir": la naturaleza de su misión, la oposición a la que se enfrentarían y el resultado final de sus esfuerzos.

 

No entendieron por completo estas promesas hasta que el Espíritu Santo vino después de la muerte y resurrección de Jesús. Entonces el Espíritu Santo reveló verdades a los discípulos que ellos escribieron en los libros que ahora forman el Nuevo Testamento.

 

Satanás, por el contrario, es el padre de mentira (Juan_8:44) El padre de ustedes es el diablo; ustedes le pertenecen, y tratan de hacer lo que él quiere.

 

El diablo ha sido un asesino desde el principio. No se mantiene en la verdad, y nunca dice la verdad. Cuando dice mentiras, habla como lo que es; porque es mentiroso y es el padre de la mentira.

 

Las actitudes y acciones de estos líderes claramente los identifica como seguidores de Satanás. Es posible que no hayan tenido conciencia de esto, pero su desprecio por la verdad, sus mentiras y sus intenciones homicidas indicaban cuánto control tenía el diablo sobre ellos.

 

Eran sus herramientas para llevar a cabo sus planes; hablaban el mismo idioma de mentiras. Satanás sigue usando a las personas para obstruir la obra de Dios 

 

Como seguidores de Cristo, debemos dedicarnos a la verdad. Esto significa que nuestras palabras serán sinceras como también nuestras acciones reflejarán la integridad de Cristo.

 

Seguir la verdad en amor no siempre es fácil, conveniente ni placentero, pero es necesario si la Iglesia va a cumplir con la obra de Cristo en el mundo.

 

Vivir en "la vanidad de su mente" se refiere a la tendencia natural y humana de pensar sus caminos lejos de Dios. El orgullo intelectual, la racionalización y las excusas alejan a la gente de Dios.

No se sorprenda si las personas no aceptan el evangelio. El evangelio parecerá locura a quienes abandonan la fe y se apoyan en su propio entendimiento.

 

La gente debiera poder ver una diferencia entre los cristianos y los que no lo son por la forma de vivir de los primeros. Ahora vivimos como hijos de luz.

 

Pablo dice a los efesios que deben dejar la vida pasada de pecado, ahora que son seguidores de Cristo.

 

La vida cristiana es un proceso. Aunque tenemos una nueva naturaleza, no adquirimos automáticamente todos los pensamientos y las actitudes buenas cuando nos convertimos en nuevas personas en Cristo. Pero si nos mantenemos atentos a Dios, siempre estaremos cambiando.

 

¿Nota un proceso de cambio para mejorar pensamientos, actitudes y acciones en comparación con los años pasados? A pesar de que el cambio puede ser lento, ocurrirá de todas maneras si confía en que Dios le cambiará.

 

Nuestra vieja manera de vivir, la que teníamos antes de que creyéramos en Cristo, es cosa del pasado. Debemos dejarla atrás como ropa vieja que necesita desecharse.

 

Esto es tanto una decisión que hacemos para toda la vida cuando decidimos aceptar el regalo de salvación que Cristo nos da, como un compromiso consciente diario.

 

No andamos por impulsos ni deseos. Debemos ubicarnos en nuestro nuevo papel, apuntar en la nueva dirección y apropiarnos de la nueva línea de pensamiento que el Espíritu Santo nos da.

 

Mentirle a otro quebranta la unidad, crea conflicto y destruye la confianza. Rompe las relaciones y conduce a una guerra abierta en la iglesia.

 

La Biblia no nos dice que debemos evitar sentir enojo, pero sí destaca que debemos saber controlarlo apropiadamente.

Si somos descuidados al hablar, el enojo herirá a otros y destruirá las relaciones. Si las guardamos, motivará amargura y nos destruirá por dentro.

 

Pablo nos dice que debemos enfrentar nuestro enojo de inmediato, de modo que edifique relaciones antes que las destruya. Si alimentamos nuestro enojo, daremos a Satanás la oportunidad para dividirnos.

 

¿Está molesto con alguien en este momento? ¿Qué puede hacer para resolver las diferencias? No deje que termine el día antes de que empiece a hacer algo para solucionar el conflicto y salvar su relación.

 

 

Aplicaciones concretas

 

(Efesios 4:25-32) Por lo tanto, ya no mientan más, sino diga cada uno la verdad a su prójimo,porque todos somos miembros de un mismo cuerpo.

 

Si se enojan, no pequen; que el enojo no les dure todo el día. No le den oportunidad al diablo.

 

El que robaba, deje de robar y póngase a trabajar, realizando un buen trabajocon sus manos para que tenga algo que dar a los necesitados.

 

No digan malas palabras, sino solo palabras buenas y oportunas que edifiquen la comunidad y traigan beneficios a quienes las escuchen.

 

No hagan que se entristezca el Espíritu Santo de Dios, con el que ustedes han sido sellados para distinguirlos como propiedad de Dios el día en que él les dé la liberación definitiva.

 

Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los insultos y toda clase de maldad.

 

Sean buenos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.

 

Podemos contristar al Espíritu Santo por la forma en que vivimos. Pablo nos amonesta en contra del lenguaje vulgar, sin sentido, uso inapropiado del lenguaje, amargura, palabras torpes y actitudes impropias contra otros.

 

En cambio, debiéramos perdonar, así como Dios lo hizo con nosotros.

 

¿Lastima o agrada a Dios con sus actitudes y acciones? Actúe en amor con sus hermanos en Cristo en la forma que Dios lo hizo al enviar a su Hijo para morir por sus pecados.

 

Esta es ley de Cristo relacionada con el perdón tal como se enseña en los Evangelios (Mateo_6:14-15; Mateo_18:35; Marcos_11:25).

 

También la hallamos en la oración del Señor: "Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores". Dios no nos perdona porque perdonamos a otros, sino por su gran misericordia.

 

Al entender su misericordia, sin embargo, anhelaremos ser como El. Ya que hemos sido perdonados, actuaremos de igual modo con otros.

 

Los que no están dispuestos a perdonar no llegan a ser uno con Cristo.

 

El estuvo dispuesto a perdonar aun a los que lo crucificaron (Lucas_23:34) [Jesús dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” Y los soldados echaron suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús.

 

Jesús pidió a Dios que perdonara a la gente que le daba muerte: líderes judíos, políticos romanos, soldados y espectadores, y Dios contestó esa oración al abrir el camino de salvación aun para los asesinos de Jesús.

 

El oficial romano y los soldados testigos de la crucifixión dijeron: "Verdaderamente éste era Hijo de Dios" (Mateo_27:54) Cuando el capitán y los que estaban con él vigilando a Jesús vieron el terremoto y todo lo que estaba pasando, se llenaron de miedo y dijeron: ¡De veras este hombre era Hijo de Dios!

 

La muerte de Cristo estuvo acompañada de por lo menos cuatro acontecimientos milagrosos: la oscuridad, la división de la cortina en el templo, el terremoto y la resurrección de varias personas. La muerte de Jesús no pasó desapercibida. Todos notaron que algo significativo estaba teniendo lugar.

 

Pronto muchos sacerdotes se convirtieron a la fe cristiana (hechos_6:7) El mensaje de Dios iba extendiéndose, y el número de los creyentes aumentaba mucho en Jerusalén. Incluso muchos sacerdotes judíos aceptaban la fe.

 

Jesús dijo a los apóstoles que debían ser testigos primero en Jerusalén. En poco tiempo, su mensaje se infiltró en la ciudad entera y en todos los niveles sociales.

 

Inclusive algunos sacerdotes se convirtieron, yendo en contra de las directivas del concilio judío y poniendo en peligro su posición.

 

La Palabra de Dios se propagaba como ondas en un estanque, desde un centro único, cada una tocando la próxima, con mayor amplitud y alcance.

 

Incluso hoy, el evangelio se difunde así. Usted no tiene que cambiar el mundo en forma aislada.

 

Siéntase parte de una onda, tocando a los que están cerca de usted, quienes a su vez harán lo mismo hasta que todos sientan el movimiento. No piense que su parte es insignificante ni intrascendente.

 

Ya que somos pecadores, todos tuvimos parte en la muerte de Cristo. La buena nueva es que Dios es bondadoso, que nos perdonará y nos dará una nueva vida a través de su Hijo.

 

Los soldados romanos acostumbraban repartirse las ropas de los malhechores ejecutados. Cuando echaron suertes por las de Jesús, cumplieron la profecía del (salmo_22:18) se han repartido mi ropa entre sí, y sobre ella echan suertes.

 

Robarle a una persona todo, aun su ropa, dejándolo desnudo y desamparado, es un gran insulto a la dignidad humana.

Jesús el Mesías sufriría esta experiencia humillante en la cruz. La mayoría de nosotros nunca conoceremos la vergüenza y el sufrimiento de quedarse sin dinero y desnudo en un lugar público, como les sucedió a muchos de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial o a los desamparados que hoy viven en las calles de nuestra ciudad.

 

Sin embargo, cualquiera de nosotros se sentiría desnudo si algún pecado nuestro, ya sea secreto o no, es descubierto. En ese momento, necesitaremos clamar como el salmista: "Fortaleza mía, apresúrate a socorrerme"

 

(salmo_22:19) Pero tú, Señor, que eres mi fuerza, ¡No te alejes!, ¡ven pronto en mi ayuda!

 

LA UNIDAD DE TODOS LOS CREYENTES

 

Los creyentes son uno en:        Nuestra unidad se experimenta en:

Cuerpo………………………….La comunión de los creyentes: la Iglesia

Espíritu…………………………El Espíritu Santo que activa la comunión

Esperanza…………………...Ese futuro glorioso al que somos llamados

Señor………………………Cristo, al que todos pertenecemos

Fe………………………..Nuestra entrega única a Cristo

Bautismo………………Bautismo: simboliza la entrada a la Iglesia

Dios…………………..Dios, nuestro Padre, nos guarda por la eternidad

 

A menudo los creyentes se dividen debido a diferencias doctrinales mínimas. Pero Pablo aquí muestra los aspectos en los que los cristianos deben estar de acuerdo para lograr la verdadera unidad. Cuando los cristianos tienen esta unidad de Espíritu, las pequeñas diferencias no deberán disolverla.

 

Padre que entendamos que tu deseas la unidad entre los creyente que tu no vienes por religiones, que vienes por una iglesia unida un solo cuerpo, no a recoger pedazos de un cuerpo mutilado por nosotros mismo separándonos por las denominaciones y tradiciones del mundo, que vienes por un solo cuerpo.

 

 

Bendito padre celestial en el nombre de nuestro amado salvador Jesucristo te pido que nos ayudes para que tu palabra cobre vida en nuestro corazón, que sea una realidad la cual podamos vivir para tu gloria y honra padre amado en el nombre de Jesús te lo pido amen.

Escribir comentario

Comentarios: 0

jesus salva

su palabra tiene poder

lee la biblia

jeremias 33:3

clama a mi y yo te respondere

te mostrare cosas grande

que aun no conoces.


(Ezequiel 33:10 al 20) Los israelitas creen que ya no tienen remedio. Creen que se están pudriendo en vida porque han pecado mucho, Pero tú debes decirles de mi parte que yo no quiero que muera la gente malvada,

 

Lo que quiero es que dejen su mala conducta y vivan. Israelitas, ¡cambien su mala conducta! ¡Dejen de hacer lo malo, y no morirán!

 

Pon atención, Ezequiel, Los israelitas me critican y dicen que soy injusto, pero en realidad los injustos son ellos,

 

Por eso quiero que les aclares esto: Si una persona buena hace lo malo, todo lo bueno que haya hecho no la salvará de morir; pero si una persona malvada deja de hacer lo malo, todo lo malo que haya hecho le será perdonado, y vivirá por hacer lo que es recto y justo,

 

Si roba algo, o recibe algo en prenda, pero lo devuelve, no volveré a acordarme de sus pecados, pues habrá obedecido mis mandamientos, que dan vida,

 

Si a una persona buena le prometo que vivirá muchos años, y confiada en eso empieza a pecar, yo no tomaré en cuenta todo lo bueno que haya hecho, sino que morirá por los pecados que haya cometido,

 

Sin embargo, los israelitas me critican y siguen diciendo que soy injusto, Pero yo voy a juzgar a cada quien de acuerdo con su conducta,

 

Los cautivos estaban desalentados por sus pecados pasados, Este es un punto crucial en este libro, En otras partes del libro de Ezequiel, el pueblo se negó a enfrentar sus pecados, Aquí, se sentían profundamente culpables por vivir tantos años en rebelión en contra de Dios,

 

Por lo tanto, El les aseguró que los perdonaría si se arrepentían, Dios quiere que todo el mundo se vuelva a Él, Jehová Ve lo que somos y lo que seremos, no lo que hemos sido,

 

Dios da a cada persona la oportunidad de volverse a Él, así que aprovéchela, Trate de seguirlo con sinceridad y pídale que lo perdone cuando falle,

 

Las buenas acciones pasadas no salvan a una persona que decide volver a una vida de pecado, Algunas personas quizás piensen que han hecho suficientes obras buenas que justificaran o quitaran las malas acciones a las que no quieren renunciar,

 

Pero es inútil tratar de ser bueno en algunos aspectos y deliberadamente malo en otras, Dios quiere obediencia y amor completos,

 

Si bien las buenas obras no nos salvan, la salvación debe llevarnos a actuar con rectitud, Esto incluye una restitución por los pecados del pasado, Dios espera que restituyamos, cuando fuera necesario, por las cosas malas que hemos hecho, (como ilustra la historia de Zaqueo, en Lucas19:1 al 10)

 

Jesús entró en Jericó, Allí vivía Zaqueo, un hombre muy rico que era jefe de los cobradores de impuestos, Zaqueo salió a la calle para conocer a Jesús, pero no podía verlo, pues era muy bajito y había mucha gente delante de él, Entonces corrió a un lugar por donde Jesús tenía que pasar y, para poder verlo, se subió a un árbol de higos,

 

Cuando Jesús pasó por allí, miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, bájate ahora mismo, porque quiero hospedarme en tu casa, Zaqueo bajó enseguida, y con mucha alegría recibió en su casa a Jesús,

 

Cuando la gente vio lo que había pasado, empezó a criticar a Jesús y a decir: ¿Cómo se le ocurre ir a la casa de ese hombre tan malo?

 

Después de la comida, Zaqueo se levantó y le dijo a Jesús: Señor, voy a dar a los pobres la mitad de todo lo que tengo, Y si he robado algo, devolveré cuatro veces esa cantidad,

 

Jesús le respondió: Desde hoy, tú y tu familia son salvos, pues eres un verdadero descendiente de Abraham, Yo, el Hijo del hombre,

He venido para buscar y salvar a los que se habían perdido y viven alejados de Dios, Para financiar su gran imperio mundial, los romanos cargaron de impuestos elevados a las naciones que estaban bajo su dominio,

 

Los judíos se oponían a estos impuestos porque servían para apoyar a un gobierno secular y a sus dioses paganos, pero aun así estaban obligados a pagar,

 

Los cobradores de impuestos eran las personas más impopulares en Israel, A los judíos por nacimiento que optaban trabajar para los romanos se les consideraba traidores, Además, era sabido por todos, que los cobradores de impuestos se enriquecieron a expensas de sus compatriotas,

 

No sorprende, por lo tanto, que las multitudes se sintieron molestas cuando Jesús visitó a Zaqueo, un cobrador de impuestos, A pesar de que Zaqueo era deshonesto y traidor, Jesús lo amaba y, en respuesta, el pequeño recaudador de impuestos se convirtió,

 

En toda sociedad ciertos grupos de personas se consideran "intocables" ya sea por su opinión política, conducta inmoral o forma de vivir, No debemos ceder a la presión social y evadir a este tipo de personas, Jesús las ama y estas necesitan oír sus buenas nuevas,

 

Por la reacción de la gente se puede juzgar que Zaqueo fue, sin duda, un torcido publicano, Sin embargo, después de su encuentro con Jesús llegó a la conclusión de que su vida necesitaba que la enderezaran,

 

Al dar a los pobres y restituir con intereses generosos a los que defraudó, Zaqueo demostró mediante acciones externas el cambio interno que experimentó,

 

No es suficiente seguir a Cristo de corazón, Debe mostrar su cambio de vida mediante una nueva conducta, ¿Traduce su fe en acciones? ¿Qué cambios necesita hacer?

 

Cuando Jesús dijo que Zaqueo era un hijo perdido de Abraham, debe haber sorprendido a sus oyentes al menos en dos maneras,

No les debe haber gustado reconocer que este cobrador de impuestos tan impopular era un compatriota hijo de Abraham y no deben haber deseado admitir que hijos de Abraham pudieran perderse,

 

Una persona no se salva por un notable linaje, ni se condena por uno malo; la fe es más importante que la descendencia, A Jesús le interesa llevar a su Reino a los perdidos, sin importarle sus antecedentes ni estilos de vida anteriores,  Mediante la fe, los perdona y hace nuevos,

 

"De modo que si alguno está en Cristo Jesús, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas"

 

 (2 CORINTIOS  5: 17)

EL PLAN DE SALVACIÓN DEL PADRE POR MEDIO DE SU HIJO, EN 7 PUNTOS.

 

1)._ ¿Porque necesitamos arrepentirnos? y ¿porque necesitamos la salvación de nuestra  alma? Porque  todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de  Dios. (Romanos 3:23)

 

Todos hemos pecado, y por eso estamos lejos de Dios. Algunos pecados parecen ser mucho más grandes que otros porque sus consecuencias son mayores.

 

El homicidio, por ejemplo, nos parece que es peor que el odio, y el adulterio al parecer es peor que la lujuria.

 

Pero esto no significa que nos merecemos la vida eterna porque nuestros pecados son de menor consecuencia.

 

Cualquier pecado nos convierte en pecadores y nos aparta de nuestro Dios santo.

 

Cualquier pecado, por lo tanto, conduce a la muerte (porque nos incapacita para vivir con Dios) por grande o pequeño que el pecado parezca.

 

No minimice los pecados pequeños ni valore con exceso los grandes. Todos nos separan de Dios, pero también todos pueden ser perdonados.

 

Por tanto, como el pecado entro en el mundo por un hombre, y por el

Pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto

Todos pecaron. (Romanos 5:12)

 

El primer pecado en el mundo fue la desobediencia de Adán. Así, en castigo por el pecado, apareció la muerte en el mundo. Y como todos hemos pecado, todos tenemos que morir.

 

¿Cómo pueden declararnos culpables por algo que Adán hizo miles de años atrás? Muchos piensan que no es justo que Dios nos juzgue por el pecado de Adán.

 

Sin embargo confirmamos nuestra solidaridad con Adán cada vez que pecamos. Estamos hechos del mismo material, con tendencia a rebelarnos, y los pecados que cometemos nos condenan.

 

Debido a que somos pecadores, no necesitamos imparcialidad sino misericordia. Porque la paga del  pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida Eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23)

 

Quien sólo vive para pecar, recibirá como castigo la muerte. Pero Dios nos regala la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.

 

Usted tiene la libertad de escoger entre dos amos, pero no está en condiciones de regular las consecuencias de su elección. Cada uno de estos amos paga con su moneda.

 

La paga del pecado es muerte. Eso es todo lo que puede esperar de una vida sin Dios.

 

La paga de Cristo es vida eterna: nueva vida con Dios que empieza en la tierra y continua por siempre con Dios.

 

¿Qué elección ha hecho?

 

La vida eterna es un regalo de Dios. Si es un regalo, no podemos ganarlo ni pagar por él. Sería insensato recibir un regalo por amor y ofrecer pagarlo.

 

El que recibe un regalo no puede comprarlo. Lo correcto cuando se nos ofrece un regalo es aceptarlo con agradecimiento.

 

Nuestra salvación es un regalo de Dios, no algo que hemos hecho nosotros. El nos salvó por su misericordia, no por lo que hayamos hecho.

 

Debemos aceptar con acción de gracias el regalo que generosamente Dios nos da.

 

2)._ ¿Puede nuestras obras buenas darnos la Salvación? (NO) Porque por  gracia sois salvos por  medio de la  fe en (Jesucristo y su sangre) y esto no es de vosotros pues es don de Dios y no por obras de justicia para que nadie se gloríe. (Efesios 2:8 y 9)

 

Ustedes han sido salvados porque aceptaron el amor de Dios. Ninguno de ustedes se ganó la salvación, sino que Dios se la regaló.

 

La salvación de ustedes no es el resultado de sus propios esfuerzos. Por eso nadie puede sentirse orgulloso.

 

Cuando alguien le da un regalo, ¿diría usted: ¡Qué lindo es!, ¿cuánto le debo? No, la respuesta apropiada es: Gracias.

 

Con cuánta frecuencia los cristianos, aun después de habérseles dado la salvación, se sienten obligados a hacer algo para llegar hasta Dios.

 

Debido a que nuestra salvación e incluso nuestra fe son regalos, debiéramos responder con gratitud, alabanza y regocijo.

 

Llegamos a ser cristianos mediante el don inmerecido de Dios, no como el resultado de algún esfuerzo, habilidad, elección sabia o acto de servicio a otros de nuestra parte.

 

Sin embargo, como gratitud por este regalo, buscamos servir y ayudar a otros con cariño, amor y benevolencia y no simplemente para agradarnos a nosotros mismos.

 

Si bien ninguna acción u obra nos puede ayudar para obtener la salvación, la intención de Dios es que nuestra salvación resulte en obras de servicio.

 

No somos salvos solo para nuestro beneficio, sino para el de Él, para glorificarle y edificar la Iglesia.

 

Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo. (Gálatas 2:16)

 

Sabemos muy bien que Dios sólo acepta a los que confían en Jesucristo, y que nadie se salva sólo por obedecer la ley.

 

Nosotros mismos hemos confiado en Jesucristo, para que Dios nos acepte por confiar en él. Porque Dios no aceptará a nadie sólo por obedecer la ley.

 

Si las leyes judías no pueden salvarnos ¿por qué debemos seguir obedeciendo los Diez Mandamientos y las otras leyes del Antiguo Testamento? Pablo no decía que las leyes eran malas, en otra carta que escribió manifestó: La ley a la verdad es santa y el mandamiento santo, justo y bueno. (Romanos 7:12)

 

La Ley engaña la gente por usarla mal. La Ley era santa, y expresaba la naturaleza y voluntad de Dios. Eva se encontró con la serpiente en el huerto del Edén (Génesis 3), la serpiente se burló de ella, logrando que apartara su vista de la libertad que Dios le dio y la pusiera en la restricción que le había puesto.

 

Desde entonces somos rebeldes. El pecado nos atrae precisamente porque Dios nos dice que es malo. En lugar de prestar atención a sus advertencias, las usamos como una lista de mandados.

 

Cuando nos sintamos tentados a rebelarnos, necesitamos contemplar la Ley desde una perspectiva amplia, a la luz de la gracia y la misericordia de Dios.

 

Si nos concentramos en su gran amor por nosotros, comprenderemos que nos restringe en acciones y actitudes que al final causan daño.

 

El apóstol pablo En cambio, decía que por medio de la ley nunca podremos ser aceptables delante de Dios. La ley aún juega un papel importante en la vida de un cristiano.

 

La ley: (1) nos protege del pecado dándonos normas para nuestra conducta; (2) nos convence de pecado, dándonos la oportunidad de pedir el perdón de Dios; (3) nos lleva a confiar en la suficiencia de Cristo porque nosotros nunca podremos cumplir los Diez Mandamientos a la perfección.

 

Por la ley es imposible salvarnos, pero después de que llegamos a ser cristianos, la ley puede ser una valiosa guía para vivir como Dios requiere.

Al estudiar el Antiguo Testamento. Pablo se percató de que no podía obtener salvación por medio de la obediencia a las leyes de Dios.

Los profetas sabían que el plan de salvación no estaba basado en el cumplimiento de la ley.

 

Porque nosotros podemos ser infectados por el pecado, no podemos cumplir las leyes de Dios perfectamente. Afortunadamente, Dios ha provisto un camino de salvación que depende de Jesucristo, no de nuestros propios esfuerzos.

 

Aunque conocemos esta verdad, debemos guardarnos de la tentación de usar el servicio, las buenas obras, las dádivas o cualquier otro esfuerzo como un sustituto de la fe.

 

Siendo justificado gratuitamente por su gracia mediante la redención que es Cristo Jesús. (Romanos 3:24)

 

Pero él nos ama mucho, y nos declara inocentes sin pedirnos nada a cambio. Por medio de Jesús, nos ha librado del castigo que merecían nuestros pecados.

 

Justificados significa declarados no culpables. Cuando en la corte el juez declara inocente al acusado, se eliminan todos los cargos del acta.

 

Legalmente, es como si la persona jamás hubiera sido acusada. Cuando Dios perdona nuestros pecados, limpia nuestros antecedentes penales. Desde su perspectiva es como si nunca hubiéramos pecado.

 

Redención se refiere a que Cristo libra a los pecadores de la esclavitud del pecado.

 

En los tiempos del Antiguo Testamento, a una persona con deudas podían venderla como esclava. Luego el pariente más cercano podía redimirla comprando su libertad. Cristo compró nuestra libertad. El precio fue su vida.

 

3)._ ¿Quiénes nos dan la  Salvación y quien es nuestro mediador? Porque hay un solo Dios y un solo Mediador entre Dios y los hombres

Jesucristo hombre.  (1de Timoteo 2:5)

Como seres humanos estamos separados de Dios por el pecado, y sólo una persona en el universo puede pararse entre nosotros y Dios y unirnos otra vez: Jesús, que es Dios y hombre al mismo tiempo.

 

El sacrificio de Cristo trajo nueva vida a la humanidad. ¿Le ha permitido usted que lo lleve al Padre? Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida nadie viene al padre sino es por mí. (Juan 14:6)

 

Este es uno de los pasajes más básicos e importantes de las Escrituras. ¿Cómo conoceremos el camino hacia Dios? Únicamente a través de Jesús.

 

El es el camino porque es a la vez Dios y Hombre. Al unir nuestras vidas a la de El, nos unimos con Dios. Confíe que Jesús lo llevará al Padre y que todos los beneficios de ser hijo de Dios serán suyos.

 

Por ser el camino, Jesús es nuestra senda al Padre. Por ser la verdad, es la realidad de todas las promesas de Dios. Por ser la vida, une su vida divina a la nuestra, tanto ahora como eternamente.

 

Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo del cielo dado a los hombres en el cual podamos ser salvos. (Hechos 4:12)

 

Muchas personas reaccionan negativamente al hecho de que no hay otro nombre en que podamos obtener salvación. Esto no lo decidió la Iglesia, es una enseñanza específica de Jesús mismo.

 

(Juan 14:6) Jesús le respondió: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre. Si Dios designa a Jesús como el Salvador del mundo, ningún otro puede ser su igual.

 

Los cristianos tienen que tener una mentalidad abierta a diferentes aspectos, pero no en cómo somos salvos del pecado.

 

Ningún otro maestro religioso pudo morir por los pecados del género humano; ningún otro maestro religioso vino a la tierra como el Hijo unigénito de Dios; ningún otro resucitó de la muerte.

 

Nuestro enfoque debe estar en Jesús, a quien Dios ofreció como el camino para tener una relación eterna con El mismo. ¡No hay otro nombre ni camino!

 

4)._ ¿Qué dice Dios acerca de las imágenes y los ídolos? No tengan otros dioses aparte de mí. No hagan ídolos ni imágenes de nada que esté en el cielo, en la tierra o en lo profundo del mar.

 

No se arrodillen ante ellos ni hagan cultos en su honor. Yo soy el Dios de Israel, y soy un Dios celoso.

 

Yo castigo a los hijos, nietos y bisnietos de quienes me odian, pero trato con bondad a todos los descendientes de los que me aman y cumplen mis mandamientos. (Éxodo 20:3 al 6)

 

Los israelitas acababan de salir de Egipto, una tierra de muchos ídolos y muchos dioses. Como cada dios representaba un aspecto diferente de la vida de una persona, era común que adoraran muchos dioses para poder recibir el mayor número de bendiciones.

 

Cuando Dios le dijo a su pueblo que lo adorara y le creyera, no fue tan difícil para ellos, El era sólo un dios más para añadir a la lista.

 

Pero cuando dijo: No tendrás dioses ajenos delante de mí, fue difícil de aceptar para el pueblo.

 

Pero si no aprendieron que el Dios que los sacó de Egipto era el único Dios verdadero, no podrían ser su pueblo; sin importar cuán fielmente mantuvieran los otros nueve mandamientos.

 

Así, Dios hizo de este su primer mandamiento y lo enfatizó más que ningún otro.

 

Actualmente podemos permitir que muchas cosas se conviertan en dioses para nosotros. El dinero, la fama, el trabajo o el placer pueden convertirse en dioses cuando nos concentramos demasiado en ellos para buscar identidad, seguridad y significado.

 

Nadie comienza con la intención de adorar esas cosas, pero al pasar el tiempo llegan a ocupar nuestras vidas,

Pueden llegar a convertirse en dioses que al final controlarán nuestros pensamientos y nuestras energías. Permitir que Dios tenga el lugar central en nuestra vida evita que esas cosas se conviertan en dioses.

 

Serán vueltos atrás y en extremo confundidos os que confían en ídolos  y dicen a las imágenes de fundición: vosotros sois nuestros dioses (Isaías 42:17)

 

Esos que confían en los ídolos, esos que adoran a las estatuas, se alejarán de ellos llenos de vergüenza.

 

Porque Los ídolos de plata y oro ,obra de mano de hombres, tienen boca, mas  no hablan; tienen ojos mas no ven; orejas mas no oyen; tienen narices mas no huelen, manos  mas no  palpan, tienen pies mas no andan;  no hablan   con su garganta,  semejantes  a  ellos  son los  que   los hacen  y cualquiera que confía en ellos. (Salmos 115:4 al 8)

 

Cuando se escribieron los salmos, muchas personas de Israel adoraban ídolos (estatuas de madera, piedra o metal). Se envanecían con lo que veían y se contentaban por lo que no veían.

 

En la actualidad, seguimos valorando más los objetos tangibles (posición, dinero, casa, ropa, posesiones) que los resultados intangibles (crecimiento espiritual, salvación, ayudar a los necesitados, dedicar tiempo a los seres amados).

 

Los que entregan toda su vida para obtener objetos tangibles son tan necios y vacíos como sus propios ídolos.

 

(Isaías 44:9 al 20) Isaías dijo: Los fabricantes de ídolos no valen nada, como tampoco valen nada los ídolos que ellos tanto quieren. Los que adoran a los ídolos son unos ciegos y estúpidos.

 

El que funde el metal para hacer una estatua y adorarla como un dios, pierde el tiempo.  Esos artesanos son simples seres humanos: ¡que se enfrenten conmigo en un juicio, y quedarán llenos de vergüenza!

 

Miren lo que hace el herrero: calienta el metal en el fuego, lo moldea a golpe de martillo y lo trabaja con su fuerte brazo. Pero si el herrero no se alimenta ni bebe agua, se cansa y pierde todas sus fuerzas.

 

O fíjense en el escultor: toma las medidas con su regla, hace un dibujo con el lápiz y el compás. Luego hace una estatua que se parece a un ser humano, y coloca en un templo esa estatua sin vida.

 

Hay otros que plantan cedros, y la lluvia los hace crecer. Si prefieren cipreses o robles, los cultivan en el bosque hasta que están bien crecidos.

 

Luego se llevan unas ramas de los árboles para hacer fuego y calentarse, o para cocer el pan. Pero también usan otros pedazos del árbol para hacer la estatua de un dios, ¡y se arrodillan para adorarla!

 

También hay quienes encienden fuego con la mitad de la madera, asan la carne, se comen el asado, y se sienten satisfechos. Además, se calientan junto al fuego y dicen: ¡Qué bien se está aquí! ¡Ya estamos entrando en calor!

 

Y con el resto de la madera hacen la estatua de un dios, se arrodillan ante ella para adorarla, y le dirigen esta oración: ¡Sálvanos, pues tú eres nuestro dios! Esa gente no entiende nada. Están tan confundidos y cegados que no pueden comprender nada.

 

Les falta inteligencia para entender y poder decir: Si la mitad de la madera la usamos para hacer el fuego, para asar la carne y cocer el pan, ¡lo que estamos adorando no es más que un simple trozo de madera! Esa gente se deja engañar por ideas falsas, y no es capaz de entender que lo que tiene en sus manos es pura mentira.

 

Aquí Isaías describe cómo el pueblo hizo sus dioses. Qué absurdo resulta hacer un dios del mismo árbol que nos da leña. ¿Creamos nuestros dioses: dinero, fama o poder? Si creamos un dios de nuestra elección, nos engañamos y no podemos esperar que mejore nuestra vida.

 

Como dice el salmista: Los ídolos son objetos de oro y plata; ¡son hechura humana!

¿Y qué es lo que tienen? Una boca que no habla, y ojos que no ven; orejas que no oyen, y narices que no huelen; manos que no tocan, y pies que no andan; garganta tienen, ¡pero no emiten ningún sonido! Iguales a esos ídolos son quienes los hacen y quienes confían en ellos.

 

5)._ ¿Y si no me predican aun tengo excusa delante de Dios? NO (Romanos 1:19 al 21) La gente sabe todo lo que se puede saber acerca de Dios, pues Dios mismo se lo ha mostrado.

 

Por medio de lo que Dios ha creado, todos podemos conocerlo, y también podemos ver su poder. Así que esa gente no tiene excusa, pues saben de Dios, pero no lo respetan ni le dan las gracias. No piensan más que en hacer lo malo y en puras tonterías.

 

¿Posee alguien excusa para no creer en Dios? La Biblia responde con un enfático no. Dios ha revelado su existencia a través de la naturaleza.

 

Cada persona, por lo tanto, debe aceptar o rechazar a Dios. No sea negligente. Cuando llegue el día en que deba ser juzgado por lo que haya escogido, no habrá excusa. Empiece a darle hoy su devoción y adoración.

 

En estos versículos, Pablo responde a una objeción común: ¿Cómo un Dios amoroso puede enviar a alguien al infierno, sobre todo a quien nunca oyó acerca de Cristo? Pablo dice que Dios se nos ha revelado ampliamente en su creación. Y la gente sigue aún rechazando este conocimiento básico de Dios.

 

Además, cada uno sabe en su fuero interno lo que Dios demanda, pero optan por no vivir de acuerdo a ello. En otras palabras, nuestras normas morales son siempre mejores que nuestra conducta.

 

Si la gente suprime la verdad de Dios a fin de vivir a su manera, no tiene excusa. Conoce la verdad y tiene que sufrir las consecuencias de pasarla por alto.

 

Algunas personas se preguntan por qué necesitamos misioneros si la gente puede conocer a Dios a través de la naturaleza (la creación).

La respuesta: (1) A pesar de que la gente sabe que Dios existe, anulan esta verdad con sus perversiones y rechazan así toda relación con El. Los misioneros con mucho tacto les señalan ese error y les muestran la posibilidad de un nuevo comienzo.

 

(2) A pesar de que las personas pueden creer en Dios, no quieren compromisos con El. Los misioneros intentan persuadirlos mediante palabras afectuosas y obras de amor.

 

(3) Los misioneros convencen a la gente que rechaza a Dios de las peligrosas consecuencias de ese rechazo. (4) A través de los misioneros la iglesia obedece la Gran Comisión de nuestro Señor Jesucristo que vallamos y ágamos discípulos por todas las naciones y que les enseñemos a aguardar sus mandamientos como el nos los enseño a nosotros. (Mateo 28:19 y 20)

 

(5) Y lo que es más importante, aunque la naturaleza revela a Dios, a la gente hay que hablarle de Cristo y cómo, a través de Él, pueden tener una relación personal con Dios.

 

No es suficiente saber que Dios existe. La gente debe aprender que Dios es amor. Debe entender lo que hizo para demostrarnos su amor.

 

Debe mostrárseles cómo aceptar el perdón de pecados que ofrece Dios.

 

¿Qué tipo de Dios nos revela la naturaleza? La naturaleza nos muestra un Dios poderoso, inteligente, minucioso, un Dios de orden y hermosura; un Dios que controla todas las cosas.

 

Esta es su revelación general. A través de su revelación especial (la Biblia y la venida de Jesús), aprendemos acerca del amor, el perdón y la vida eterna que Dios ofrece.

 

En su gracia se nos ha revelado de estas dos maneras, para que podamos creer en El.

 

Dios se revela a través de la naturaleza a pesar de que este testimonio se ha distorsionado con la caída del hombre.

El pecado de Adán motivó que la maldición divina cayera sobre la naturaleza. Los espinos y los cardos fueron los resultados inmediatos, y desde entonces y hasta nuestros días los desastres naturales han sido comunes.

 

En (Romanos 8:19 y 21) Pablo dice que la naturaleza misma espera ansiosamente ser redimida de los efectos del pecado.

 

¿Cómo pueden las personas inteligentes volverse idólatras? La idolatría empieza cuando la gente rechaza lo que sabe acerca de Dios. En lugar de poner sus ojos en El, el Creador y sustentador de la vida, actúan como si fueran el centro del universo.

 

Muy pronto inventan dioses que se ajustan muy bien a su egoísmo, sus planes y sus designios. Estos dioses pueden ser figuras de madera, pero también pueden ser metas o cosas que queremos tener tales como dinero, poder o comodidades.

 

Aun podrían ser representaciones erróneas de Dios mismo en las que lo conformamos a nuestra imagen, en lugar de que sea al revés.

 

El denominador común es: los idólatras adoran las cosas que Dios ha hecho antes que a Dios mismo. ¿Cuáles son sus prioridades? ¿Dónde están sus sueños, planes, esperanzas? ¿Rinde culto a Dios o a ídolos que se ha fabricado?

 

Si yo (Jesucristo) no hubiera venido, Esa gente no sería culpable por sus pecados si yo no hubiera venido a hablarles, y si delante de ellos no hubiera hecho yo cosas que nadie jamás ha hecho. Pero aun así me odian a mí, y también a mi Padre. Porque el que me odia, también odia a mi Padre. (Juan 15:22 al 24)

 

6)._ ¿Existe verdaderamente un juicio, el infierno y quienes irán allá? Y de manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez y después de esto el juicio. (Hebrero 9:27)

 

Por eso Dios los ha dejado hacer lo que quieran, y sus malos pensamientos los han llevado a hacer con sus cuerpos cosas vergonzosas.

En vez de adorar al Dios verdadero, adoran a dioses falsos; adoran las cosas que Dios ha creado, en vez de adorar al Dios que las creó y que merece ser adorado por siempre. Amén.

 

Por esa razón, Dios ha dejado que esa gente haga todo lo malo que quiera. Por ejemplo, entre ellos hay mujeres que no quieren tener relaciones sexuales con los hombres, sino con otras mujeres.

 

Y también hay hombres que se comportan de la misma manera, pues no volvieron a tener relaciones sexuales con sus mujeres, sino que se dejaron dominar por sus deseos de tener relaciones con otros hombres.

 

De este modo, hicieron cosas vergonzosas los unos con los otros, y ahora sufren en carne propia el castigo que se buscaron.

 

y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entrego a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda  injusticia, fornicación,  perversidad,  avaricia, maldad,  llenos  de envidias,  murmuradores, detractores,

 

Aborrecedores  de  Dios, injuriosos, soberbios  altivos,  inventores de  males, desobediente  a  los  padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables,

 

sin misericordia  quienes habiendo  entendido  el juicio  de Dios  que  quienes practican  tales cosas son dignos  de muerte, no solo las hacen, sino que  también se complacen con los que las practican (Romanos 1:24 al 32)

 

Pablo con toda claridad describe la inevitable espiral descendente del pecado. Primero, las personas rechazan a Dios; después, se hacen sus ideas de qué debe ser y hacer un dios; luego caen en pecado: pecado sexual, codicia, odio, envidia, homicidio, disensión, engaño, malicia, chisme.

 

Por último, crece su odio hacia Dios y animan a otros a que sientan lo mismo. Dios no da inicio a esta progresión hacia el mal. Pero cuando las personas lo rechazan, les concede vivir como hayan escogido.

 

Dios los entrega o los hace sentir la consecuencia natural de sus pecados. Una vez atrapados por la espiral descendente, no pueden librarse. Los pecadores deben confiar en Cristo solamente si han de hallar la vía de escape.

 

Estas personas decidieron rechazar a Dios y El se lo permitió. Por lo general, Dios no interfiere en nuestras decisiones que van en contra de su voluntad.

 

Nos permite declarar nuestra aparente independencia de Él, a pesar de que sabe que en poco tiempo seremos esclavos de nuestra rebeldía, y perderemos la libertad de no pecar.

 

¿Tiene la vida sin Dios la apariencia de libertad para usted? Estúdielo bien. No hay peor esclavitud que la del pecado.

 

La gente tiende a creer en mentiras que respaldan sus propias creencias egocéntricas. Hoy más que nunca debemos tener cuidado con los datos a los que permitimos moldear nuestras convicciones.

 

A través de la televisión, la música, las películas y el resto de los medios masivos de comunicación que nos presentan estilos de vida pecaminosos y valores malsanos, constantemente nos bombardean con actitudes y creencias opuestas por completo a la Biblia.

 

Tenga cuidado con lo que permite llegue a formar parte de sus opiniones. La Biblia es la única norma de verdad. Evalúe las demás opiniones a la luz de sus enseñanzas.

 

El plan divino en cuanto a las relaciones sexuales normales es el ideal de Dios para su creación. Es lamentable, pero el pecado distorsiona el uso natural de los dones de Dios.

 

A menudo, el pecado no solo implica negar a Dios, sino también negar la forma en que nos hizo. Cuando una persona dice que cualquier acto sexual es aceptable siempre que no hiera a nadie, se está engañando.

 

A la larga (y por lo general en breve) el pecado hiere a la gente: individuos, familias, sociedad. ¡Qué lamentable que la gente adore las cosas que Dios ha hecho en lugar de rendir culto al Creador,

Al grado que muchas veces distorsione y destruya las cosas que realmente valen! Sin embargo, es imposible comprender el plan natural de Dios sin llegar a conocer al Creador mismo.

 

La homosexualidad (cambio o abandono de las relaciones sexuales naturales) se había propagado en los días de Pablo como en los nuestros.

 

Muchas prácticas paganas lo alentaban. La voluntad de Dios es recibir a todo el que acuda a Él en fe y los cristianos deben amar a los demás sin importar su procedencia. Sin embargo, la homosexualidad está estrictamente prohibida en las Escrituras.

 

(Levíticos 18:22) Nadie debe tener relaciones sexuales con otro hombre. Eso es algo que me repugna.

 

En el mundo de hoy, muchos consideran aceptable esta práctica, incluso algunas iglesias. Pero la sociedad no es la que establece el patrón para las leyes de Dios.

 

Muchos homosexuales creen que sus deseos son normales y que tienen el derecho de expresarlos. Pero Dios no nos obliga ni anima a satisfacer todos nuestros deseos (aun los que son normales).

 

Los deseos que violan sus leyes son indebidos y deben controlarse. Si usted tiene estos deseos, puede y debe resistirlos. Conscientemente evite lugares o actividades que sabe inflamará tentaciones de esta naturaleza.

 

No menosprecie el poder de Satanás para tentarlo ni el potencial para causarle un daño serio si cede a esas tentaciones. Recuerde, Dios puede y perdonará pecados sexuales así como perdona otros pecados.

 

Ríndase a la gracia y a la misericordia de Dios pidiéndole que le muestre el camino para salir del pecado e ir a la luz de su libertad y amor.

 

La oración, el estudio de la Biblia y el firme compañerismo de los cristianos en una iglesia centrada en la Biblia pueden ayudarle a cobrar energías para resistir estas tentaciones poderosas.

 

Si usted es una persona que anda en este pecado, tendrá que buscar la ayuda de un pastor que sea confiable, profesional y buen consejero.

 

¿Cómo sabía esta gente que el castigo que Dios impone a estos delitos es la muerte? Los seres humanos, creados a la imagen de Dios, tienen conciencia y naturaleza moral básica.

 

Esta verdad se acepta más allá de los círculos religiosos. Los sicólogos, por ejemplo, dicen que la persona sin conciencia sufre un serio desorden de la personalidad que es muy difícil de tratar.

 

Por instinto, muchas personas se dan cuenta cuando hacen algo incorrecto, pero pudiera no importarles. Algunas personas, incluso, se arriesgan a una muerte temprana por saciar sus deseos ahora.

 

Sé que es malo, pero lo quiero, dicen; o Sé que es peligroso, pero correré el riesgo. Para este tipo de personas, parte de su distracción es ir contra la voluntad de Dios, las normas morales de la comunidad, el sentido común y su concepto de lo que es bueno o malo.

 

Pero en lo profundo de su ser saben que la paga del pecado es la muerte. (Romanos 6:23) Quien sólo vive para pecar, recibirá como castigo la muerte. Pero Dios nos regala la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.

 

(2 Pedro 3:4 al 9) y les preguntarán: ¿Qué pasó con la promesa de que Jesucristo regresaría? Ya murieron nuestros padres, ¡y todo sigue igual que cuando el mundo fue creado!

 

Esa gente no quiere darse cuenta de que, hace mucho tiempo, Dios creó los cielos y la tierra, y de que con sólo una orden separó la tierra y los mares.

 

Además, Dios usó el agua del diluvio para destruir al mundo de esa época; pero, con ese mismo poder, ha dado la orden de que,

En el momento indicado, los cielos y la tierra que ahora existen sean destruidos con fuego. Serán quemados el día en que Dios juzgue a todos y destruya a los que hacen el mal.

 

Además, hermanos míos, no olviden que, para el Señor, un día es como mil años, y mil años son como un día.

 

No es que Dios sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Lo que pasa es que Dios tiene paciencia con ustedes, porque él no quiere que nadie muera, sino que todos vuelvan a obedecerle.

 

Los burladores de los últimos días dirán que Jesucristo nunca volverá, pero Pedro refutó su argumento explicando el plan maestro de Dios en el tiempo.

 

Los postreros días es el tiempo intermedio entre la primera y segunda venida de Cristo. En ese sentido, nosotros, como Pedro, vivimos en los postreros días. Debemos cumplir con la tarea a que Dios nos ha llamado y creer que volverá tal como lo prometió.

 

En la época de Noé la tierra fue juzgada mediante el agua; en la segunda venida de Cristo será juzgada por el fuego.

 

Dios pudo haber parecido muy lento para estos creyentes cuando afrontaban la persecución cada día y anhelaban ser librados. Pero Dios no es lento y no actúa de acuerdo con nuestra medición del tiempo.

 

(Salmo 90:4)  Para ti, mil años pasan pronto; pasan como el día de ayer, pasan como unas horas de la noche.

 

Moisés nos recuerda que mil años son como un día para el Señor. El tiempo no limita a Dios. Es muy fácil desalentarse cuando pasan los años y el mundo no mejora.

 

Debido a que no podemos ver hacia el futuro, a veces nos preguntamos si Dios lo puede ver. Pero no cometa el error de suponer que Dios tiene las mismas limitaciones que nosotros. A Él no lo limita el tiempo de ninguna manera. Podemos depender de Dios porque El es eterno.

Jesucristo está esperando que más pecadores se arrepientan y se vuelvan a Él. No debemos sentarnos a esperar el regreso de Cristo, sino vivir con la consigna de que el tiempo es corto y tenemos una tarea importante que realizar.

 

Debe estar listo para encontrarse con Cristo en cualquier momento; sin embargo, planifique los pasos de su servicio como si demorara varios años más en volver.

 

7)._ ¿Qué tengo que hacer para ser salvo? Más bien, la Biblia dice: El mensaje de Dios está cerca de ti; está en tu boca y en tu corazón. Y ese mismo mensaje es el que les traemos: que debemos confiar en Dios.

 

Pues si ustedes reconocen con su propia boca que Jesús es el Señor, y si creen de corazón que Dios lo resucitó, entonces se librarán del castigo que merecen.

 

Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor y creyeres en tu corazón que Dios le levanto de los muertos, serás salvo, porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. (Romanos 10:8 al 10)

 

¿Alguna vez le han preguntado cómo se hace uno cristiano? Estos versículos le dan la preciosa respuesta: la salvación está en el corazón y en la boca.

 

La gente piensa que debe ser un proceso complicado, pero no es así. Si creemos en nuestro corazón y proclamamos con nuestra boca que Jesús es el Señor resucitado, seremos salvos.

 

El fin de todo el discurso oído es este: Temed a Dios, y guarda sus mandamientos porque esto es el todo del hombre, porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala. (Eclesiastés 12:13 y 14)

 

En su conclusión, Salomón presenta sus antídotos para las dos enfermedades presentadas en este libro. Quienes carezcan de propósito y dirección en la vida deben respetar a Dios y seguir sus principios para la vida.

Los que piensan que la vida es injusta deben recordar que Dios analizará la vida de cada persona para determinar cómo le ha respondido a Él y traerá a juicio todo hecho.

 

¿Ha comprometido usted su vida presente y futura con Dios? ¿Está su vida a la altura de las normas de Dios?

 

El libro de Eclesiastés no puede interpretarse correctamente sin leer estos versículos finales. No importan cuáles sean los misterios y las aparentes contradicciones de la vida, debemos trabajar hacia el único propósito de conocer a Dios.

 

En Eclesiastés, Salomón nos muestra que debemos disfrutar de la vida, pero que esto no nos exime de obedecer los mandamientos de Dios.

 

Debemos buscar el propósito y el significado de la vida, pero no se pueden encontrar en los logros humanos. Debemos reconocer la maldad, necedad e injusticia en la vida, y aun así mantener una actitud positiva y una fe sólida en Dios.

 

Todas las personas tendrán que comparecer delante de Dios y ser juzgadas por lo que hicieron en esta vida. No podremos utilizar las incongruencias de la vida como excusas de no haber vivido adecuadamente.

 

Para vivir bien, necesitamos: (1) reconocer que el esfuerzo humano separado de Dios es vanidad, (2) colocar a Dios en primer lugar... ahora, (3) recibir todo lo bueno como un regalo de Dios, (4) darse cuenta que Dios juzgará tanto lo malo como lo bueno y (5) saber que Dios juzgará la calidad de vida de toda persona. Resulta muy extraño que la gente se pase la vida entera luchando por alcanzar el verdadero gozo que Dios nos da como regalo.

 

 

Di esta Oración: Señor Jesucristo reconozco el sacrificio que hiciste por mí en la cruz del calvario, te acepto como mi único y suficiente Salvador, te pido que me laves con tu sangre, te pido Dios que inscribas mi nombre en el libro de la vida y me ayudes a servirte y hacer tu voluntad para la gloria y la honra de tu nombre en el Nombre de Jesucristo.  Amén.