Vamos a orar para empezar este estudio de la biblia capitulo por capitulo con la gianza del Espíritu santo amen hermanos, señor Jesús abro mi corazón para recibir tu enseñanza, atreves de tu santo Espíritu quien pido se nuestro maestro, cada día para conocerte mas y conoce nuestros orígenes, permite que a si como empezamos este estudio lo terminemos hasta el final, sin importar el tiempo que duremos fortalécenos que no nos desanimemos, pon en nosotros una capacidad de retención en tu palabra y que tu Espíritu nos recuerde lo que hemos aprendido cada día, en el nombre de Cristo Jesús lo pedimos amen.
GÉNESIS
Génesis es un nombre tomado del griego; significa ―el libro de la generación o los orígenes‖; se llama así apropiadamente pues contiene el relato del origen de todas las cosas.
No hay otra historia tan antigua. Nada hay dentro del libro más antiguo que existe que lo contradiga; por el contrario, muchas cosas narradas por los escritores paganos más antiguos, o que se pueden descubrir en las costumbres de naciones diferentes, confirman lo relatado en el libro del Génesis.
GÉNESIS CAPÍTULO I
Versículos 1, 2. Dios crea los cielos y la tierra. 3—5. La creación de la luz. 6—13. Dios separa la tierra de las aguas; la tierra la hace fructífera. 14—19. Dios forma el sol, la luna y las estrellas. 20—25. Dios crea los animales. 26—28. El hombre, creado a imagen de Dios. 29, 30. .Designación de los alimentos. 31. Finalización y aprobación de la obra de creación.
(Génesis 1:1-2) Cuando Dios comenzó a crear el cielo y la tierra, la tierra no tenía forma, ni había en ella nada que tuviera vida. Las aguas estaban cubiertas por una gran oscuridad, pero sobre la superficie del agua se movía el espíritu de Dios.
El primer versículo de la Biblia nos da un relato satisfactorio y útil del origen de la tierra y de los cielos. La fe del cristiano humilde entiende esto mejor que la fantasía de los hombres más doctos.
De lo que vemos del cielo y la tierra aprendemos el poder del gran Creador. Que el hecho de ser creados y nuestro lugar como hombres, nos recuerden nuestro deber cristiano de mantener siempre el cielo a la vista y la tierra bajo nuestros pies.
El Hijo de Dios, uno con el Padre, estaba con Él cuando éste hizo el mundo; mejor dicho, a menudo se nos dice que el mundo fue hecho por Él y que sin Él nada fue hecho.
¡Oh, qué elevados pensamientos debiera haber en nuestra mente hacia el gran Dios que adoramos, y hacia ese gran Mediador en cuyo nombre oramos! Aquí, en el principio mismo del texto sagrado, leemos de ese Espíritu Divino cuya obra en el corazón del hombre se menciona tan a menudo en otras partes de la Biblia.
Observe que, al principio nada deseable había para ver, pues el mundo estaba informe y vacío; era confusión y desolación.
Veamos este ejemplo: En manera similar, la obra de la gracia en el alma es una nueva creación: y en un alma sin gracia, que no ha nacido de nuevo, hay desorden, confusión y toda mala obra: está vacía de todo bien porque está sin Dios; es oscura, es las tinieblas mismas: este es nuestro estado por naturaleza, hasta que la gracia del Todopoderoso efectúa en nosotros un cambio.
La simple afirmación de que Dios creó los cielos y la tierra es uno de los conceptos más desafiantes que enfrenta la mente moderna.
La grandiosa galaxia en la que vivimos gira a la increíble velocidad de 784.000 km por hora.
Pero incluso a esta velocidad vertiginosa, nuestra galaxia igualmente necesita 200 millones de años para hacer una rotación. Y existen más de 1000 millones de galaxias como la nuestra.
Algunos científicos dicen que el número de estrellas que hay en la creación es igual a todos los granos de todas las arenas de todas las playas del mundo.
Aun así este complejo mar de estrellas giratorias funciona con un orden y una eficiencia sorprendentes. Decir que el universo "sólo apareció" o "evolucionó" requiere mucha más fe que creer que Dios está detrás de todas estas estadísticas asombrosas.
Ciertamente Dios ha creado un universo maravilloso. Dios no necesitaba crear el universo; El decidió crearlo. ¿Por qué? Dios es amor y el amor se expresa mejor hacia algo o hacia alguien, así que Dios creó al mundo y a la gente como una expresión de su amor.
Debemos evitar reducir la creación de Dios a términos meramente científicos. Recuerde que Dios creó el universo porque ama a cada uno de nosotros.
La historia de la creación nos enseña mucho acerca de Dios y de nosotros mismos. Primero, aprendemos acerca de Dios: (1) El es creativo; (2) como Creador es diferente a su creación; (3) El es eterno y controla al mundo.
También aprendemos de nosotros mismos: (1) ya que Dios decidió crearnos, somos valiosos ante sus ojos; (2) somos más importantes que los animales.
¿Exactamente cómo creó Dios al mundo? Este sigue siendo un asunto de gran debate. Algunos dicen que hubo una repentina explosión y el universo apareció.
Otros dicen que Dios inició el proceso y que el universo evolucionó a lo largo de miles de millones de años.
Casi cualquier religión antigua cuenta con su propia historia para explicar cómo llegó a ser el mundo. Y casi todos los científicos tienen una opinión sobre el origen del universo.
Pero sólo la Biblia muestra un Dios supremo que creó la tierra por su gran amor y que dio a toda la gente un lugar especial en él. Nunca sabremos todas las respuestas de cómo Dios creó al mundo.
Pero la Biblia nos dice que Dios sí lo creó. Este hecho por sí solo da a la gente valor y dignidad.
La afirmación de que "la tierra estaba desordenada y vacía", proporciona el entorno para la narración de la creación que aparece a continuación.
Durante el segundo y tercer días de la creación, Dios dio forma al universo; durante los tres días siguientes, Dios llenó la tierra con seres vivientes. "Las tinieblas [...] sobre la faz del abismo", se disiparon el primer día cuando Dios creó la luz.
La imagen del Espíritu de Dios que se movía sobre la faz de las aguas es similar a un pájaro que protege a sus polluelos.
(Véanse Deuteronomio_32:11-12) Dios ha cuidado de ustedes como cuida el águila a sus polluelos. Dios siempre ha estado cerca para ayudarlos a sobrevivir. »Dios mismo dirigió a su pueblo, y no necesitó ayuda de otros dioses.
Los israelitas no tenían excusa para abandonar a Dios. El los había protegido como un pastor bondadoso. Los había guardado como una persona protege la pupila (la niña) de su ojo.
Había sido el protector que los rodeaba, como una mamá águila que protege a sus pichones. Sólo el Señor los había guiado. Y sólo el Señor nos guía a nosotros. Recordemos que debemos confiar en El.
(Isaias_31:5) Yo protegeré a Jerusalén como protege el pájaro a su nido: ¡yo la cuidaré y la salvaré! Yo soy el Dios todopoderoso, y les juro que así lo haré».
El Espíritu de Dios estaba activamente involucrado en la creación del mundo (véanse Job_33:4) El Dios todopoderoso me hizo, y con su espíritu me dio vida.
(salmo_104:30) pero envías tu espíritu y todo en la tierra cobra nueva vida. Su cuidado y protección siguen estando activos.
Versículos._ 3-5 Dijo entonces Dios: « ¡Quiero que haya luz!» ¡Y al instante hubo luz! Al ver Dios la belleza de la luz, la apartó de la oscuridad y le puso por nombre «día».
A la oscuridad la llamó «noche». Y cayó la noche, y llegó la mañana. Ese fue el primer día.
Dijo Dios: Sea la luz; Él la quiso, e inmediatamente hubo luz. ¡Qué poder el de la palabra de Dios! En la nueva creación, lo primero que se lleva al alma es la luz: el bendito Espíritu obra en la voluntad y en los afectos iluminando el entendimiento. Quienes por el pecado eran tinieblas, por gracia se convierten en luz en el Señor.
Las tinieblas hubieran estado siempre sobre el hombre caído si el Hijo de Dios no hubiera venido para darnos entendimiento, 1 Juan v. 20. La luz que Dios quiso, la aprobó.
Dios separó la luz de las tinieblas, pues, ¿qué comunión tiene la luz con las tinieblas? En los cielos hay perfecta luz y ningunas tinieblas; en el infierno, la oscuridad es absoluta y no hay un rayo de luz.
El día y la noche son del Señor; usemos ambos para su honra: cada día en el trabajo para Él y descansando en Él cada noche. Meditando día y noche en su ley.
Versículos._ 6-13 Dijo entonces Dios: «Quiero que haya entre las aguas algo firme que las separe».
¡Y al instante se hizo así! Dios puso algo firme entre las aguas, y la mitad de las aguas quedó abajo y la otra mitad quedó arriba.
La "expansión en medio de las aguas" era una separación entre el mar y el vaho del cielo.
Al ver la belleza del firmamento, Dios le puso por nombre «cielo». Y cayó la noche, y llegó la mañana. Ese fue el segundo día.
Dijo entonces Dios: «Quiero que las aguas que están debajo del cielo se junten en un solo lugar, y que aparezca lo seco». ¡Y al instante se hizo así! Dios llamó «tierra» a lo seco, y llamó «mar» a las aguas.
Al ver Dios tal belleza, dijo: «Quiero que haya en la tierra árboles y plantas que den fruto y semilla». ¡Y al instante se hizo así! La tierra produjo árboles y plantas; los árboles dieron frutos, y las plantas dieron semillas.
Mientras Dios admiraba tal belleza, cayó la noche, y llegó la mañana. Ese fue el tercer día.
La tierra estaba desolada, pero por una palabra se llenó de las riquezas de Dios, que todavía son suyas.
Aunque se permite al hombre su uso, son de Dios y para su servicio y honor deben usarse. La tierra, a su mandato, produce pasto, hierbas y frutos. Dios debe tener la gloria de todo el provecho que recibimos del producto de la tierra.
Si tenemos interés en Él, que es la Fuente, por la gracia, nos regocijaríamos en Él cuando se secan los arroyos temporales de la misericordia.
Versículos._ 14-19 Dijo entonces Dios: «Quiero que haya en el cielo luces que separen el día de la noche; luces que indiquen las estaciones, los días y los años; luces en el cielo azul que iluminen la tierra».
¡Y al instante se hizo así! Dios hizo las dos grandes luces: el sol, para que domine en el día, y la luna, para que domine en la noche. También hizo las estrellas.
Dios puso estas luces en el cielo para alumbrar la tierra, para dominar en el día y en la noche, y para separar la luz de la oscuridad. Mientras Dios admiraba tal belleza, cayó la noche, y llegó la mañana. Ese fue el cuarto día.
El cuarto día de trabajo da cuenta de la creación del sol, la luna y las estrellas. Todo es obra de Dios. Se habla de las estrellas tal como aparecen antes nuestros ojos, sin decir su cantidad, naturaleza, lugar, tamaño o movimientos; las Escrituras no fueron hechas para satisfacer la curiosidad ni para hacernos astrónomos, sino para conducirnos a Dios y hacernos santos.
Las luces del cielo fueron hechas para servirle a Él; lo hacen fielmente y brillan a su tiempo sin faltar.
Nosotros estamos como luces en este mundo para servir a Dios; pero, ¿respondemos en manera similar a la finalidad para la que fuimos creados? No: nuestra luz no resplandece ante Dios como sus luces brillan ante nosotros.
Hacemos uso de la creación de nuestro Amo, pero nos importa poco la obra de nuestro Amo.
Versículos._ 20-25 Dijo entonces Dios: «Quiero que los mares se llenen con seres vivos. Quiero que las aves vuelen sobre la tierra y crucen el cielo azul».
Así creó Dios los grandes monstruos marinos. Creó todos los seres vivos que se mueven en el agua, y todas las aves del cielo. Al ver Dios tal belleza, les dio esta bendición: «Quiero que los peces se reproduzcan y llenen los mares; quiero que las aves se multipliquen sobre la tierra».
Y cayó la noche, y llegó la mañana. Ese fue el quinto día.
Dijo entonces Dios: «Quiero que haya en la tierra toda clase de seres vivos: animales domésticos, animales salvajes, reptiles e insectos». ¡Y al instante se hizo así! Dios hizo los animales salvajes, los animales domésticos, los reptiles y los insectos.
Dios mandó que se hicieran los peces y las aves. Él mismo ejecutó esta orden. Los insectos, que son más numerosos que las aves y las bestias, y tan curiosos, parecen haber sido parte de la obra de este día.
La sabiduría y el poder del Creador son admirables tanto en una hormiga como en un elefante. —El poder de la providencia de Dios preserva todas las cosas y la feracidad es el efecto de su bendición.
Dios vio que su obra era buena. En ocasiones, la gente se siente culpable por pasar un rato agradable o por sentirse bien por un logro. Esto no debe ser así. Así como Dios estaba complacido con su obra, podemos estar complacidos con las nuestras.
Sin embargo, no podemos estar complacidos con nuestra obra si Dios no lo está también. ¿Qué está haciendo usted que haga feliz tanto a Dios como a usted mismo?
Versículos._ 26-28 Al ver Dios tal belleza, dijo: «Hagamos ahora al ser humano tal y como somos nosotros. Que domine a los peces del mar y a las aves del cielo, a todos los animales de la tierra, y a todos los reptiles e insectos».
Fue así como Dios creó al ser humano tal y como es Dios. Lo creó a su semejanza. Creó al hombre y a la mujer, y les dio esta bendición: «Quiero que se reproduzcan, quiero que se multipliquen, quiero que llenen la tierra y la pongan bajo su dominio.
Que dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los seres vivos que se arrastran por el suelo».
El hombre fue hecho después de todas las criaturas: esto era tanto un honor como un favor para él. Sin embargo, el hombre fue hecho el mismo día que las bestias; su cuerpo fue hecho de la misma tierra que el de ellas; y mientras él está en el cuerpo, habita en la misma tierra con ellas.
¡No permita Dios que dándole gusto al cuerpo y a sus deseos, nos hagamos como las bestias que perecen! El hombre fue hecho para ser una criatura diferente de todas las que habían sido hechas hasta entonces.
En él tenían que unirse la carne y el espíritu, el cielo y la tierra. Dios dijo: ―Hagamos al hombre‖. El hombre, cuando fue hecho, fue creado para glorificar al Padre, Hijo y Espíritu Santo.
En ese gran nombre somos bautizados pues a ese gran nombre debemos nuestro ser. Es el alma del hombre la que lleva especialmente la imagen de Dios.
El hombre fue hecho recto, (Eclesiastés 7:29) Lo que sí he llegado a entender es que Dios nos hizo perfectos, pero nosotros lo enredamos todo. Dios creó a los seres humanos para vivir rectamente. Pero ellos han dejado el camino de Dios para seguir sus propios caminos descendentes.
Su entendimiento veía clara y verdaderamente las cosas divinas; no había yerros ni equivocaciones en su conocimiento; su voluntad consentía de inmediato a la voluntad de Dios en todas las cosas.
Sus afectos eran normales y no tenía malos deseos ni pasiones desordenadas. Sus pensamientos eran fácilmente llevados a temas sublimes y quedaban fijos en ellos.
Así de santos, así de felices, eran nuestros primeros padres cuando tenían la imagen de Dios en ellos. ¡Pero cuán desfigurada está la imagen de Dios en el hombre! ¡Quiera el Señor renovarla en nuestra alma por su gracia!
¿Por qué Dios empleó la forma plural cuando dijo "Hagamos al hombre a nuestra imagen"? Una perspectiva dice que está haciendo referencia a la Trinidad -Dios, el Padre; Jesucristo, su Hijo; y el Espíritu Santo- todos los cuales son Dios.
Otra perspectiva afirma que el plural se utiliza para denotar majestuosidad.
Tradicionalmente los reyes utilizan la forma plural al hablar de ellos mismos.
(Job_33:4) El Dios todopoderoso me hizo, y con su espíritu me dio vida. y (salmo_104:30) pero envías tu espíritu y todo en la tierra cobra nueva vida. Sabemos que el Espíritu de Dios estaba presente en la creación.
(Colosenses_1:16) Por medio de él, Dios creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra, lo que puede verse y lo que no se puede ver, y también los espíritus poderosos que tienen dominio y autoridad.
En pocas palabras: Dios creó todo por medio de Cristo y para Cristo. Sabemos que Cristo, el Hijo de Dios, estaba trabajando en la creación.
¿Cómo es que somos hechos a semejanza de Dios? Obviamente, Dios no nos creó exactamente como El, porque Dios no tiene cuerpo físico.
En cambio, somos reflejo de la gloria de Dios. Algunos piensan que nuestro raciocinio, creatividad, poder de comunicación o autodeterminación es la imagen de Dios.
Más bien, es todo nuestro ser el que refleja la imagen de Dios. Nunca llegaremos a ser totalmente iguales a Dios, porque El es nuestro Creador supremo. Pero sí tenemos la capacidad de reflejar su carácter en nuestro amor, paciencia, perdón, bondad y fidelidad.
El saber que fuimos creados a semejanza de Dios y por lo tanto poseemos muchas de sus características, nos proporciona una base sólida para nuestra autoestima.
Nuestro valor no se basa en posesiones, logros, atractivo físico o reconocimiento público. En cambio se fundamenta en el hecho de haber sido creados a semejanza de Dios.
Debido a que somos semejantes a Dios podemos tener sentimientos positivos acerca de nosotros mismos.
El criticarnos o degradarnos equivale a criticar lo que Dios ha hecho. Saber que usted es una persona que tiene valor le da la libertad de amar a Dios, de conocerlo personalmente y de hacer una contribución valiosa a aquellos que lo rodean.
Dios hizo tanto al hombre como a la mujer a su imagen. Ninguno de los dos fue hecho más a la imagen de Dios que el otro. Desde el principio vemos que la Biblia coloca tanto a uno como al otro en el pináculo de la creación de Dios. Ninguno de los sexos es exaltado ni despreciado.
Señorear significa ejercer absoluta autoridad y control sobre algo. Dios es quien en última instancia gobierna la tierra y ejerce su autoridad con cuidado amoroso.
Cuando Dios delegó parte de su autoridad a la especie humana, esperaba que nos hiciésemos responsables del medio y de las otras criaturas que comparten nuestro planeta.
No debemos ser descuidados ni derrochadores al llevar a cabo la tarea encomendada. Dios fue cuidadoso al crear la tierra. No debemos ser negligentes al atender de ella.
Versículos._ 29-30 También les dijo Dios: «Hoy les entrego a ustedes toda planta que da semilla y todo árbol que da fruto. Todo esto les servirá de alimento.
Pero la hierba verde será para todos los animales». ¡Y al instante se hizo así!
Las hierbas y las frutas deben ser la comida del hombre, incluido el maíz y todos los productos de la tierra. Que el pueblo de Dios ponga sobre Él su carga y no se afane por qué comerán ni qué beberán.
El que alimenta las aves del cielo no permitirá que sus hijitos pasen hambre.
Versículo._ 31 Mientras Dios admiraba la gran belleza de su creación, cayó la noche, y llegó la mañana. Ese fue el sexto día.
Cuando nos ponemos a pensar en nuestras obras hallamos, para vergüenza nuestra, que en gran parte han sido muy malas; pero cuando Dios vio su obra, todo era muy bueno.
Bueno pues todo era cabalmente como el Creador quería que fuera. Todas sus obras, en todos los lugares de su señorío le bendicen y, por tanto, bendice, alma mía, al Señor. Bendigamos a Dios por el evangelio de Cristo y, al considerar su omnipotencia, huyamos nosotros, los pecadores, de la ira venidera.
Si somos creados de nuevo conforme a la imagen de Dios en santidad, finalmente entraremos en los cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
Dios observó que lo que había hecho era muy bueno. Usted es parte de la creación de Dios y El está complacido por la manera en que lo creó. Si en ocasiones siente que carece de valor o que vale poco, recuerde que Dios lo creó por una buena razón. Usted es valioso para él.
DIAS DE LA CREACION:
Primer día: Luz (así que hubo luz y oscuridad)
Segundo día: Cielo y agua (se separaron las aguas)
Tercer día: Mar y tierra (se juntaron las aguas); vegetación
Cuarto día: Sol, luna y estrellas (para regir sobre el día y la noche, para dar origen a las estaciones, señalar los días y los años)
Quinto día: Peces y aves (para llenar las aguas y el cielo)
Sexto día: Animales (para llenar la tierra). Hombre y mujer (para cuidar la tierra y tener comunión con Dios)
Séptimo día: Dios descansó y declaró que todo lo que había hecho era muy bueno.
¿Cuánto tiempo le tomó a Dios crear el mundo? Hay dos puntos de vista respecto de los días de la creación:
(1) cada día fue un período literal de veinticuatro horas;
(2) cada día representa un período indefinido (hasta millones de años)
La Biblia no aclara cuál teoría es la correcta. Pero la pregunta real no es cuánto tiempo le tomó a Dios, sino cómo lo hizo. Dios creó al mundo de una manera ordenada (no creó las plantas antes que la luz); y creó al hombre y a la mujer como seres singulares capaces de comunicarse con El.
Ninguna otra parte de la creación puede reclamar ese maravilloso privilegio. El punto importante no es cuánto tiempo le tomó a Dios crear el mundo, ya sean unos pocos días o unos pocos miles de millones de años, sino que lo creó tal cual quiso hacerlo.
PRINCIPIOS:
La Biblia no aborda el tema de la evolución. Más bien su cosmovisión da por sentado que Dios lo creó. El punto de vista bíblico de la creación no está en conflicto con la ciencia, pero sí está en conflicto con cualquier cosmovisión que principie sin un creador.
Igualmente los cristianos comprometidos y sinceros han tenido que luchar con este tema del origen de las cosas y han llegado a conclusiones diversas.
Por supuesto, esto es de esperarse ya que la evidencia es muy antigua y, debida a los estragos de las generaciones, muy fragmentada.
Los estudiosos de la Biblia y de la ciencia deben evitar polarizaciones y pensamientos extremistas. Los primeros deben tener cuidado de no hacer que la Biblia diga cosas que no dice, así como los segundos no deben forzar a la ciencia a decir cosas que tampoco dice.
El aspecto más importante de esta discusión continua no es el proceso de la creación, sino el origen de la creación. El mundo no es un producto de la casualidad ni de la probabilidad; Dios lo creó.
La Biblia no sólo nos dice que Dios creó el mundo; más importante aún, nos dice quién es ese Dios. Nos revela la personalidad de Dios, su carácter y su plan para la creación.
Además nos revela el deseo más profundo de Dios: relacionarse y tener comunión con la gente por medio de su visita histórica a este planeta en la persona de Su Hijo Jesucristo.
Podemos conocer de una forma muy personal a este Dios que creó el universo.
Los cielos y la tierra están aquí. Nosotros estamos aquí. Dios creó todo lo que vemos y experimentamos. El libro de Génesis comienza, "En el principio creó Dios los cielos y la tierra".
Aquí comenzamos la más emocionante y plena de todas las aventuras.
Aquí terminamos el primer capítulo de génesis hermanos. Esperando que sea de mucha bendición para nuestra vida y la de las personas a las que se los compartas amen.
Vamos a orar: señor Jesucristo quiero pedirte que lo que he aprendido en este capítulo lo guardes en mi corazón y lo lleve presente en mi mente para poder compartirlo con mas personas que no sea un oidor olvidadizo engañándome a mi mismo si no que sea un hacedor de tu palabra que tu santo espíritu hable atreves de mi tu palabra lo pido en tu nombre Jesús te amo amen.
jesus salva
su palabra tiene poder
lee la biblia
jeremias 33:3
clama a mi y yo te respondere
te mostrare cosas grande
que aun no conoces.
(Ezequiel 33:10 al 20) Los israelitas creen que ya no tienen remedio. Creen que se están pudriendo en vida porque han pecado mucho, Pero tú debes decirles de mi parte que yo no quiero que muera la gente malvada,
Lo que quiero es que dejen su mala conducta y vivan. Israelitas, ¡cambien su mala conducta! ¡Dejen de hacer lo malo, y no morirán!
Pon atención, Ezequiel, Los israelitas me critican y dicen que soy injusto, pero en realidad los injustos son ellos,
Por eso quiero que les aclares esto: Si una persona buena hace lo malo, todo lo bueno que haya hecho no la salvará de morir; pero si una persona malvada deja de hacer lo malo, todo lo malo que haya hecho le será perdonado, y vivirá por hacer lo que es recto y justo,
Si roba algo, o recibe algo en prenda, pero lo devuelve, no volveré a acordarme de sus pecados, pues habrá obedecido mis mandamientos, que dan vida,
Si a una persona buena le prometo que vivirá muchos años, y confiada en eso empieza a pecar, yo no tomaré en cuenta todo lo bueno que haya hecho, sino que morirá por los pecados que haya cometido,
Sin embargo, los israelitas me critican y siguen diciendo que soy injusto, Pero yo voy a juzgar a cada quien de acuerdo con su conducta,
Los cautivos estaban desalentados por sus pecados pasados, Este es un punto crucial en este libro, En otras partes del libro de Ezequiel, el pueblo se negó a enfrentar sus pecados, Aquí, se sentían profundamente culpables por vivir tantos años en rebelión en contra de Dios,
Por lo tanto, El les aseguró que los perdonaría si se arrepentían, Dios quiere que todo el mundo se vuelva a Él, Jehová Ve lo que somos y lo que seremos, no lo que hemos sido,
Dios da a cada persona la oportunidad de volverse a Él, así que aprovéchela, Trate de seguirlo con sinceridad y pídale que lo perdone cuando falle,
Las buenas acciones pasadas no salvan a una persona que decide volver a una vida de pecado, Algunas personas quizás piensen que han hecho suficientes obras buenas que justificaran o quitaran las malas acciones a las que no quieren renunciar,
Pero es inútil tratar de ser bueno en algunos aspectos y deliberadamente malo en otras, Dios quiere obediencia y amor completos,
Si bien las buenas obras no nos salvan, la salvación debe llevarnos a actuar con rectitud, Esto incluye una restitución por los pecados del pasado, Dios espera que restituyamos, cuando fuera necesario, por las cosas malas que hemos hecho, (como ilustra la historia de Zaqueo, en Lucas19:1 al 10)
Jesús entró en Jericó, Allí vivía Zaqueo, un hombre muy rico que era jefe de los cobradores de impuestos, Zaqueo salió a la calle para conocer a Jesús, pero no podía verlo, pues era muy bajito y había mucha gente delante de él, Entonces corrió a un lugar por donde Jesús tenía que pasar y, para poder verlo, se subió a un árbol de higos,
Cuando Jesús pasó por allí, miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, bájate ahora mismo, porque quiero hospedarme en tu casa, Zaqueo bajó enseguida, y con mucha alegría recibió en su casa a Jesús,
Cuando la gente vio lo que había pasado, empezó a criticar a Jesús y a decir: ¿Cómo se le ocurre ir a la casa de ese hombre tan malo?
Después de la comida, Zaqueo se levantó y le dijo a Jesús: Señor, voy a dar a los pobres la mitad de todo lo que tengo, Y si he robado algo, devolveré cuatro veces esa cantidad,
Jesús le respondió: Desde hoy, tú y tu familia son salvos, pues eres un verdadero descendiente de Abraham, Yo, el Hijo del hombre,
He venido para buscar y salvar a los que se habían perdido y viven alejados de Dios, Para financiar su gran imperio mundial, los romanos cargaron de impuestos elevados a las naciones que estaban bajo su dominio,
Los judíos se oponían a estos impuestos porque servían para apoyar a un gobierno secular y a sus dioses paganos, pero aun así estaban obligados a pagar,
Los cobradores de impuestos eran las personas más impopulares en Israel, A los judíos por nacimiento que optaban trabajar para los romanos se les consideraba traidores, Además, era sabido por todos, que los cobradores de impuestos se enriquecieron a expensas de sus compatriotas,
No sorprende, por lo tanto, que las multitudes se sintieron molestas cuando Jesús visitó a Zaqueo, un cobrador de impuestos, A pesar de que Zaqueo era deshonesto y traidor, Jesús lo amaba y, en respuesta, el pequeño recaudador de impuestos se convirtió,
En toda sociedad ciertos grupos de personas se consideran "intocables" ya sea por su opinión política, conducta inmoral o forma de vivir, No debemos ceder a la presión social y evadir a este tipo de personas, Jesús las ama y estas necesitan oír sus buenas nuevas,
Por la reacción de la gente se puede juzgar que Zaqueo fue, sin duda, un torcido publicano, Sin embargo, después de su encuentro con Jesús llegó a la conclusión de que su vida necesitaba que la enderezaran,
Al dar a los pobres y restituir con intereses generosos a los que defraudó, Zaqueo demostró mediante acciones externas el cambio interno que experimentó,
No es suficiente seguir a Cristo de corazón, Debe mostrar su cambio de vida mediante una nueva conducta, ¿Traduce su fe en acciones? ¿Qué cambios necesita hacer?
Cuando Jesús dijo que Zaqueo era un hijo perdido de Abraham, debe haber sorprendido a sus oyentes al menos en dos maneras,
No les debe haber gustado reconocer que este cobrador de impuestos tan impopular era un compatriota hijo de Abraham y no deben haber deseado admitir que hijos de Abraham pudieran perderse,
Una persona no se salva por un notable linaje, ni se condena por uno malo; la fe es más importante que la descendencia, A Jesús le interesa llevar a su Reino a los perdidos, sin importarle sus antecedentes ni estilos de vida anteriores, Mediante la fe, los perdona y hace nuevos,
"De modo que si alguno está en Cristo Jesús, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas"
(2 CORINTIOS 5: 17)
EL PLAN DE SALVACIÓN DEL PADRE POR MEDIO DE SU HIJO, EN 7 PUNTOS.
1)._ ¿Porque necesitamos arrepentirnos? y ¿porque necesitamos la salvación de nuestra alma? Porque todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios. (Romanos 3:23)
Todos hemos pecado, y por eso estamos lejos de Dios. Algunos pecados parecen ser mucho más grandes que otros porque sus consecuencias son mayores.
El homicidio, por ejemplo, nos parece que es peor que el odio, y el adulterio al parecer es peor que la lujuria.
Pero esto no significa que nos merecemos la vida eterna porque nuestros pecados son de menor consecuencia.
Cualquier pecado nos convierte en pecadores y nos aparta de nuestro Dios santo.
Cualquier pecado, por lo tanto, conduce a la muerte (porque nos incapacita para vivir con Dios) por grande o pequeño que el pecado parezca.
No minimice los pecados pequeños ni valore con exceso los grandes. Todos nos separan de Dios, pero también todos pueden ser perdonados.
Por tanto, como el pecado entro en el mundo por un hombre, y por el
Pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto
Todos pecaron. (Romanos 5:12)
El primer pecado en el mundo fue la desobediencia de Adán. Así, en castigo por el pecado, apareció la muerte en el mundo. Y como todos hemos pecado, todos tenemos que morir.
¿Cómo pueden declararnos culpables por algo que Adán hizo miles de años atrás? Muchos piensan que no es justo que Dios nos juzgue por el pecado de Adán.
Sin embargo confirmamos nuestra solidaridad con Adán cada vez que pecamos. Estamos hechos del mismo material, con tendencia a rebelarnos, y los pecados que cometemos nos condenan.
Debido a que somos pecadores, no necesitamos imparcialidad sino misericordia. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida Eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23)
Quien sólo vive para pecar, recibirá como castigo la muerte. Pero Dios nos regala la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.
Usted tiene la libertad de escoger entre dos amos, pero no está en condiciones de regular las consecuencias de su elección. Cada uno de estos amos paga con su moneda.
La paga del pecado es muerte. Eso es todo lo que puede esperar de una vida sin Dios.
La paga de Cristo es vida eterna: nueva vida con Dios que empieza en la tierra y continua por siempre con Dios.
¿Qué elección ha hecho?
La vida eterna es un regalo de Dios. Si es un regalo, no podemos ganarlo ni pagar por él. Sería insensato recibir un regalo por amor y ofrecer pagarlo.
El que recibe un regalo no puede comprarlo. Lo correcto cuando se nos ofrece un regalo es aceptarlo con agradecimiento.
Nuestra salvación es un regalo de Dios, no algo que hemos hecho nosotros. El nos salvó por su misericordia, no por lo que hayamos hecho.
Debemos aceptar con acción de gracias el regalo que generosamente Dios nos da.
2)._ ¿Puede nuestras obras buenas darnos la Salvación? (NO) Porque por gracia sois salvos por medio de la fe en (Jesucristo y su sangre) y esto no es de vosotros pues es don de Dios y no por obras de justicia para que nadie se gloríe. (Efesios 2:8 y 9)
Ustedes han sido salvados porque aceptaron el amor de Dios. Ninguno de ustedes se ganó la salvación, sino que Dios se la regaló.
La salvación de ustedes no es el resultado de sus propios esfuerzos. Por eso nadie puede sentirse orgulloso.
Cuando alguien le da un regalo, ¿diría usted: ¡Qué lindo es!, ¿cuánto le debo? No, la respuesta apropiada es: Gracias.
Con cuánta frecuencia los cristianos, aun después de habérseles dado la salvación, se sienten obligados a hacer algo para llegar hasta Dios.
Debido a que nuestra salvación e incluso nuestra fe son regalos, debiéramos responder con gratitud, alabanza y regocijo.
Llegamos a ser cristianos mediante el don inmerecido de Dios, no como el resultado de algún esfuerzo, habilidad, elección sabia o acto de servicio a otros de nuestra parte.
Sin embargo, como gratitud por este regalo, buscamos servir y ayudar a otros con cariño, amor y benevolencia y no simplemente para agradarnos a nosotros mismos.
Si bien ninguna acción u obra nos puede ayudar para obtener la salvación, la intención de Dios es que nuestra salvación resulte en obras de servicio.
No somos salvos solo para nuestro beneficio, sino para el de Él, para glorificarle y edificar la Iglesia.
Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo. (Gálatas 2:16)
Sabemos muy bien que Dios sólo acepta a los que confían en Jesucristo, y que nadie se salva sólo por obedecer la ley.
Nosotros mismos hemos confiado en Jesucristo, para que Dios nos acepte por confiar en él. Porque Dios no aceptará a nadie sólo por obedecer la ley.
Si las leyes judías no pueden salvarnos ¿por qué debemos seguir obedeciendo los Diez Mandamientos y las otras leyes del Antiguo Testamento? Pablo no decía que las leyes eran malas, en otra carta que escribió manifestó: La ley a la verdad es santa y el mandamiento santo, justo y bueno. (Romanos 7:12)
La Ley engaña la gente por usarla mal. La Ley era santa, y expresaba la naturaleza y voluntad de Dios. Eva se encontró con la serpiente en el huerto del Edén (Génesis 3), la serpiente se burló de ella, logrando que apartara su vista de la libertad que Dios le dio y la pusiera en la restricción que le había puesto.
Desde entonces somos rebeldes. El pecado nos atrae precisamente porque Dios nos dice que es malo. En lugar de prestar atención a sus advertencias, las usamos como una lista de mandados.
Cuando nos sintamos tentados a rebelarnos, necesitamos contemplar la Ley desde una perspectiva amplia, a la luz de la gracia y la misericordia de Dios.
Si nos concentramos en su gran amor por nosotros, comprenderemos que nos restringe en acciones y actitudes que al final causan daño.
El apóstol pablo En cambio, decía que por medio de la ley nunca podremos ser aceptables delante de Dios. La ley aún juega un papel importante en la vida de un cristiano.
La ley: (1) nos protege del pecado dándonos normas para nuestra conducta; (2) nos convence de pecado, dándonos la oportunidad de pedir el perdón de Dios; (3) nos lleva a confiar en la suficiencia de Cristo porque nosotros nunca podremos cumplir los Diez Mandamientos a la perfección.
Por la ley es imposible salvarnos, pero después de que llegamos a ser cristianos, la ley puede ser una valiosa guía para vivir como Dios requiere.
Al estudiar el Antiguo Testamento. Pablo se percató de que no podía obtener salvación por medio de la obediencia a las leyes de Dios.
Los profetas sabían que el plan de salvación no estaba basado en el cumplimiento de la ley.
Porque nosotros podemos ser infectados por el pecado, no podemos cumplir las leyes de Dios perfectamente. Afortunadamente, Dios ha provisto un camino de salvación que depende de Jesucristo, no de nuestros propios esfuerzos.
Aunque conocemos esta verdad, debemos guardarnos de la tentación de usar el servicio, las buenas obras, las dádivas o cualquier otro esfuerzo como un sustituto de la fe.
Siendo justificado gratuitamente por su gracia mediante la redención que es Cristo Jesús. (Romanos 3:24)
Pero él nos ama mucho, y nos declara inocentes sin pedirnos nada a cambio. Por medio de Jesús, nos ha librado del castigo que merecían nuestros pecados.
Justificados significa declarados no culpables. Cuando en la corte el juez declara inocente al acusado, se eliminan todos los cargos del acta.
Legalmente, es como si la persona jamás hubiera sido acusada. Cuando Dios perdona nuestros pecados, limpia nuestros antecedentes penales. Desde su perspectiva es como si nunca hubiéramos pecado.
Redención se refiere a que Cristo libra a los pecadores de la esclavitud del pecado.
En los tiempos del Antiguo Testamento, a una persona con deudas podían venderla como esclava. Luego el pariente más cercano podía redimirla comprando su libertad. Cristo compró nuestra libertad. El precio fue su vida.
3)._ ¿Quiénes nos dan la Salvación y quien es nuestro mediador? Porque hay un solo Dios y un solo Mediador entre Dios y los hombres
Jesucristo hombre. (1de Timoteo 2:5)
Como seres humanos estamos separados de Dios por el pecado, y sólo una persona en el universo puede pararse entre nosotros y Dios y unirnos otra vez: Jesús, que es Dios y hombre al mismo tiempo.
El sacrificio de Cristo trajo nueva vida a la humanidad. ¿Le ha permitido usted que lo lleve al Padre? Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida nadie viene al padre sino es por mí. (Juan 14:6)
Este es uno de los pasajes más básicos e importantes de las Escrituras. ¿Cómo conoceremos el camino hacia Dios? Únicamente a través de Jesús.
El es el camino porque es a la vez Dios y Hombre. Al unir nuestras vidas a la de El, nos unimos con Dios. Confíe que Jesús lo llevará al Padre y que todos los beneficios de ser hijo de Dios serán suyos.
Por ser el camino, Jesús es nuestra senda al Padre. Por ser la verdad, es la realidad de todas las promesas de Dios. Por ser la vida, une su vida divina a la nuestra, tanto ahora como eternamente.
Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo del cielo dado a los hombres en el cual podamos ser salvos. (Hechos 4:12)
Muchas personas reaccionan negativamente al hecho de que no hay otro nombre en que podamos obtener salvación. Esto no lo decidió la Iglesia, es una enseñanza específica de Jesús mismo.
(Juan 14:6) Jesús le respondió: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre. Si Dios designa a Jesús como el Salvador del mundo, ningún otro puede ser su igual.
Los cristianos tienen que tener una mentalidad abierta a diferentes aspectos, pero no en cómo somos salvos del pecado.
Ningún otro maestro religioso pudo morir por los pecados del género humano; ningún otro maestro religioso vino a la tierra como el Hijo unigénito de Dios; ningún otro resucitó de la muerte.
Nuestro enfoque debe estar en Jesús, a quien Dios ofreció como el camino para tener una relación eterna con El mismo. ¡No hay otro nombre ni camino!
4)._ ¿Qué dice Dios acerca de las imágenes y los ídolos? No tengan otros dioses aparte de mí. No hagan ídolos ni imágenes de nada que esté en el cielo, en la tierra o en lo profundo del mar.
No se arrodillen ante ellos ni hagan cultos en su honor. Yo soy el Dios de Israel, y soy un Dios celoso.
Yo castigo a los hijos, nietos y bisnietos de quienes me odian, pero trato con bondad a todos los descendientes de los que me aman y cumplen mis mandamientos. (Éxodo 20:3 al 6)
Los israelitas acababan de salir de Egipto, una tierra de muchos ídolos y muchos dioses. Como cada dios representaba un aspecto diferente de la vida de una persona, era común que adoraran muchos dioses para poder recibir el mayor número de bendiciones.
Cuando Dios le dijo a su pueblo que lo adorara y le creyera, no fue tan difícil para ellos, El era sólo un dios más para añadir a la lista.
Pero cuando dijo: No tendrás dioses ajenos delante de mí, fue difícil de aceptar para el pueblo.
Pero si no aprendieron que el Dios que los sacó de Egipto era el único Dios verdadero, no podrían ser su pueblo; sin importar cuán fielmente mantuvieran los otros nueve mandamientos.
Así, Dios hizo de este su primer mandamiento y lo enfatizó más que ningún otro.
Actualmente podemos permitir que muchas cosas se conviertan en dioses para nosotros. El dinero, la fama, el trabajo o el placer pueden convertirse en dioses cuando nos concentramos demasiado en ellos para buscar identidad, seguridad y significado.
Nadie comienza con la intención de adorar esas cosas, pero al pasar el tiempo llegan a ocupar nuestras vidas,
Pueden llegar a convertirse en dioses que al final controlarán nuestros pensamientos y nuestras energías. Permitir que Dios tenga el lugar central en nuestra vida evita que esas cosas se conviertan en dioses.
Serán vueltos atrás y en extremo confundidos os que confían en ídolos y dicen a las imágenes de fundición: vosotros sois nuestros dioses (Isaías 42:17)
Esos que confían en los ídolos, esos que adoran a las estatuas, se alejarán de ellos llenos de vergüenza.
Porque Los ídolos de plata y oro ,obra de mano de hombres, tienen boca, mas no hablan; tienen ojos mas no ven; orejas mas no oyen; tienen narices mas no huelen, manos mas no palpan, tienen pies mas no andan; no hablan con su garganta, semejantes a ellos son los que los hacen y cualquiera que confía en ellos. (Salmos 115:4 al 8)
Cuando se escribieron los salmos, muchas personas de Israel adoraban ídolos (estatuas de madera, piedra o metal). Se envanecían con lo que veían y se contentaban por lo que no veían.
En la actualidad, seguimos valorando más los objetos tangibles (posición, dinero, casa, ropa, posesiones) que los resultados intangibles (crecimiento espiritual, salvación, ayudar a los necesitados, dedicar tiempo a los seres amados).
Los que entregan toda su vida para obtener objetos tangibles son tan necios y vacíos como sus propios ídolos.
(Isaías 44:9 al 20) Isaías dijo: Los fabricantes de ídolos no valen nada, como tampoco valen nada los ídolos que ellos tanto quieren. Los que adoran a los ídolos son unos ciegos y estúpidos.
El que funde el metal para hacer una estatua y adorarla como un dios, pierde el tiempo. Esos artesanos son simples seres humanos: ¡que se enfrenten conmigo en un juicio, y quedarán llenos de vergüenza!
Miren lo que hace el herrero: calienta el metal en el fuego, lo moldea a golpe de martillo y lo trabaja con su fuerte brazo. Pero si el herrero no se alimenta ni bebe agua, se cansa y pierde todas sus fuerzas.
O fíjense en el escultor: toma las medidas con su regla, hace un dibujo con el lápiz y el compás. Luego hace una estatua que se parece a un ser humano, y coloca en un templo esa estatua sin vida.
Hay otros que plantan cedros, y la lluvia los hace crecer. Si prefieren cipreses o robles, los cultivan en el bosque hasta que están bien crecidos.
Luego se llevan unas ramas de los árboles para hacer fuego y calentarse, o para cocer el pan. Pero también usan otros pedazos del árbol para hacer la estatua de un dios, ¡y se arrodillan para adorarla!
También hay quienes encienden fuego con la mitad de la madera, asan la carne, se comen el asado, y se sienten satisfechos. Además, se calientan junto al fuego y dicen: ¡Qué bien se está aquí! ¡Ya estamos entrando en calor!
Y con el resto de la madera hacen la estatua de un dios, se arrodillan ante ella para adorarla, y le dirigen esta oración: ¡Sálvanos, pues tú eres nuestro dios! Esa gente no entiende nada. Están tan confundidos y cegados que no pueden comprender nada.
Les falta inteligencia para entender y poder decir: Si la mitad de la madera la usamos para hacer el fuego, para asar la carne y cocer el pan, ¡lo que estamos adorando no es más que un simple trozo de madera! Esa gente se deja engañar por ideas falsas, y no es capaz de entender que lo que tiene en sus manos es pura mentira.
Aquí Isaías describe cómo el pueblo hizo sus dioses. Qué absurdo resulta hacer un dios del mismo árbol que nos da leña. ¿Creamos nuestros dioses: dinero, fama o poder? Si creamos un dios de nuestra elección, nos engañamos y no podemos esperar que mejore nuestra vida.
Como dice el salmista: Los ídolos son objetos de oro y plata; ¡son hechura humana!
¿Y qué es lo que tienen? Una boca que no habla, y ojos que no ven; orejas que no oyen, y narices que no huelen; manos que no tocan, y pies que no andan; garganta tienen, ¡pero no emiten ningún sonido! Iguales a esos ídolos son quienes los hacen y quienes confían en ellos.
5)._ ¿Y si no me predican aun tengo excusa delante de Dios? NO (Romanos 1:19 al 21) La gente sabe todo lo que se puede saber acerca de Dios, pues Dios mismo se lo ha mostrado.
Por medio de lo que Dios ha creado, todos podemos conocerlo, y también podemos ver su poder. Así que esa gente no tiene excusa, pues saben de Dios, pero no lo respetan ni le dan las gracias. No piensan más que en hacer lo malo y en puras tonterías.
¿Posee alguien excusa para no creer en Dios? La Biblia responde con un enfático no. Dios ha revelado su existencia a través de la naturaleza.
Cada persona, por lo tanto, debe aceptar o rechazar a Dios. No sea negligente. Cuando llegue el día en que deba ser juzgado por lo que haya escogido, no habrá excusa. Empiece a darle hoy su devoción y adoración.
En estos versículos, Pablo responde a una objeción común: ¿Cómo un Dios amoroso puede enviar a alguien al infierno, sobre todo a quien nunca oyó acerca de Cristo? Pablo dice que Dios se nos ha revelado ampliamente en su creación. Y la gente sigue aún rechazando este conocimiento básico de Dios.
Además, cada uno sabe en su fuero interno lo que Dios demanda, pero optan por no vivir de acuerdo a ello. En otras palabras, nuestras normas morales son siempre mejores que nuestra conducta.
Si la gente suprime la verdad de Dios a fin de vivir a su manera, no tiene excusa. Conoce la verdad y tiene que sufrir las consecuencias de pasarla por alto.
Algunas personas se preguntan por qué necesitamos misioneros si la gente puede conocer a Dios a través de la naturaleza (la creación).
La respuesta: (1) A pesar de que la gente sabe que Dios existe, anulan esta verdad con sus perversiones y rechazan así toda relación con El. Los misioneros con mucho tacto les señalan ese error y les muestran la posibilidad de un nuevo comienzo.
(2) A pesar de que las personas pueden creer en Dios, no quieren compromisos con El. Los misioneros intentan persuadirlos mediante palabras afectuosas y obras de amor.
(3) Los misioneros convencen a la gente que rechaza a Dios de las peligrosas consecuencias de ese rechazo. (4) A través de los misioneros la iglesia obedece la Gran Comisión de nuestro Señor Jesucristo que vallamos y ágamos discípulos por todas las naciones y que les enseñemos a aguardar sus mandamientos como el nos los enseño a nosotros. (Mateo 28:19 y 20)
(5) Y lo que es más importante, aunque la naturaleza revela a Dios, a la gente hay que hablarle de Cristo y cómo, a través de Él, pueden tener una relación personal con Dios.
No es suficiente saber que Dios existe. La gente debe aprender que Dios es amor. Debe entender lo que hizo para demostrarnos su amor.
Debe mostrárseles cómo aceptar el perdón de pecados que ofrece Dios.
¿Qué tipo de Dios nos revela la naturaleza? La naturaleza nos muestra un Dios poderoso, inteligente, minucioso, un Dios de orden y hermosura; un Dios que controla todas las cosas.
Esta es su revelación general. A través de su revelación especial (la Biblia y la venida de Jesús), aprendemos acerca del amor, el perdón y la vida eterna que Dios ofrece.
En su gracia se nos ha revelado de estas dos maneras, para que podamos creer en El.
Dios se revela a través de la naturaleza a pesar de que este testimonio se ha distorsionado con la caída del hombre.
El pecado de Adán motivó que la maldición divina cayera sobre la naturaleza. Los espinos y los cardos fueron los resultados inmediatos, y desde entonces y hasta nuestros días los desastres naturales han sido comunes.
En (Romanos 8:19 y 21) Pablo dice que la naturaleza misma espera ansiosamente ser redimida de los efectos del pecado.
¿Cómo pueden las personas inteligentes volverse idólatras? La idolatría empieza cuando la gente rechaza lo que sabe acerca de Dios. En lugar de poner sus ojos en El, el Creador y sustentador de la vida, actúan como si fueran el centro del universo.
Muy pronto inventan dioses que se ajustan muy bien a su egoísmo, sus planes y sus designios. Estos dioses pueden ser figuras de madera, pero también pueden ser metas o cosas que queremos tener tales como dinero, poder o comodidades.
Aun podrían ser representaciones erróneas de Dios mismo en las que lo conformamos a nuestra imagen, en lugar de que sea al revés.
El denominador común es: los idólatras adoran las cosas que Dios ha hecho antes que a Dios mismo. ¿Cuáles son sus prioridades? ¿Dónde están sus sueños, planes, esperanzas? ¿Rinde culto a Dios o a ídolos que se ha fabricado?
Si yo (Jesucristo) no hubiera venido, Esa gente no sería culpable por sus pecados si yo no hubiera venido a hablarles, y si delante de ellos no hubiera hecho yo cosas que nadie jamás ha hecho. Pero aun así me odian a mí, y también a mi Padre. Porque el que me odia, también odia a mi Padre. (Juan 15:22 al 24)
6)._ ¿Existe verdaderamente un juicio, el infierno y quienes irán allá? Y de manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez y después de esto el juicio. (Hebrero 9:27)
Por eso Dios los ha dejado hacer lo que quieran, y sus malos pensamientos los han llevado a hacer con sus cuerpos cosas vergonzosas.
En vez de adorar al Dios verdadero, adoran a dioses falsos; adoran las cosas que Dios ha creado, en vez de adorar al Dios que las creó y que merece ser adorado por siempre. Amén.
Por esa razón, Dios ha dejado que esa gente haga todo lo malo que quiera. Por ejemplo, entre ellos hay mujeres que no quieren tener relaciones sexuales con los hombres, sino con otras mujeres.
Y también hay hombres que se comportan de la misma manera, pues no volvieron a tener relaciones sexuales con sus mujeres, sino que se dejaron dominar por sus deseos de tener relaciones con otros hombres.
De este modo, hicieron cosas vergonzosas los unos con los otros, y ahora sufren en carne propia el castigo que se buscaron.
y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entrego a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad, llenos de envidias, murmuradores, detractores,
Aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios altivos, inventores de males, desobediente a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables,
sin misericordia quienes habiendo entendido el juicio de Dios que quienes practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican (Romanos 1:24 al 32)
Pablo con toda claridad describe la inevitable espiral descendente del pecado. Primero, las personas rechazan a Dios; después, se hacen sus ideas de qué debe ser y hacer un dios; luego caen en pecado: pecado sexual, codicia, odio, envidia, homicidio, disensión, engaño, malicia, chisme.
Por último, crece su odio hacia Dios y animan a otros a que sientan lo mismo. Dios no da inicio a esta progresión hacia el mal. Pero cuando las personas lo rechazan, les concede vivir como hayan escogido.
Dios los entrega o los hace sentir la consecuencia natural de sus pecados. Una vez atrapados por la espiral descendente, no pueden librarse. Los pecadores deben confiar en Cristo solamente si han de hallar la vía de escape.
Estas personas decidieron rechazar a Dios y El se lo permitió. Por lo general, Dios no interfiere en nuestras decisiones que van en contra de su voluntad.
Nos permite declarar nuestra aparente independencia de Él, a pesar de que sabe que en poco tiempo seremos esclavos de nuestra rebeldía, y perderemos la libertad de no pecar.
¿Tiene la vida sin Dios la apariencia de libertad para usted? Estúdielo bien. No hay peor esclavitud que la del pecado.
La gente tiende a creer en mentiras que respaldan sus propias creencias egocéntricas. Hoy más que nunca debemos tener cuidado con los datos a los que permitimos moldear nuestras convicciones.
A través de la televisión, la música, las películas y el resto de los medios masivos de comunicación que nos presentan estilos de vida pecaminosos y valores malsanos, constantemente nos bombardean con actitudes y creencias opuestas por completo a la Biblia.
Tenga cuidado con lo que permite llegue a formar parte de sus opiniones. La Biblia es la única norma de verdad. Evalúe las demás opiniones a la luz de sus enseñanzas.
El plan divino en cuanto a las relaciones sexuales normales es el ideal de Dios para su creación. Es lamentable, pero el pecado distorsiona el uso natural de los dones de Dios.
A menudo, el pecado no solo implica negar a Dios, sino también negar la forma en que nos hizo. Cuando una persona dice que cualquier acto sexual es aceptable siempre que no hiera a nadie, se está engañando.
A la larga (y por lo general en breve) el pecado hiere a la gente: individuos, familias, sociedad. ¡Qué lamentable que la gente adore las cosas que Dios ha hecho en lugar de rendir culto al Creador,
Al grado que muchas veces distorsione y destruya las cosas que realmente valen! Sin embargo, es imposible comprender el plan natural de Dios sin llegar a conocer al Creador mismo.
La homosexualidad (cambio o abandono de las relaciones sexuales naturales) se había propagado en los días de Pablo como en los nuestros.
Muchas prácticas paganas lo alentaban. La voluntad de Dios es recibir a todo el que acuda a Él en fe y los cristianos deben amar a los demás sin importar su procedencia. Sin embargo, la homosexualidad está estrictamente prohibida en las Escrituras.
(Levíticos 18:22) Nadie debe tener relaciones sexuales con otro hombre. Eso es algo que me repugna.
En el mundo de hoy, muchos consideran aceptable esta práctica, incluso algunas iglesias. Pero la sociedad no es la que establece el patrón para las leyes de Dios.
Muchos homosexuales creen que sus deseos son normales y que tienen el derecho de expresarlos. Pero Dios no nos obliga ni anima a satisfacer todos nuestros deseos (aun los que son normales).
Los deseos que violan sus leyes son indebidos y deben controlarse. Si usted tiene estos deseos, puede y debe resistirlos. Conscientemente evite lugares o actividades que sabe inflamará tentaciones de esta naturaleza.
No menosprecie el poder de Satanás para tentarlo ni el potencial para causarle un daño serio si cede a esas tentaciones. Recuerde, Dios puede y perdonará pecados sexuales así como perdona otros pecados.
Ríndase a la gracia y a la misericordia de Dios pidiéndole que le muestre el camino para salir del pecado e ir a la luz de su libertad y amor.
La oración, el estudio de la Biblia y el firme compañerismo de los cristianos en una iglesia centrada en la Biblia pueden ayudarle a cobrar energías para resistir estas tentaciones poderosas.
Si usted es una persona que anda en este pecado, tendrá que buscar la ayuda de un pastor que sea confiable, profesional y buen consejero.
¿Cómo sabía esta gente que el castigo que Dios impone a estos delitos es la muerte? Los seres humanos, creados a la imagen de Dios, tienen conciencia y naturaleza moral básica.
Esta verdad se acepta más allá de los círculos religiosos. Los sicólogos, por ejemplo, dicen que la persona sin conciencia sufre un serio desorden de la personalidad que es muy difícil de tratar.
Por instinto, muchas personas se dan cuenta cuando hacen algo incorrecto, pero pudiera no importarles. Algunas personas, incluso, se arriesgan a una muerte temprana por saciar sus deseos ahora.
Sé que es malo, pero lo quiero, dicen; o Sé que es peligroso, pero correré el riesgo. Para este tipo de personas, parte de su distracción es ir contra la voluntad de Dios, las normas morales de la comunidad, el sentido común y su concepto de lo que es bueno o malo.
Pero en lo profundo de su ser saben que la paga del pecado es la muerte. (Romanos 6:23) Quien sólo vive para pecar, recibirá como castigo la muerte. Pero Dios nos regala la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.
(2 Pedro 3:4 al 9) y les preguntarán: ¿Qué pasó con la promesa de que Jesucristo regresaría? Ya murieron nuestros padres, ¡y todo sigue igual que cuando el mundo fue creado!
Esa gente no quiere darse cuenta de que, hace mucho tiempo, Dios creó los cielos y la tierra, y de que con sólo una orden separó la tierra y los mares.
Además, Dios usó el agua del diluvio para destruir al mundo de esa época; pero, con ese mismo poder, ha dado la orden de que,
En el momento indicado, los cielos y la tierra que ahora existen sean destruidos con fuego. Serán quemados el día en que Dios juzgue a todos y destruya a los que hacen el mal.
Además, hermanos míos, no olviden que, para el Señor, un día es como mil años, y mil años son como un día.
No es que Dios sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Lo que pasa es que Dios tiene paciencia con ustedes, porque él no quiere que nadie muera, sino que todos vuelvan a obedecerle.
Los burladores de los últimos días dirán que Jesucristo nunca volverá, pero Pedro refutó su argumento explicando el plan maestro de Dios en el tiempo.
Los postreros días es el tiempo intermedio entre la primera y segunda venida de Cristo. En ese sentido, nosotros, como Pedro, vivimos en los postreros días. Debemos cumplir con la tarea a que Dios nos ha llamado y creer que volverá tal como lo prometió.
En la época de Noé la tierra fue juzgada mediante el agua; en la segunda venida de Cristo será juzgada por el fuego.
Dios pudo haber parecido muy lento para estos creyentes cuando afrontaban la persecución cada día y anhelaban ser librados. Pero Dios no es lento y no actúa de acuerdo con nuestra medición del tiempo.
(Salmo 90:4) Para ti, mil años pasan pronto; pasan como el día de ayer, pasan como unas horas de la noche.
Moisés nos recuerda que mil años son como un día para el Señor. El tiempo no limita a Dios. Es muy fácil desalentarse cuando pasan los años y el mundo no mejora.
Debido a que no podemos ver hacia el futuro, a veces nos preguntamos si Dios lo puede ver. Pero no cometa el error de suponer que Dios tiene las mismas limitaciones que nosotros. A Él no lo limita el tiempo de ninguna manera. Podemos depender de Dios porque El es eterno.
Jesucristo está esperando que más pecadores se arrepientan y se vuelvan a Él. No debemos sentarnos a esperar el regreso de Cristo, sino vivir con la consigna de que el tiempo es corto y tenemos una tarea importante que realizar.
Debe estar listo para encontrarse con Cristo en cualquier momento; sin embargo, planifique los pasos de su servicio como si demorara varios años más en volver.
7)._ ¿Qué tengo que hacer para ser salvo? Más bien, la Biblia dice: El mensaje de Dios está cerca de ti; está en tu boca y en tu corazón. Y ese mismo mensaje es el que les traemos: que debemos confiar en Dios.
Pues si ustedes reconocen con su propia boca que Jesús es el Señor, y si creen de corazón que Dios lo resucitó, entonces se librarán del castigo que merecen.
Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor y creyeres en tu corazón que Dios le levanto de los muertos, serás salvo, porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. (Romanos 10:8 al 10)
¿Alguna vez le han preguntado cómo se hace uno cristiano? Estos versículos le dan la preciosa respuesta: la salvación está en el corazón y en la boca.
La gente piensa que debe ser un proceso complicado, pero no es así. Si creemos en nuestro corazón y proclamamos con nuestra boca que Jesús es el Señor resucitado, seremos salvos.
El fin de todo el discurso oído es este: Temed a Dios, y guarda sus mandamientos porque esto es el todo del hombre, porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala. (Eclesiastés 12:13 y 14)
En su conclusión, Salomón presenta sus antídotos para las dos enfermedades presentadas en este libro. Quienes carezcan de propósito y dirección en la vida deben respetar a Dios y seguir sus principios para la vida.
Los que piensan que la vida es injusta deben recordar que Dios analizará la vida de cada persona para determinar cómo le ha respondido a Él y traerá a juicio todo hecho.
¿Ha comprometido usted su vida presente y futura con Dios? ¿Está su vida a la altura de las normas de Dios?
El libro de Eclesiastés no puede interpretarse correctamente sin leer estos versículos finales. No importan cuáles sean los misterios y las aparentes contradicciones de la vida, debemos trabajar hacia el único propósito de conocer a Dios.
En Eclesiastés, Salomón nos muestra que debemos disfrutar de la vida, pero que esto no nos exime de obedecer los mandamientos de Dios.
Debemos buscar el propósito y el significado de la vida, pero no se pueden encontrar en los logros humanos. Debemos reconocer la maldad, necedad e injusticia en la vida, y aun así mantener una actitud positiva y una fe sólida en Dios.
Todas las personas tendrán que comparecer delante de Dios y ser juzgadas por lo que hicieron en esta vida. No podremos utilizar las incongruencias de la vida como excusas de no haber vivido adecuadamente.
Para vivir bien, necesitamos: (1) reconocer que el esfuerzo humano separado de Dios es vanidad, (2) colocar a Dios en primer lugar... ahora, (3) recibir todo lo bueno como un regalo de Dios, (4) darse cuenta que Dios juzgará tanto lo malo como lo bueno y (5) saber que Dios juzgará la calidad de vida de toda persona. Resulta muy extraño que la gente se pase la vida entera luchando por alcanzar el verdadero gozo que Dios nos da como regalo.
Di esta Oración: Señor Jesucristo reconozco el sacrificio que hiciste por mí en la cruz del calvario, te acepto como mi único y suficiente Salvador, te pido que me laves con tu sangre, te pido Dios que inscribas mi nombre en el libro de la vida y me ayudes a servirte y hacer tu voluntad para la gloria y la honra de tu nombre en el Nombre de Jesucristo. Amén.
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María Ramírez (sábado, 07 septiembre 2019 10:05)
me encantó haber leído este tema súper interesante.Dios los bendiga
Guillermina Laureano (martes, 30 marzo 2021 20:05)
Ha Sido de gran bendición este capítulo.
Dios les bendiga!!!
Guillermina Laureano (viernes, 09 abril 2021 08:51)
Gracias bendiciones feliz día