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2018

cosas nuevas para el creyente

COSAS NUEVAS PARA EL CREYENTE: (2 Corintios 5:17) De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

 

Los cristianos son nuevas criaturas desde su interior. El Espíritu Santo les da vida nueva y ya no serán los mismos jamás. No hemos sido reformados, rehabilitados o reeducados; somos una nueva creación, viviendo en unión vital con Cristo.

 

(Colosenses 2:6 y 7) Ustedes han aceptado a Jesucristo como su dueño y Señor. Por eso, deben vivir como a él le agrada.

 

Tal como se les enseñó, confíen cada vez más en él, y vivan obedeciendo sus enseñanzas para ser cada vez mejores, y den siempre gracias a Dios.

 

Aceptar a Cristo como Señor de su vida es el comienzo de la vida con Cristo. Pero debe continuar siguiendo a sus líderes para arraigarse, edificarse y fortalecerse en su fe.

 

Cristo desea guiarlo y ayudarlo cada día en sus problemas. Usted puede vivir para Cristo al: (1) dedicar su vida y someterse a su voluntad.

 

(Romanos 12:1 y 2) Por eso, hermanos míos, ya que Dios es tan bueno con ustedes, les ruego que dediquen toda su vida a servirle y a hacer todo lo que a él le agrada. Así es como se le debe adorar.

 

Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto.

 

(2) buscar aprender de Él, de su vida y de sus enseñanzas. (Colosenses 3:16) No se olviden nunca de las maravillosas enseñanzas de Cristo.

 

Y cuando se enseñen unos a otros, o se corrijan, háganlo de manera inteligente. Canten salmos, himnos y cantos espirituales, dando gracias a Dios de todo corazón.

 

Y (3) reconocer el poder del Espíritu Santo en usted. (Hechos 1:8) Pero quiero que sepan que el Espíritu Santo vendrá sobre ustedes, y que recibirán poder para hablar de mí en Jerusalén, en todo el territorio de Judea y de Samaria, y también en los lugares más lejanos del mundo.

 

(Gálatas 5:22 y 23) En cambio, el Espíritu de Dios nos hace amar a los demás, estar siempre alegres y vivir en paz con todos. Nos hace ser pacientes y amables, y tratar bien a los demás, tener confianza en Dios, ser humildes, y saber controlar nuestros malos deseos. No hay ley que esté en contra de todo esto.

 

Pablo usa la ilustración de estar arraigados a Cristo. Así como las plantas reciben nutrición del suelo a través de sus raíces, recibimos fortaleza de Cristo.

 

Cuanto más dependan nuestras vidas de Él, menos serán las posibilidades de que seamos engañados por aquellos que falsamente claman tener respuestas para la vida. Si Cristo es nuestra fortaleza, seremos libres de las regulaciones humanas.

 

Convertirnos no es meramente dar la vuelta a una hoja nueva, sino empezar una vida nueva bajo un nuevo Maestro.

 

1._ Un nuevo nacimiento. (Juan 3:3) Jesús le dijo: Te aseguro que si una persona no nace de nuevo no podrá ver el reino de Dios.

 

¿Qué sabía Nicodemo acerca del Reino? Por las Escrituras sabía que Dios lo regiría, que lo restauraría en la tierra y que pertenecería al pueblo de Dios.

 

Jesús reveló a su devoto fariseo que el Reino sería para todo el mundo No solo para los judíos (Juan 3:16) Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna.

 

Y Nicodemo podía pertenecer al reino de Dios si personalmente nacía de nuevo. (Juan 3:5) Jesús le respondió: Te aseguro que si uno no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

 

Este era un concepto revolucionario: el Reino es algo personal, no nacional ni étnico, y para entrar en él se requiere arrepentimiento y renacimiento espiritual.

 

Jesús más tarde anunció que el reino de Dios está en el corazón de los creyentes mediante la presencia del Espíritu Santo. (Lucas 17:21) Tampoco se puede decir: ¡Aquí está! o ¡Allí está! Porque el reino de Dios ya está entre ustedes.

 

Los fariseos preguntaron cuándo vendría el Reino de Dios sin darse cuenta de que ya había llegado. El Reino de Dios no es como uno terrenal con límites geográficos. Más bien consiste en la obra del Espíritu de Dios en las personas y sus relaciones.

 

Hoy en día debemos resistirnos a ver las instituciones o programas como evidencias del progreso del Reino de Dios. En su lugar, debemos atender a lo que Dios hace y puede hacer en el corazón de las personas.

 

Su pleno cumplimiento será cuando Jesús regrese a juzgar al mundo y destruya para siempre al maligno. (Apocalipsis 21:22) En la ciudad no vi ningún templo, porque su templo es el Señor, el Dios todopoderoso, y también el Cordero.

 

El templo, centro de la presencia de Dios entre su pueblo, fue el primer lugar de adoración. Sin embargo, no es necesario el templo en la ciudad nueva porque la presencia de Dios estará en todas partes. Será adorado en toda la ciudad, y nada podrá impedirnos que estemos con El.

 

(1 Pedro 1:23) Dios les ha cambiado su modo de vivir. Es como si ustedes hubieran vuelto a nacer, no de padres humanos, que finalmente mueren, sino gracias al mensaje de Dios. Y es que ese mensaje da vida y nada puede destruirlo.

 

2. Una nueva vida. (Romanos 6:4) Al ser bautizados, morimos y somos sepultados con él; pero morimos para nacer a una vida totalmente diferente. Eso mismo pasó con Jesús, cuando Dios el Padre lo resucitó con gran poder.

 

En la iglesia de la época de Pablo, la inmersión era la forma usual de bautismo. Los nuevos cristianos se sepultaban por completo en el agua.

 

Comprendían que esta forma de bautismo simbolizaba la muerte y sepultura de la vieja manera de vivir, seguida por una resurrección a la vida con Cristo.

 

Si pensamos que nuestra antigua vida pecaminosa está muerta y sepultada, tenemos un motivo poderoso para resistir al pecado.

 

Podemos decidir conscientemente tratarla como si estuviera muerta. Luego podemos continuar disfrutando nuestra nueva vida con Cristo.

 

(Gálatas 6:15) En realidad, no importa si uno está o no circuncidado. Lo que sí importa es ser una persona distinta.

 

Es fácil ser atrapado por lo superficial. Tenga cuidado con aquellos que hacen énfasis en las cosas que debiéramos o que no debiéramos hacer, sin que muestre interés por la condición interior del corazón.

 

Llevar una vida buena, sin un cambio interior, conduce a un caminar espiritual vano y vacío. Lo que importa a Dios es que experimentemos un cambio total desde lo interior.

 

(2 de Corintios 5:17) De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

 

Los cristianos son nuevas criaturas desde su interior. El Espíritu Santo les da vida nueva y ya no serán los mismos jamás.

 

No hemos sido reformados, rehabilitados o reeducados; somos una nueva creación, viviendo en unión vital con Cristo.

 

Convertirnos no es meramente dar la vuelta a una hoja nueva, sino empezar una vida nueva bajo un nuevo Maestro.

 

(Gálatas 2:20) En realidad, también yo he muerto en la cruz, junto con Jesucristo. Y ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí. Y ahora vivo gracias a mi confianza en el Hijo de Dios, porque él me amó y quiso morir para salvarme.

 

¿Cómo hemos sido crucificados con Cristo? Legalmente, Dios nos ve como si hubiésemos muerto con Cristo, porque nuestros pecados murieron con El, ya no estamos más condenados.

 

En cuanto a la relación, hemos llegado a ser uno con Cristo y sus experiencias son nuestras. Nuestra vida cristiana empieza cuando, en unidad con El, morimos a la vida vieja.

 

En nuestra vida diaria, en repetidas ocasiones hemos tenido que crucificar nuestros deseos pecaminosos que han tratado de impedir que sigamos a Cristo. Esta también es una forma de morir con El.

 

Aunque el enfoque del cristianismo no es la muerte sino la vida. Porque hemos sido crucificado con Cristo, también hemos resucitado con El.

Legalmente, hemos sido reconciliados con Dios y somos libres para poder crecer a la semejanza de Cristo. Y en nuestra vida diaria, al continuar con nuestra batalla contra el pecado, el poder de la resurrección de Cristo está disponible.

 

No estamos solos, Cristo vive en nosotros, esta es nuestra razón para vivir y nuestra esperanza para el futuro.

 

3._ Un nuevo nombre. (Isaías 56:5) yo les daré algo mejor que tener hijos e hijas: haré que el nombre de ellos quede grabado para siempre en los muros de mi templo. Les daré un nombre eterno que nunca será borrado.

 

(Isaías 62:2 y 3) Israelitas, las naciones verán cuando Dios los salve, y todos los reyes de la tierra reconocerán su grandeza. Entonces Dios les dará un nombre nuevo, y serán en la mano de Dios como la hermosa corona de un rey.

 

(Hechos 11:26) Cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Allí estuvieron un año con toda la gente de la iglesia, y enseñaron a muchas personas. Fue allí, en Antioquía, donde por primera vez la gente comenzó a llamar cristianos a los seguidores de Jesús.

 

Bernabé nos da un ejemplo maravilloso de cómo ayudar a los nuevos cristianos. Demostró una fe sólida; ministró con alegría, bondad y estímulo; y les enseñó lecciones acerca de Dios.

 

Tome en cuenta a Bernabé cuando vea nuevos creyentes y piense en cómo ayudarles a crecer en su fe.

 

La joven iglesia de Antioquía fue una mezcla curiosa de judíos (que hablaban griego o arameo) y gentiles. Es significativo que aquí se les llamó por primera vez cristianos a los creyentes, porque todo lo que tenían en común era Cristo. Ni la raza, cultura ni siquiera el idioma. Cristo puede traspasar todos los límites y unificar a las personas.

 

Bernabé y Pablo permanecieron en Antioquía durante todo un año enseñando a los nuevos creyentes. Pudieron haber ido a otras ciudades nuevas, pero vieron la necesidad de preparar y conservar los resultados.

 

¿Ha ayudado a alguien para que pueda creer en Dios? Use tiempo en la enseñanza y la motivación que necesita esa persona.

¿Es usted un nuevo creyente? Recuerde, apenas comienza en su vida cristiana. Su fe necesita crecer y madurar a través del estudio y aprendizaje constante de la Biblia.

 

4._ Una nueva fuerza. (Isaías 40:31) pero los que confían en Dios siempre tendrán nuevas fuerzas. Podrán volar como las águilas, podrán caminar sin cansarse y correr sin fatigarse

 

Aun la gente más fuerte se cansa por momentos, pero el poder y la fuerza de Dios nunca disminuyen. Nunca está demasiado cansado ni ocupado para ayudarnos o escucharnos.

 

Su fuerza es nuestra fuente de fortaleza. Cuando sienta que todo en la vida lo aplasta y no pueda dar un paso más, recuerde que puede clamar a Dios para que renueve su fuerza.

 

Esperar en Jehová es saber que su fuerza prometida nos ayuda a levantarnos por encima de las confusiones y dificultades de la vida.

 

Significa también confiar en Dios. Esto nos ayuda a estar preparados para cuando El nos hable. Entonces seremos pacientes cuando nos pida que esperemos el cumplimiento de las promesas que se encuentran en su Palabra.

 

(Filipenses 4:13) Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Cristo me da fuerzas para enfrentarme a toda clase de situaciones.

 

¿Podemos en realidad hacer todo? El poder que recibimos en nuestra unión con Cristo es suficiente para hacer su voluntad y enfrentar los desafíos que surgen al comprometernos en realizarla.

 

El no nos concede habilidades súper humanas para lograr cualquier cosa que podamos imaginar sin prestar atención a sus intereses. En la medida que contendamos por la fe, enfrentaremos problemas, presiones y pruebas. Cuando esto acontezca, pídale a Cristo que lo fortalezca

 

5._ Un nuevo entendimiento. (Lucas 24:32) Los dos se dijeron: ¿No es verdad que, cuando él nos hablaba en el camino y nos explicaba la Biblia, sentíamos como que un fuego ardía en nuestros corazones?

 

(Salmo 119:98) Siempre están conmigo, y me hacen aún más sabio que mis enemigos y mis maestros. La Palabra de Dios nos hace sabios. Más sabios que nuestros enemigos y que cualquier maestro que la olvida.

La verdadera sabiduría va más allá de un conocimiento acumulado, es la aplicación de ese conocimiento para cambiar la vida. Las personas inteligentes o experimentadas, no son necesariamente sabias. Somos sabios cuando permitimos que nos guíe lo que Dios nos ha enseñado.

 

6._ Un nuevo camino. (1 de Corintios 6:9 al 11) No se dejen engañar. Ustedes bien saben que los que hacen lo malo no participarán en el reino de Dios.

 

Me refiero a los que tienen relaciones sexuales prohibidas, a los que adoran a los ídolos, a los que son infieles en el matrimonio, a los afeminados, a los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, a los ladrones, a los que siempre quieren más de lo que tienen, a los borrachos, a los que hablan mal de los demás, y a los tramposos. Ninguno de ellos participará del reino de Dios.

 

Y algunos de ustedes eran así. Pero Dios les perdonó esos pecados, los limpió y los hizo parte de su pueblo. Todo esto fue posible por el poder del Señor Jesucristo y del Espíritu de nuestro Dios.

 

Aquí Pablo describe las características de los incrédulos. El no da a entender que los idólatras, adúlteros, afeminados, los que se echan con varones, ladrones, avaros, borrachos, maldicientes o estafadores estén automática e irrevocablemente excluidos del cielo.

 

Los cristianos vienen de toda clase de trasfondos, incluidos algunos de los mencionados. Aún pueden estar luchando con los deseos malignos, pero no deben continuar con estas prácticas.

 

Pablo establece con claridad que aun aquellos que pecan en las formas dichas pueden lograr que sus vidas sean cambiadas por Cristo.

 

Sin embargo, aquellos que dicen ser cristianos y persisten en estas prácticas, sin remordimiento, no heredarán el reino de Dios. Tales personas necesitan examinarse para ver si realmente creyeron en Cristo.

 

En una sociedad permisiva es fácil que los cristianos pasen por alto o toleren algunas conductas inmorales (avaricia, borrachera, etc.), mientras no resisten otras (homosexualidad, hurto).

 

No debemos participar en el pecado o condenarlo en ninguna manera, ni podemos ser selectivos acerca de qué condenar y qué perdonar.

 

Permanecer al margen del pecado aceptable en forma general es dificultoso, pero no es más difícil para nosotros de lo que lo fue para los corintios.

 

Dios espera que sus seguidores en cualquier edad mantengan normas elevadas. Pablo enfatiza la acción de Dios en hacer de los creyentes un nuevo pueblo.

 

Los tres aspectos del trabajo de Dios son parte de nuestra salvación: nuestros pecados fueron lavados, fuimos apartados para un uso especial (santificados) y fuimos declarados no culpables (justificados) por nuestros pecados.

 

(Efesios 5:6 al 12) No se dejen engañar con ideas tontas, pues por cosas así Dios castiga terriblemente a quienes no lo obedecen.

 

Así que, no tengan nada que ver con esa clase de gente. No conocer a Dios es como vivir en la oscuridad, y antes ustedes vivían así, pues no lo conocían.

 

Pero ahora ya lo conocen, y han pasado a la luz; vivan entonces como corresponde a quienes conocen a Dios, pues su Espíritu nos hace actuar con bondad, justicia y verdad.

 

Traten de hacer lo que le agrada a Dios. No se hagan cómplices de los que no conocen a Dios; al contrario, háganles ver su error, pues sus hechos no aprovechan de nada. ¡La verdad es que da vergüenza hablar de lo que ellos hacen a escondidas!

 

Las obscenidades o las vulgaridades son tan comunes que empezamos a aceptarlas. La advertencia de Pablo, sin embargo, indica que el vocabulario perverso no será parte del diálogo cristiano porque no refleja la presencia de Dios en nosotros.

 

¿Cómo podemos alabar a Dios y recordarles a los demás sus bondades cuando nos dedicamos a hablar en forma liviana?

 

Pablo no prohíbe el contacto con los in conversos. Jesús enseñó a sus seguidores a ser amigo de pecadores para conducirlos a Él. Más bien Pablo se refiere a pasar por alto o adoptar la forma de vida de quienes se amparan en excusas para conductas negativas y trasmitirlas a otros mientras están en la iglesia o fuera de ella.

 

Ese tipo de personas pueden contaminar con rapidez la iglesia y poner en peligro su unidad y propósito. Debemos ser amigos de los incrédulos si vamos a guiarlos a Cristo, pero debemos actuar con cautela con los viciosos, inmorales o los que se oponen a todo lo que el cristianismo postula.

 

Esa clase de personas tienden más a influir en nosotros con lo malo que lo que podamos hacer para influir en ellos con lo bueno.

 

(Lucas 5:30 al 32) Algunos fariseos y maestros de la Ley comenzaron a hablar contra los discípulos de Jesús, y les dijeron: ¿Por qué comen ustedes con los cobradores de impuestos y con toda esta gente mala?

 

Jesús les respondió: Los que necesitan del médico son los enfermos, no los que están sanos. Yo vine a invitar a los pecadores para que regresen a Dios, no a los que se creen buenos.

 

Los fariseos cubrieron su pecado con respetabilidad. Se presentaban en público con apariencia de buenos, al hacer buenas acciones y señalar los pecados de otros.

 

Jesús decidió invertir su tiempo, no con estos líderes religiosos justos, según ellos, sino con gente consciente de su pecado y que no era lo bastante buena para Dios.

 

Para llegar a Dios, usted debe arrepentirse; y para hacerlo, debe reconocer su pecado.

 

Como hijos de luz sus acciones debieran reflejar su fe. Debiéramos llevar vidas morales de modo que reflejemos la bondad de Dios en favor de otros.

 

Es importante evitar las obras infructuosas de las tinieblas (todo placer o actividad que derive en pecado), pero debemos ir un poco más allá. Pablo nos instruye a reprenderlos y denunciarlos ya que a menudo nuestro silencio puede interpretarse como aprobación. Dios necesita personas que defiendan lo bueno. Dondequiera que esté, hable con amabilidad de lo que es bueno y verdadero.

 

7._ Una nueva visión. (Juan 9:25) Él les contestó: Yo no sé si es pecador. ¡Lo que sí sé es que antes yo era ciego, y ahora veo!

 

Ya el ex ciego había escuchado las mismas preguntas demasiadas veces. No sabía cómo ni por qué Jesús lo sanó, pero sabía que su vida cambió milagrosamente y no temía decir la verdad.

 

No es necesario que uno conozca todas las respuestas para hablar de Cristo a otros. Es importante decirles cómo El ha cambiado nuestra vida. Luego confiemos que Dios usará esas palabras para ayudar a otros a creer también en El.

 

(Salmo 119:67) Antes de que me castigaras, estuve alejado de ti, pero ahora obedezco tu palabra.

 

8._ Una nueva canción. (Salmo 40:3) Me enseñó un nuevo himno para cantarle alabanzas. Muchos, al ver esto, se sintieron conmovidos y confiaron en mi Dios.

 

Esperar la ayuda de Dios no es fácil, sin embargo David recibió cuatro beneficios por hacerlo: (1) Dios lo sacó de la desesperación, (2) colocó sus pies sobre peña, (3) enderezó sus pasos, y (4) puso un cántico nuevo de alabanza en su boca.

 

A menudo las bendiciones no pueden recibirse a menos que pasemos por la prueba de la espera.

 

9._ Una nueva ciudad. (Apocalipsis 21:2) Vi también que la ciudad santa, la nueva Jerusalén, bajaba del cielo, donde vive Dios. La ciudad parecía una novia vestida para su boda, lista para encontrarse con su novio.

 

La nueva Jerusalén es donde Dios mora entre su pueblo. En lugar de que subamos para encontrarnos con Dios, El bajará para estar con nosotros, al igual que cuando Dios se hizo hombre en Jesucristo y vivió entre nosotros. Dondequiera que Dios reina, hay paz, seguridad y amor. AMEN.

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2018

salve Maria No Ave Maria

«¡SALVE MARÍA!», NO «¡AVE MARÍA!»

(Lucas 1:28)

INTRODUCCIÓN: ésta es la verdadera posición de María según está declarada y

presentada por el ángel Gabriel. Este ángel había sido enviado del Cielo y había recibido

instrucciones de Dios con respecto a lo que debía decir cuando llegara a saludar a María.

 

Cuando Gabriel estuvo ante ella y la saludó, no le rindió adoración ni oró a ella: llegó a

anunciarle un acontecimiento maravilloso, y la saludó de manera conveniente para los dos.

 

Los católicos romanos han cambiado este simple saludo en «Ave María», un término

que denota adoración y trasmite una súplica. Ellos usan este saludo al acercarse a ella:

«María, te adoramos; oramos a ti».

 

Aunque bien podemos suponer que el saludo del ángel fue hecho con una extraña y afable dignidad, como convenía a aquel que estaba en la presencia de Dios, para traer un mensaje a la mujer a quien Dios había escogido para ser la madre de Jesús, no da ni siquiera ningún indicio de que el ángel la haya adorado o le haya hecho una petición para recibir algún favor de ella.

 

Se nos dice que «todos los ángeles de Dios adoraron» al Cristo resucitado; pero en ninguna parte en las Escrituras se nos dice que ellos alguna vez le hayan ofrecido adoración o suplicación a ningún mortal, ya sea hombre o mujer.

 

El significado de la palabra «Salve» («chairoo») es gozo. En la forma imperativa en que se usa aquí, significa «gozo a ti». No es una oración, sino un saludo gozoso que tiene en sí la sugestión de las buenas nuevas o de un deseo de gozo para aquel que recibe el saludo.

 

Era una comunicación que producía gozo a María, y no una solicitud de favor de parte de ella.

 

El reverendo Hall con referencia a esta salutación dice de manera instructiva: «El ángel saluda a la virgen; no ora a ella como si fuera una diosa.

 

Para nosotros el saludarla como el ángel lo hizo sería una clara presunción; porque nosotros no somos como era ella, ni ella es ahora como era entonces.

 

Si aquel que era un espíritu saludó a aquella que era carne y sangre aquí en la tierra, nosotros, que somos carne y sangre, no tenemos que saludar a aquella que es un espíritu que está en el Cielo.

 

Si nosotros oráramos a María con el saludo del ángel, cometeríamos un insulto para la virgen, para el ángel y para el saludo».

 

1). _ No para adoración: en ninguna de las referencias que se hacen a María en el Nuevo

Testamento, hay algún pensamiento que exalte a María para convertirla en un objeto de

adoración.

Parecería que, previendo este movimiento del espíritu del anticristo, nuestro Señor ha hablado especialmente a ella y de ella en tal forma que muestre que, aunque altamente honrada y grandemente amada como era con respecto a su relación con Dios y el

hombre, ella no era más que cualquiera otra mujer salvada por la gracia, aunque escogida

para el alto honor de ser la madre de Cristo.

 

En el canto que elevó María en su visita a Elisabeth aparece como una devota y humilde adoradora, no como la «Reina del Cielo» demandando adoración de parte de los demás.

 

Reconoce que ha sido grandemente exaltada, pero no a un lugar de adoración.

 

a) María, el instrumento humano de Dios para la entrada de Jesús en la humanidad, ha

sido víctima de las circunstancias que han obscurecido su carácter verdadero. La ignorancia, el prejuicio, la falta de conocimiento han jugado una parte en la obstrucción de la verdad.

 

El odio hacia Jesús desató las más tremendas calumnias contra María; en el Talmud ha sido llamada la amante de Panthera, un soldado romano, y en el mismo libro a Jesús se le llama bastardo. Éste es el concepto más bajo que se ha tenido de María; pero no es difícil que algunas lenguas sueltas de Nazaret hicieran que ella sintiera la fuerza de esta calumnia cruel.

 

Al principio José aparentemente tuvo este concepto de su prometida, cuando supo de su condición, «no queriendo exponerla a la ignominia pública, se propuso dejarla secretamente». como tenía derecho a hacerlo. Él pensó en estas cosas como necesarias, como cualquier hombre recto y justo lo habría hecho.

 

b) Evidentemente, María no le había dicho a José como había llegado a estar en esta

condición. Pero, aun así, ¿habría él creído si ella se lo hubiera dicho? No es difícil ver la

perplejidad mental y la tensión que se posesionaron de José instantáneamente al descubrir

que María, como él pensó, le había sido infiel.

 

«José, hijo de David, no tengas recelo de recibir a María tu mujer; porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un Hijo; y le llamarás Jesús; porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mateo 1:19 al 21).

 

De esta manera el ángel le habló a José, quien necesitaba mucho estas palabras de

aliento. El relato de Mateo muestra que José cambió de opinión con respecto a María

después del mensaje del ángel del Señor, cuando él creyó plenamente la palabra del ángel.

 

Entonces tomó a su mujer, se casó con ella antes del nacimiento de Jesús. De esta manera

Mateo niega la calumnia judía en cuanto a María, y declara el nacimiento virginal de Jesús.

 

José no tuvo más dudas en cuanto a la pureza y la rectitud de María. Por tanto, este es el

primer problema acerca del cual debemos decidir, a saber: la rectitud del carácter de María.


 

c) La historia de Lucas referente al nacimiento de Jesús difiere grandemente en los

pormenores de aquella que relata Mateo; pero está de acuerdo claramente en un punto

referente al nacimiento virginal de Jesús y a la pureza consecuente del carácter de María.

 

Aun más tarde, en el evangelio de Juan parece que tenemos un reflejo de la sospecha

popular respecto del nacimiento de Jesús. En la fiesta de los tabernáculos los fariseos

preguntaron burlonamente: «¿Dónde está tu padre? «(Juan 8:19).

 

Como si creyeran y aceptaran la idea común de que Jesús era el hijo de José. De modo que en (Juan. 8:41) ellos le espetan a Jesús las siguientes palabras: «Nosotros no somos hijos de fornicación», como queriendo decir que Jesús si era. Esta mancha podría referirse a la historia relatada en el Talmud o a la idea de que Jesús había sido engendrado por José antes de su matrimonio con María.

 

 

2). _ La Experiencia que María tenía de Dios: no es frecuente el caso de que todo un

sistema de religión esté basado, en una palabra; pero, en este caso, la palabra es «María».

 

María era judía, había adorado al distante Jehová en un templo; pero en este conocimiento

ella no encontró consuelo, y en sus días de meditación no conoció a un Dios cercano ni

amigable.

 

Lucas relata la historia más completa de cómo María llegó a estar en posesión de Jesús. Lucas, con delicadeza y gracia, relata la historia de la entrevista del ángel Gabriel con María.

 

Ella sabía, como lo sabían todas las doncellas judías, que un día el Mesías de la promesa alegraría el corazón de la madre escogida para esta elevada misión. Pero ella no se había apropiado este honor.

 

El saludo del ángel fue tan extraño que María se quedó perpleja. El ángel la llamó «muy favorecida». Entonces el ángel, dándose cuenta de que María estaba perpleja, levantó el velo de ansiedad, diciéndole: «¡No temas, ¡María, porque has hallado favor delante de Dios! Y he aquí concebirás en tu seno, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.

 

El será grande, y será llamado Hijo del Altísimo, y el Seño  Dios le dará el trono de su padre David: Y reinará sobre la casa de Jacob eternamente; y de su Reino no habrá fin» (Lucas 1:30 al 33).

 

Cuando el ángel la llamo por su propio nombre, «María», desde ese momento, ¿podría alguien hacerla creer que Dios era menos real, que estaba menos interesado en ella que un padre humano? Ella comprendió que Dios no es un gran creador interesado únicamente en el cumplimiento de las leyes inexorables; tampoco es una cosa vaga, como una envoltura de aire que cubre al mundo, como una substancia impersonal que impregna el espacio. 


María comprendió que Dios es un Dios personal, y que personalmente está interesado en los individuos a quien él ha creado. Ella, entonces y allí supo que Dios, llamándola «María», es un Dios que busca a los individuos y «los llama por nombre».

 

3). _ Fabricando un error: ¡Ay! La adoración a María es una invención humana y su ímpetu está en el anhelo humano por la maternidad. Reconocemos que, si hay un mensaje,

por sobre todos los demás, que la fiesta de la Anunciación tiene para la generación

presente, es la distinción preeminente y la inefable santidad de la maternidad.

 

Reconocemos que si Dios, el Creador y Sustentador de este vasto universo, despojándose de las circunstancias externas de su majestad, mediante la concepción de una mujer entró en nuestra raza para salvarnos y voluntariamente fue «contado entre los malhechores»,

entonces la importancia y las consecuencias de la maternidad son incalculables, son

divinas.

 

Cómo la adoración a la virgen como la «madre de Dios», la cual es ahora el principal objeto de la devoción católica romana ha venido a ocupar tan completamente a los feligreses de esa antigua iglesia es una ilustración de la sutil e insidiosa penetración de la tentación y de lo profundo del error en que caen los hombres que se aventuran a dejarse guiar por su propia voluntad y no se cuidan de entregarse por completo a la dirección de la voluntad de Dios.

 

a) La Iglesia Católica Romana sostiene que hay dos fuentes de revelación, las Sagradas

Escrituras y la voz de la Iglesia, la cual es un consenso de opinión unificada y confirmada

por el vocero autorizado de la iglesia, el papa reinante.

 

Pero, sabemos que estas dos fuentes de revelación son la expresión de la misma mente, y que nunca pueden tener variación; y en lo concerniente al canon de la Escritura, está cerrado, concluido, y todos los cristianos declaran que la Biblia es la verdadera expresión de la voluntad de Dios; por lo tanto, cuando los hombres enseñan lo que no puede ser probado por la Sagrada Escritura, la inferencia natural es que tal enseñanza es errónea.

 

La doctrina de la Biblia es fija e inalterable; por lo que es muy concebible que la opinión de la mayoría, aun de los cristianos vivientes, pueda estar tan equivocada y bajo la influencia de ideas humanas como para alejarse de la verdad.

 

Que esto ha ocurrido en realidad en la tan difundida adoración a la bendita virgen es algo que se puede observar.

 

b) Se puede observar que desde el segundo siglo se presenta a Eva convertida en un tipo

de la virgen; que el pecado vino por quien no hizo caso de la palabra de Dios, y la

bendición vino por quien sí hizo caso de ella, Descubrimos también los síntomas de la

«mariolatría» en el texto de la narración de la caída.

 

La Vulgata Latina, es la única versión autorizada y recibida por la Iglesia Católica Romana.

 

En dicha versión la promesa de Dios, de que nuestro Redentor aplastaría bajo su pie a nuestro adversario el diablo, y nos libraría de la esclavitud del pecado, está traducida como si se refiriera a la bendita virgen.

 

Aunque el verbo hebreo es masculino y los traductores de la Versión de los Setenta así tradujeron al idioma griego la promesa, sin embargo la deliberadamente alterada traducción ha recibido la sanción del papa, y en las ediciones que existen de las Biblias católicas, el versículo dice «Pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu simiente y la simiente suya, ella herirá (aplastará) tu cabeza y tú herirás (estarás acechando) su talón»; lo que ellos declaran es una profecía de la exaltación de la virgen.

 

c) Por un proceso muy quisquilloso, que es característico de los teólogos romanos, se

definen tres clases de adoración: «dulía, hiperdulía, y latría».

 

«Dulía», es la adoración rendida a los santos y a los ángeles.

«Hiperdulía», una palabra acuñada por Tomás de Aquino, es ofrecida a la virgen.

Mientras que «latría», que significa adoración a Dios, servicio divino, está reservada para Dios mismo.

 

Ahora, aunque las diferencias de estas tres fases de la adoración estén claras posiblemente para los teólogos eruditos, en la mente popular no hay tal discriminación.

 

Y lo que es notable es que allí no hay ningún intento de advertir a la gente del peligro de

cometer el pecado de idolatría. Esto no es parte de la confesión, a ningún penitente se le

pregunta jamás sobre este punto, y a nadie jamás se le ha impuesto penitencia por ofrecer

divinos honores a una criatura o a objetos creados.

 

Es algo lamentable ver a los millones de seguidores de esa antigua iglesia, que sin ninguna restricción ni advertencia de sus directores espirituales como los atenienses de antaño están «completamente dados a la idolatría».

 

La misma palabra mariolatría expresa lo que sucede en la práctica, pero esta es la costumbre católica, derivada de María y «latría», así la adoración rendida a Dios es también la adoración rendida a María.

 

4). _ Opacando a Dios: lejos esté de nosotros ridiculizar a los miembros de una gran

comunidad religiosa citando las monstruosas leyendas, increíbles visiones tenidas por la

virgen María, aserciones extraordinarias atribuidas literalmente a veintenas de santos, las

cuales abundan en la literatura católica romana, y ciertamente de las cuales está compuesta.

 

a) Quizás ya se ha dicho lo suficiente y no he dicho nada de las visiones de la virgen,

del «ángelus», de los escapularios, de las iglesias, de los altares del mes de mayo, de las

peregrinaciones, de las cofradías, de los inacabables atavíos de la mariolatría para

demostrar que el ritual de la Iglesia Católica Romana da el mismo honor y la misma

adoración, y aún más a la virgen que el que se rinde al Salvador.


Ciertamente en el sistema romano a María se le ha dado el lugar del Espíritu Santo, cuya bendita presencia ha sido completamente eclipsada por la exaltación humana de la madre de nuestro Señor.

 

Seguramente el Espíritu Santo sabía que Satán extraviaría tanto a los hombres, que él

mismo hizo que los santos hombres escribieran las Sagradas Escrituras de tal manera que

apenas si mencionan a la virgen María.

 

b) Solamente una vez se alude a María en los Hechos de los Apóstoles, y después nunca

más se vuelve a encontrar su nombre en el Nuevo Testamento. Pablo nunca la menciona, y

parece que nunca la vio.

 

El Señor no sólo se abstuvo de asignarle a ella cualquier participación en la obra de él, sino que cuando ella se aventuró a sugerirle que no había vino. en las bodas, la respuesta de él ciertamente tiene una pequeña parte de reprensión: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Mi hora no es venida».

 

Y más tarde en su ministerio, cuando las multitudes se apeñuscaban para escucharlo y verlo, sabiendo que su madre y sus hermanos estaban ansiosos de llegar a él, él evidentemente no los atendió, sino que declaró que aquellos que escuchan la palabra de Dios eran para él como sus parientes más cercanos.

 

c) Los sacerdotes católicos romanos y sus adherentes dicen que no rinden adoración

divina a María, sin embargo, le atribuyen omnipresencia y omnisciencia, porque esperan      que oiga y atienda los millares de peticiones que se elevan hacia ella de todas partes al mismo tiempo, cuando no tenemos evidencia ni siquiera una sugestión de que ella, o los santos puedan escuchar cualquier voz de nosotros.  

 

d) Aunque debemos protestar con todo nuestro poder contra esta adoración anticristiana de María, no es necesario rebajarla de ninguna manera del elevado y santo lugar que ella siempre debe tener en el afecto y en el respeto de los creyentes de todos los siglos.

 

María siempre será para nosotros la más dulce entre las mujeres, la más santa entre las madres el tipo más perfecto de la maternidad y de la feminidad, y un ejemplo de fe humilde y obediente, y de dulce humildad y gracia.

 

Es verdad María fue altamente favorecida, pero ese favor también comprendió gran aflicción y sufrimiento, porque una espada atravesaría su corazón.

 

Sin embargo, Dios no llama al sufrimiento y a la responsabilidad sin otorgar bendiciones compensadoras.

 

Ella era la más humilde entre las mujeres, y por razón de su alto destino llegó a ser la más grande entre todas ellas.

 

«Todas las generaciones», dijo ella en su canto «me llamarán bienaventurada».

Ahora los romanistas han cambiado esto para hacer aparecer como que Dios, en aquel momento y en aquel lugar la deificó sobre todas las mujeres; cuando más bien esto fue una sencilla declaración de que entre las mujeres ninguna había sido considerada digna de tener un honor tan elevado.

 

Débora dijo con respecto a Jael: «Sobre las mujeres bendita sea en la tienda» (Jueces. 5:24).

 

María es bendita entre todas ellas, escogida y altamente favorecida; pero no elevada por sobre ellas como un objeto de adoración.

 

Su bienaventuranza consistió en que se le permitiera concebir en su

cuerpo al Dios hecho carne, y por causa de él, y en la santificación que vino a ella por medio de este favor, poner delante de nosotros en su propia persona y en su carácter el primero,

el más elevado y dulce ejemplo de feminidad y maternidad: un tipo de santidad que ha honrado a todas las mujeres en todos los tiempos.

 

CONCLUSIÓN: si los católicos romanos dan tanta importancia a María y le dan también un lugar exaltado, los protestantes que le dan un lugar demasiado bajo, la han descuidado.

 

Los protestantes han tenido temor de elogiar y estimar a María en todo lo que ella vale, por temor de ser acusados de inclinarse demasiado en simpatía con los católicos.

 

De aquí que ha resultado que la más noble de todas las madres es todavía la más mal entendida de todas las madres y de todas las mujeres.

 

Por una parte, ella es objeto de todo descuido, y por la otra es objeto de una adoración inmerecida que honra su memoria en frías estatuas.

 

En estos tiempos. cuando incontables millones adoran a María como si fuese Dios, que los protestantes se opongan a la mariolatría y prediquen de manera enérgica, como nunca antes, la realidad evangélica de que el Hijo que María concibió es el verdadero Hijo de Dios, el único Salvador del género humano. AMEN. El soldado de cristo los saluda,

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mié

20

sep

2017

obediencia y sabiduría mensaje.

Proverbios capítulo 3 versículos del 1 al 4)._  Hijo mío, no te olvides de mí ley; y tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán.

 

Misericordia y verdad no te desamparen; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón; y hallarás gracia y buena opinión en los ojos de Dios y de los hombres.

 

La misericordia y la verdad son dos cualidades importantes del carácter. Ambas involucran acciones así como también actitudes.

 

Una persona misericordiosa no solo siente amor, además actúa con lealtad y responsabilidad. Una persona veraz no solo cree la verdad, también trabaja para lograr justicia para otros.

 

Palabras y pensamientos no son suficientes, nuestras vidas revelan si en verdad somos misericordiosos y veraces. ¿Están sus acciones a la altura de sus actitudes?

 

SABIDURIA: MUCHAS CLASES DE SABIOS: Existen los sabios según ellos mismos, a los cuales la Biblia llama necios.

 

Existen los sabios según los demás, a los cuales la Biblia alaba.

Existen los sabios según los conocimientos, de los cuales la Biblia dice que han de perder toda su ciencia cuando mueran.

 

Existen los sabios según Dios, a los cuales los hombres llaman locos, y la Biblia llama nacidos de nuevo. Esta última es la sabiduría verdadera y real porque durará para siempre en el cielo.

 

Para ser sabio según el cielo, Has de ser loco para este suelo.

Para ser sabio en el Señor Debo aceptar todo su amor.

 

Señor y padre de Jesucristo nuestro señor y salvador en su nombre te pio nos ayudes hacer los hijos obedientes y sabios que tú quieres que seamos, no lo que los hombres quieren hacer de nosotros, amen. Para ti con amor ATTE: el soldado de cristo.

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mar

09

may

2017

una iglesia conforme al corazón de Dios unidos en un solo cuerpo.

Una agracia golpeada por el enemigo: (MATEO 7:24 AL 27)

 

Todo el que oye mis palabras y hace caso a lo que digo es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos contra la casa; pero no cayó, porque tenía sus cimientos sobre la roca.

 

Edificar sobre la roca es ser un discípulo atento que responde a su maestro, en vez de ser superficial e hipócrita. Practicar la obediencia se convierte en fundamento sólido para resistir las tormentas de la vida.

 

Pero todo el que oye mis palabras y no hace caso a lo que digo, es como un tonto que construyó su casa sobre la arena. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos, y la casa se derrumbó. ¡Fue un completo desastre!

 

Como una casa de naipes, la vida del necio se tambaleará. Muchas personas no buscan deliberadamente un fundamento falso o inferior sobre el cual edificar sus vidas, sino que simplemente no piensan en cuál es el propósito de sus vidas.

 

Muchas personas enfrentan la amenaza de la destrucción, no por terquedad sino por falta de reflexión.

 

Parte de nuestra responsabilidad como creyentes es ayudar a otros para que se detengan y piensen en el rumbo que están siguiendo sus vidas y tengan en cuenta las consecuencias de prestar atención al mensaje de Cristo.

 

(Santiago 1:22 al 27) Pero no basta con oír el mensaje; hay que ponerlo en práctica, pues de lo contrario os estaríais engañando a vosotros mismos.

 

El que solamente oye el mensaje, pero no lo practica, es como el hombre que se mira la cara en un espejo: se ve a sí mismo, pero en cuanto se da la vuelta se olvida de cómo es.

 

En cambio, el que no olvida lo que oye, sino que considera atentamente la ley perfecta, que es la ley que nos trae libertad, y permanece firme cumpliendo lo que ella dispone, será feliz en todo lo que haga.

 

Si alguno se cree religioso, pero no sabe poner freno a su lengua, se engaña a sí mismo y su religión no sirve para nada.

 

La religión pura y sin mancha delante del Dios y Padre es esta: ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y no mancharse con la maldad de este mundo.

 

Es muy importante saber lo que la Palabra de Dios dice, pero es mucho más importante obedecerla. La eficacia de nuestro tiempo de estudio bíblico puede medirse por el efecto que tiene en nuestra conducta y nuestras actitudes. ¿Pone usted en práctica lo que ha estudiado?

 

Parece paradójico que una ley pueda darnos libertad. Pero la ley de Dios destaca nuestro pecado y nos da la oportunidad de pedir perdón a Dios.

 

Los cristianos somos salvos por la gracia de Dios. La salvación incluye libertad del dominio del pecado. Los creyentes somos libres para vivir como Dios se propuso al crearnos.

 

Desde luego, eso no significa que seamos libres para hacer lo que nos plazca. Ahora somos libres para obedecer a Dios.

 

No importa cuán espirituales nos sintamos, todos debemos cuidar nuestra lengua de una manera más eficiente.

 

En el primer siglo, los huérfanos y las viudas poseían muy pocas fuentes de apoyo económico. A menos que un familiar estuviera dispuesto a cuidar de ellos, estaban condenados a pedir limosna, a venderse como esclavos o a morir de hambre.

 

Al cuidar de esos desamparados, la iglesia puso la Palabra de Dios en práctica. Cuando damos sin esperanza de recibir algo a cambio, mostramos lo que significa servir a los demás.

 

Para mantenernos libre de la contaminación del mundo, debemos consagrarnos al sistema ético y moral de Cristo, no al del mundo.

 

No debemos conformarnos al sistema de valores del mundo que se basa en el dinero, el poder y el placer. La verdadera fe no significa nada si estamos contaminados con dichos valores.

 

 MOSTRAR FAVORITISMO

¿Por qué es malo mostrar favoritismo con los ricos?

 

1.      Es contrario a las enseñanzas de Cristo.

2.      Es el producto de malos pensamientos.

3.      Menosprecia a las personas creadas a la imagen de Dios.

4.      Es una de las consecuencias de motivos egoístas.

5.      Va en contra de la definición bíblica del amor.

6.      Muestra falta de misericordia con los menos afortunados.

7.      Es hipocresía.

8.      Es pecado.

 

Una iglesia como un solo cuerpo: (1 de Timoteo 3:15) para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.

 

Otra versión dice: Así sabrás cómo debemos comportarnos los que pertenecemos a la iglesia, que es la familia del Dios vivo. La iglesia sostiene y defiende la verdad.

 

VERDAD LA PALABRA VERÍDICA: D. L. Moody predicaba en cierta ocasión con respecto al valor de la Palabra de Dios en la vida del hombre.

 

Repentinamente, fue interrumpido por la estentórea voz de uno de los concurrentes que dijo: No creo ni una palabra de esas fábulas de viejas que usted dice que es la Biblia. Señor replicó el orador, hay un versículo en la Biblia que se verá obligado a creer: Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. El hombre que siembra trigo, no recogerá patatas ni maní. 

Tomemos como ejemplo  el cantinero: siembra borrachos y recogerá borrachos. El hombre se sentó, en circunstancias que el auditorio aplaudió al orador.  Moody naturalmente no conocía al hombre, pero sí los concurrentes a la conferencia.  Se trataba de un conocido ateo, dueño de una cantina.  Todos sus hijos, tanto varones como muchachas, eran borrachos.

 

(1 de juan 1:5 al 7) Jesucristo nos enseñó que Dios es luz, y que donde Dios está no hay oscuridad. Este es el mensaje que ahora les anunciamos.

 

Si decimos que somos amigos de Dios y, al mismo tiempo, vivimos pecando, entonces resultamos ser unos mentirosos que no obedecen a Dios.

 

Pero si vivimos en la luz, así como Dios vive en la luz, nos mantendremos unidos como hermanos y Dios perdonará nuestros pecados por medio de la sangre de su Hijo Jesús.

 

La luz representa lo bueno, puro, verdadero, santo y confiable. Las tinieblas representan al pecado y lo perverso. Decir Dios es luz significa que es perfectamente santo y veraz, y que solo Él puede sacarnos de las tinieblas del pecado.

 

La luz también se relaciona con la verdad, y esa luz expone todo lo que existe, sea bueno o malo. En las tinieblas, lo bueno y lo perverso parecen iguales; en la luz, es fácil notar su diferencia.

 

Así como no puede haber tinieblas en la presencia de la luz, el pecado no puede existir en la presencia de un Dios santo. Si queremos tener relación con Dios, debemos poner a un lado nuestro estilo de vida pecaminoso.

 

Es hipocresía afirmar que somos de Él y al mismo tiempo vivir como se nos antoja. Cristo pondrá al descubierto y juzgará tal simulación.

 

Aquí Juan confronta la primera de las tres afirmaciones de los falsos maestros: Que podemos tener comunión con Dios y seguir viviendo en las tinieblas.

 

Los falsos maestros, que pensaban que el cuerpo era malo o no tenía valor, presentaban dos enfoques de la conducta: insistían en negar los deseos del cuerpo mediante una disciplina estricta o aprobaban la satisfacción de toda lujuria física porque el cuerpo después de todo iba a ser destruido.

 

¡Es obvio que la segunda opinión era más popular! Aquí Juan expone el error de llamarse cristiano y seguir viviendo en maldad e inmoralidad. No podemos amar a Dios y coquetear con el pecado al mismo tiempo.

 

¿De qué forma la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado? En la época del Antiguo Testamento, los creyentes simbólicamente transferían sus pecados a la cabeza de un animal, que después se sacrificaba.

 

El animal moría en su lugar, redimiéndolos del pecado y permitiéndoles que siguieran viviendo en el favor de Dios.

 

La gracia de Dios los perdonaba por su confianza en Él y por haber obedecido los mandamientos en cuanto al sacrificio.

 

Esos sacrificios anunciaban el día en que Cristo quitaría por completo los pecados. Una verdadera limpieza del pecado vino por medio de Jesucristo, el "Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo"

 

(Juan 1:29) Al día siguiente, Juan vio que Jesús se acercaba. Entonces le dijo a toda la gente: «¡Aquí viene el Cordero de Dios que quita el pecado de la gente del mundo! Por medio de él, Dios les perdonará a ustedes todos sus pecados.

 

Cada mañana y tarde, se sacrificaba un cordero en el templo por los pecados del pueblo. Isaías profetizó que el Mesías, el Siervo de Dios, sería ofrecido como un cordero. (Isaías 53:7)

 

Para pagar la culpa por el pecado, tenía que entregarse una vida; y Dios quiso darse a sí mismo en sacrificio.

Los pecados del mundo fueron quitados cuando Jesús murió como el sacrificio perfecto. De esta manera se perdonan nuestros pecados (1 de Corintios 5:7) "Pecado del mundo" significa el pecado de todos, el de cada individuo.

 

Jesús pagó el precio de nuestro pecado con la muerte. Usted puede recibir perdón al confesarle su pecado y pedirle su perdón.

 

El pecado, por su propia naturaleza, trae consigo muerte. Ese es un hecho tan cierto como la ley de la gravedad. Jesucristo no murió por sus propios pecados; no los tenía.

 

En su lugar, por una transacción que nunca lograremos entender totalmente, murió por los pecados del mundo. Cuando le entregamos nuestra vida a Cristo y nos identificamos con El, su muerte llega a ser nuestra.

 

Descubrimos que de antemano pagó el castigo de nuestros pecados; su sangre nos ha limpiado. Así como resucitó del sepulcro, resucitamos a una nueva vida de comunión con El.

 

(Romanos 6:4) Al ser bautizados, morimos y somos sepultados con él; pero morimos para nacer a una vida totalmente diferente. Eso mismo pasó con Jesús, cuando Dios el Padre lo resucitó con gran poder.

 

En la iglesia de la época de Pablo, la inmersión era la forma usual de bautismo. Los nuevos cristianos se "sepultaban" por completo en el agua.

 

Comprendían que esta forma de bautismo simbolizaba la muerte y sepultura de la vieja manera de vivir, seguida por una resurrección a la vida con Cristo.

 

Si pensamos que nuestra antigua vida pecaminosa está muerta y sepultada, tenemos un motivo poderoso para resistir al pecado.

 

Podemos decidir conscientemente tratarla como si estuviera muerta. Luego podemos continuar disfrutando nuestra nueva vida con Cristo.

Como iglesia somos un mismo cuerpo y tenemos que amarnos unos a otros, pidamos a Dios que ame por medio de nosotros a nuestro prójimo.

 

(1 de corintios 12:12 al 26) La iglesia de Cristo es como el cuerpo humano. Está compuesto de distintas partes, pero es un solo cuerpo.

 

Pablo compara el cuerpo de Cristo a un cuerpo humano. Cada parte tiene una función especial que es necesaria al cuerpo en su totalidad.

 

Las partes son diferentes con un propósito y a pesar de sus diferencias deben laborar juntas.

 

Los cristianos deben evitar dos errores comunes: (1) sentirse demasiado orgullosos de sus habilidades, o (2) pensar que no tienen nada que ofrecer al cuerpo de creyentes.

 

En lugar de compararnos con otros, debemos usar nuestros diferentes dones, juntos, a fin de difundir las buenas nuevas de salvación.

 

Entre nosotros, unos son judíos y otros no lo son. Algunos son esclavos, y otros son personas libres. Pero todos fuimos bautizados por el mismo Espíritu Santo, para formar una sola iglesia y un solo cuerpo. A cada uno de nosotros Dios nos dio el mismo Espíritu Santo.

 

La iglesia es compuesta por muchas personas con una variedad de trasfondo y una multiplicidad de dones y habilidades. Es muy fácil que esas diferencias dividan a las personas, como fue el caso en Corinto.

 

Pero más allá de las diferencias, todos los creyentes tienen una cosa en común: fe en Cristo. En esta verdad esencial la iglesia halla su unidad.

 

Todos los creyentes son bautizados por un Espíritu Santo, forman parte de un cuerpo de creyentes, la iglesia.

 

No perdemos nuestra identidad personal sino que poseemos una unidad en Cristo a pesar de seguir siendo individuos.

 

Cuando una persona se hace cristiana, el Espíritu Santo hace en ella su residencia y viene a nacer dentro de la familia de Dios.

 

"A todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu" significa que el mismo Espíritu Santo llena completamente nuestro profundo ser.

 

Como miembros de la familia de Dios, podemos tener intereses diversos así como también dones diferentes, sin dejar de tener una misma meta.

 

El cuerpo no está formado por una sola parte, sino por muchas. Si al pie se le ocurriera decir: «Yo no soy del cuerpo, porque no soy mano», todos sabemos que no por eso dejaría de ser parte del cuerpo.

 

Y si la oreja dijera: «Como yo no soy ojo, no soy del cuerpo», de todos modos seguiría siendo parte del cuerpo.

 

Si todo el cuerpo fuera ojo, no podríamos oír. Y si todo el cuerpo fuera oído, no podríamos oler.

 

Pero Dios puso cada parte del cuerpo en donde quiso ponerla. Una sola parte del cuerpo no es todo el cuerpo. Y aunque las partes del cuerpo pueden ser muchas, el cuerpo es uno solo.

 

El ojo no puede decirle a la mano: «No te necesito». Tampoco la cabeza puede decirle a los pies: «No los necesito». Al contrario, las partes que nos parecen más débiles, son las que más necesitamos.

 

Y las partes que nos parecen menos importantes, son las que vestimos con mayor cuidado. Lo mismo hacemos con las partes del cuerpo que preferimos no mostrar.

 

En cambio, con las partes que mostramos no somos tan cuidadosos. Y es que Dios hizo el cuerpo de modo que le demos más importancia a las partes que consideramos de menos valor.

 

Usando la analogía del cuerpo, Pablo enfatiza la importancia de cada miembro de la iglesia.

 

Si alguna parte, considerada sin importancia, es puesta aparte, todo el cuerpo pierde parte de su efectividad. Pensar que su don es más importante que el de otro es orgullo espiritual.

 

No debiéramos menospreciar a aquellos que aparentan ser menos importantes ni ponernos celosos con aquellos que manifiestan dones más impresionantes.

 

Al contrario, debemos usar los dones que se nos ha dado y animar a otros a usar los suyos. Si no lo hacemos, el cuerpo de Cristo perderá mayor efectividad.

 

Así las partes del cuerpo se mantienen unidas y se preocupan las unas por las otras. Cuando una parte del cuerpo sufre, también sufren todas las demás. Cuando se le da importancia a una parte del cuerpo, las partes restantes se ponen contentas.

 

¿Cómo reacciona usted cuando otra persona es honrada? ¿Cuál es su respuesta cuando una persona está sufriendo? Se nos pide regocijarnos con aquellos que se gozan y llorar con los que lloran

 

(Romanos 12:15 y 16) Si alguno está alegre, alégrense con él; si alguno está triste, acompáñenlo en su tristeza. Vivan siempre en armonía. Y no sean orgullosos, sino traten como iguales a la gente humilde. No se crean más inteligentes que los demás.

 

Con frecuencia, desafortunadamente, nos ponemos celosos con los que se gozan y nos apartamos de aquellos que lloran.

 

Los creyentes están en el mismo mundo, no hay tal cosa como cristianismo individual. No podemos estar de acuerdo sólo con nuestra relación con Dios, debemos involucrarnos en las vidas de los demás.

 

 

Algunas de Las citas bíblicas para esta predicación fueron tomadas de la predicación del pastor Eleazar García de la iglesia la hermosa del príncipe de paz en saltillo Coahuila el domingo-07/05/2017. El soldado de cristo.

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sáb

06

may

2017

somos nosotros dioses

SOMOS DIOSES.

(Salmo 82:6) Ya les he dicho que ustedes son dioses, que son hijos del Dios Altísimo. Este salmo llama "dioses" e "hijos del Altísimo" a los gobernantes y jueces de Israel debido a que representaban a Dios al ejecutar el juicio.

 

Podemos ver como ejemplo el pasaje En (Juan 10:34 al 36) Jesús les dijo: ¡Pero en la Biblia Dios dice que somos dioses! Y ella siempre dice la verdad. Y si Dios me envió al mundo, ¿por qué dicen ustedes que ofendo a Dios al decir que soy su Hijo?

 

Jesús usó este pasaje para defender sus declaraciones de ser Dios. Lo que jesus les daba a entender, que Si Dios llamó a hombres comunes "dioses", ¿por qué era una blasfemia que El, el verdadero Hijo de Dios, se declarara igual a Dios?

 

Jesús se refería al (salmo 82:6) donde a gobernadores y jueces israelitas se les llama "dioses" tenemos dos pasajes como ejemplo en: (Éxodo 4:16) Y él hablará por ti al pueblo; él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios. La frase "serás para él en lugar de Dios" significa que Moisés le diría a Aarón lo que este debía decir, tal como Dios se lo había dicho a él.

 

Y (Éxodo 7:1) Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. Dios constituyó a Moisés "dios para Faraón".

 

En otras palabras, una persona poderosa que merecía ser escuchada. Faraón mismo era considerado un dios, así que reconoció a Moisés como uno de su par. Su negativa a ceder ante Moisés demuestra, sin embargo, que Faraón no se sentía inferior a él.

 

Si Dios llamó dioses a los líderes israelitas porque eran agentes de la revelación de Dios y de su voluntad, ¿cómo podía ser blasfemia que Jesús se llamase el Hijo de Dios? Jesús estaba reprendiendo a los líderes religiosos porque Él es el Hijo de Dios en una singular y sin paralelos relación de unidad con el Padre.

 

 

La Escritura no puede ser quebrantada es una clara declaración de la verdad de la palabra de Dios. Si aceptamos a Cristo como Señor, también debemos aceptar su testimonio de la Biblia como Palabra de Dios. El soldado de cristo.

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(Gálatas 2:20)  Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

 

El creyente, unido por la fe a Cristo en su muerte, ha muerto a la vida anterior y resucitado a la nueva vida.

 

El apóstol pablo le dice a los romanos por carta en el capitulo (6, versículos del 1 al 10) ¿Qué decisión tomamos? ¿Vamos a seguir  en el pecado, para que la gracia abunde?  ¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él?

 

¿Acaso no saben ustedes que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús, en realidad fuimos bautizados para participar en su muerte?  Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva.

 

En efecto, si hemos estado unidos con él en su muerte, sin duda también estaremos unidos con él en su resurrección.

 

Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue crucificada con él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado; porque el que muere queda liberado del pecado.

 

Ahora bien, si hemos muerto con Cristo, confiamos que también viviremos con él.

 

Pues sabemos que Cristo, por haber sido levantado de entre los muertos, ya no puede volver a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Esta vencida.

 

En cuanto a su muerte, murió al pecado una vez y para siempre; en cuanto a su vida, vive para Dios.

Y les sigue diciendo mas adelante en el capitulo (7 versículo 6) Pero ahora, al morir a lo que nos tenía subyugados, hemos quedado libres de la ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu, y no por medio del antiguo mandamiento escrito.

 

La libertad de la Ley no implica licencia para pecar, sino servicio a Dios. Bajo el régimen del nuevo pacto, el Espíritu Santo da el poder para obedecer a Dios, un poder que la Ley por sí misma nunca pudo conceder.

 

El Espíritu Santo es la tercera Persona de la Trinidad, quien nos atrae hacia Cristo, nos convence de pecado, nos habilita para aceptarlo como nuestro Salvador personal, nos asegura de nuestra salvación, nos capacita para vivir la vida victoriosa, para entender la Biblia, para orar de acuerdo con la voluntad de Dios, y para hablarles de Cristo a otros.

 

Espíritu aparece en la concordancia Strong en la página 4151 como pneuma: representado como una brisa, una corriente de aire, viento, espíritu.  

 

Pneuma es aquella parte de una persona que puede responder a Dios. Se refiere al espíritu del ser humano, a la verdad el espíritu quiere la presencia de Dios,  pero la carne busca las cosas del mundo, cuando Dios nos formo de la tierra, soplo aliento de vida en la nariz del hombre y a si fue ser viviente.

 

(Génesis 2:7)  Y Dios el SEÑOR formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente.

 

En (Génesis 1:26-27)  y dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza.  Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, que gran privilegio verdad hermanos, nos creo para alabanza de su gloria.

 

Para amarnos y para tener una comunión con nosotros, el no se alega de nosotros, nosotros nos alegamos  de él, él es fiel, aun cuando fallamos el sigue siendo fiel.

 

Siendo paciente con nosotros no queriendo que nadie se pierda sino que todos precedamos al arrepentimiento y a la salvación de vida eterna, atreves de la muerte y la resurrección de nuestro amado Cristo Jesús, rey de reyes y señor de señores.

 

Hagamos: Dios estaba hablando no sólo en nombre de lo que se revela como la Trinidad en el NT, sino de todas las huestes celestiales, incluyendo los ángeles.

Nuestra imagen parece referirse a tales cualidades como la razón, la personalidad y el intelecto, y a las capacidades de relacionar, escuchar, ver y hablar. Todas estas son aptitudes que Dios decidió otorgar a los seres humanos.

Ejemplo: en un espejo se puede ver uno y el reflejo hace exactamente cada movimiento corporal que asemos nosotros verdad, aunque nuestro reflejo en el espejo no somos nosotros mismo, es nuestra imagen y se parece nosotros, a si estamos hechos a imagen a Dios en el espíritu hermano. Amén.

No somos Dios pero si somos su imagen a sí que ágamos lo que él hace,  amarnos los unos a los otros y amemos a cada ser humano poniendo nuestra vida por ellos llevándoles el evangelio, porque no hay mejor amor que pongamos nuestras vidas por nuestros hermanos.

Que ellos sepan por boca suya que Cristo los ama y que Dios esta esperando una oportunidad de su parte para manifestar su amor en su corazón, como hoy lo ha manifestado en el suyo. Y en el mío por eso estoy trayendo esta palabra a su vida, no que nos párenos frente a la gente y nos mátenos para que ellos vivan,

Sino que del tiempo que Dios nos permite vivir, tomemos un poco para decirle a la gente que Cristo les ama y quiere esa oportunidad de su parte de ellos, para manifestar su amor en su corazón como hoy lo manifiesta en el nuestro hermanos, llenándolo con su amor.

Dios no quiere gente a fuerza, pero también dice que él no rechaza un corazón contrito y humillado, y al que ha él va no le echa fuera amen gloria a Dios.

(Gálatas  3:24)  Así que la ley vino a ser nuestra guía encargada de conducirnos a Cristo,para que fuéramos justificados por la fe.

 

La ley fue como un maestro que nos guió y llevó hasta Cristo, para que Dios nos aceptara por confiar en él.  Pero ahora que ha llegado el tiempo en que podemos confiar en Jesucristo, no hace falta que la ley nos guíe y nos enseñe.

 

"El hayo" es como la supervisión que un tutor le daba a un niño. No necesitamos más este tipo de supervisor. La ley nos muestra la necesidad de salvación; la gracia de Dios nos provee esa salvación.

 

El Antiguo Testamento todavía es aplicable. Dios revela, en el mismo, su naturaleza, su voluntad para la humanidad, sus leyes morales y sus normas para vivir. Pero no podemos ser salvos por guardar la ley, debemos confiar en Cristo el Mesías como nuestro salvador personal.

 

 

(1Pe 2:24-25)  Cristo hizo suyos nuestros pecados, y por eso murió en la cruz. Lo hizo para que nosotros dejemos por completo de hacer el mal, y vivamos haciendo el bien. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.  Antes, ustedes andaban como ovejas perdidas, pero ahora han regresado a Cristo, que es como un pastor que los cuida y los protege.

 

Al estar con Jesús, Pedro había aprendido acerca del sufrimiento. Sabía que el sufrimiento de Cristo era parte del plan de Dios y que su propósito era salvarnos. También sabía que el que sigue a Cristo debe estar preparado para sufrir. Pedro aprendió esas verdades de Jesús y nos las transmitió a nosotros.

 

Cristo murió por nuestros pecados, en nuestro lugar, para que no tuviéramos que sufrir el castigo que merecíamos. A esto se le llama sacrificio expiatorio.

 

(Efesios 2:1-6)  Antes, ustedes estaban muertos para Dios, pues hacían el mal y vivían en pecado; seguían el mal ejemplo de la gente de este mundo, y obedecían al poderoso espíritu en los aires, que gobierna sobre los malos espíritus y domina a las personas que desobedecen a Dios.

 

Antes nosotros nos comportábamos así, y vivíamos obedeciendo a los malos deseos de nuestro cuerpo y nuestra mente. ¡Con justa razón merecíamos ser castigados por Dios, como todos los demás! Pero Dios es muy compasivo, y su amor por nosotros es inmenso.

 

Por eso, aunque estábamos muertos por culpa de nuestros pecados, él nos dio vida al resucitar a Cristo. Nos hemos salvado gracias al amor de Dios.

 

Dios, al resucitar a Jesucristo, nos resucitó y nos dio un lugar en el cielo, junto a él.

 

"Príncipe de la potestad del aire" significaba para los lectores de Pablo que Satanás y sus fuerzas espirituales de maldad que habitan entre la tierra y el cielo.

 

Satanás, de esta manera, se describe como el que ejerce autoridad en el mundo espiritual de maldad, o sea, los demonios y los que están en contra de Cristo.

 

Satanás significa "el acusador". También se le llama el diablo.

 

En la resurrección, Cristo triunfó sobre Satanás y su poder. Sin embargo, Jesucristo es el gobernante permanente del mundo; Satanás lo es temporalmente y solo de una parte del mundo que decide seguirlo.

 

Cristo destruyó en la cruz la paga del pecado y su poder sobre nuestras vidas. La fe en Cristo nos declara inocentes (absueltos o "no culpables") delante de Dios. Dios no nos quita del mundo ni tampoco nos convierte en muñecos, sentiremos como que pecamos y algunas veces lo haremos.

 La diferencia radica en que antes de ser cristianos éramos esclavos de nuestra naturaleza pecaminosa, pero ahora podemos escoger vivir para Cristo.

 

(Gálatas 2:20-21) En realidad, también yo he muerto en la cruz, junto con Jesucristo. Y ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí.

 

Y ahora vivo gracias a mi confianza en el Hijo de Dios, porque él me amó y quiso morir para salvarme.  No rechazo el amor de Dios. Porque si él nos aceptara sólo porque obedecemos la ley, entonces de nada serviría que Cristo haya muerto.

 

¿Cómo hemos sido crucificados con Cristo? Legalmente, Dios nos ve como si hubiésemos muerto con Cristo, porque nuestros pecados murieron con El, ya no estamos más condenados.

 

(Romanos 6:2 y11)  ¡Por supuesto que no! Nosotros ya no tenemos nada que ver con el pecado, así que ya no podemos seguir pecando.

 

De igual manera, el pecado ya no tiene poder sobre ustedes, sino que Cristo les ha dado vida, y ahora viven para agradar a Dios.

 

"Consideraos muertos al pecado" significa que debemos estimar nuestra vieja naturaleza pecadora como muerta y sorda al pecado.

 

Debido a nuestra unión e identificación con Cristo, ya no estamos atados a esos viejos motivos, deseos y metas. Así que considerémonos según lo que Dios ha hecho en nosotros. Tenemos un nuevo comienzo y el Espíritu Santo nos ayudará a transformarnos cada día en lo que Cristo ha declarado que somos.

 

 (Colosenses 3:1)  Dios les dio nueva vida, pues los resucitó juntamente con Cristo. Por eso, dediquen toda su vida a hacer lo que a Dios le agrada. Piensen en las cosas del cielo, donde Cristo gobierna a la derecha de Dios. No piensen en las cosas de este mundo.

 

"Buscar las cosas de arriba" significa luchar por poner las prioridades celestiales en la práctica diaria. "Buscar las cosas de arriba" significa preferir lo eternal antes que lo temporal.

LA OVEJA, LA MONEDA Y EL HIJO.

 

La oveja: Mientras Jesús enseñaba, se le acercaron muchos de los que cobraban impuestos para el gobierno de Roma, y también otras personas a quienes los fariseos consideraban gente de mala fama.

 

Al ver esto, los fariseos y los maestros de la Ley comenzaron a criticar a Jesús, y decían: «Este hombre es amigo de los pecadores, y hasta come con ellos.»

 

Al oír eso, Jesús les puso este ejemplo: «Si alguno de ustedes tiene cien ovejas, y se da cuenta de que ha perdido una, ¿acaso no deja las otras noventa y nueve en el campo y se va a buscar la oveja perdida?

 

Y cuando la encuentra, la pone en sus hombros y vuelve muy contento con ella. Después llama a sus amigos y vecinos, y les dice: “¡Vengan a mi casa y alégrense conmigo! ¡Ya encontré la oveja que había perdido!”

 

De la misma manera, hay más alegría allá en el cielo por una de estas personas que se vuelve a Dios, que por noventa y nueve personas buenas que no necesitan volverse a él.» (Lucas 15:1-7)

 

¿Por qué los fariseos y los escribas se molestaban cuando Jesús se relacionaba con estas personas? Los líderes religiosos se cuidaban mucho en mantenerse "limpios" conforme a la Ley del Antiguo Testamento.

 

Incluso iban más allá de la Ley en cuidarse de cierta gente, situaciones y en el ritual de purificación.

 

En contraste, Jesús tomó el concepto de "limpieza" sin darle mucha trascendencia. Se arriesgó a contaminarse al tocar leprosos y al no lavarse como los fariseos habían establecido y mostró total desdén por las sanciones que se aplicaban por relacionarse con cierta clase de personas.

 

Vino para ofrecer salvación a los pecadores, a mostrar que Dios los ama. Jesús no se alteró con las acusaciones que le hicieron.

En cambio, siguió en busca de quienes lo necesitaban sin importarle su pecaminosidad y el efecto que podría causar en su reputación.

 

¿Qué cosas le mantienen alejado de la gente necesitada de Cristo?

 

Parece absurdo que el pastor deje las noventa y nueve ovejas para buscar una sola. Pero sabía que las noventa y nueve estaban seguras en el redil, mientras que la pérdida estaba en peligro.

 

Debido a que cada oveja tiene un alto precio, el pastor sabe que vale la pena buscar la perdida con diligencia. El amor de Dios por cada persona es tan grande que busca la seguridad de cada una y se regocija cuando la "encuentra".

 

Jesús se relacionó con los pecadores porque El iba al encuentro de la oveja perdida, pecadores considerados sin esperanza, para darles las buenas nuevas del Reino de Dios.

 

Antes que usted creyera, Dios lo buscó y su amor sigue buscando a los perdidos.

 

La moneda: Jesús les puso otro ejemplo: ¿Qué hará una mujer que, con mucho cuidado, ha guardado diez monedas, y de pronto se da cuenta de que ha perdido una de ellas? De inmediato prenderá las luces y se pondrá a barrer la casa, y buscará en todos los rincones, hasta encontrarla.

 

Y cuando la encuentre, invitará a sus amigas y vecinas y les dirá: “¡Vengan a mi casa y alégrense conmigo! ¡Ya encontré la moneda que había perdido!” De la misma manera, los ángeles de Dios hacen fiesta cuando alguien se vuelve a Dios. (Lucas 15:8-10)

 

Las mujeres palestinas recibían diez monedas de plata como regalo matrimonial. Estas monedas tenían un valor sentimental semejante al anillo de bodas y perder una era muy desesperante.

 

Así como la alegría que significaría para una mujer hallar la moneda o el anillo extraviado, también los ángeles se regocijan cuando un pecador se arrepiente.

Cada individuo es precioso para Dios. Se aflige por cada perdido y se regocija cuando encuentra y lleva al Reino a alguno de sus hijos.

 

Quizás tendríamos más gozo en nuestras iglesias si testificamos del amor de Jesús y nos preocupamos por el perdido.

 

El padre amoroso: Jesús también les dijo: Un hombre tenía dos hijos.

Un día, el hijo más joven le dijo a su padre: “Papá, dame la parte de tu propiedad que me toca como herencia.” Entonces el padre repartió la herencia entre sus dos hijos.

 

A los pocos días, el hijo menor vendió lo que su padre le había dado y se fue lejos, a otro país. Allá se dedicó a darse gusto, haciendo lo malo y gastando todo el dinero.

 

Ya se había quedado sin nada, cuando comenzó a faltar la comida en aquel país, y el joven empezó a pasar hambre.

 

Entonces buscó trabajo, y el hombre que lo empleó lo mandó a cuidar cerdos en su finca. Al joven le daban ganas de comer aunque fuera la comida con que alimentaban a los cerdos, pero nadie se la daba.

 

Por fin comprendió lo tonto que había sido, y pensó: “En la finca de mi padre los trabajadores tienen toda la comida que desean, y yo aquí me estoy muriendo de hambre.

 

Volveré a mi casa, y apenas llegue, le diré a mi padre que me he portado muy mal con Dios y con él. Le diré que no merezco ser su hijo, pero que me dé empleo, y que me trate como a cualquiera de sus trabajadores.”

 

Entonces regresó a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre corrió hacia él lleno de amor, y lo recibió con abrazos y besos. El joven empezó a decirle: “¡Papá, me he portado muy mal contra Dios y contra ti! ¡Ya no merezco ser tu hijo!”

 

Pero antes de que el muchacho terminara de hablar, el padre llamó a los sirvientes y les dijo: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa y vístanlo.

 

Pónganle un anillo, y también sandalias. ¡Maten el ternero más gordo y hagamos una gran fiesta, porque mi hijo ha regresado! Es como si hubiera muerto, y ha vuelto a vivir. Se había perdido y lo hemos encontrado.” Y comenzó la fiesta.

 

Mientras tanto, el hijo mayor estaba trabajando en el campo. Cuando regresó, se acercó a la casa y oyó la música y el baile. Llamó a uno de los sirvientes y le preguntó: “¿Qué pasa?”

 

El sirviente le dijo: “Es que tu hermano ha vuelto sano y salvo, y tu papá mandó matar el ternero más gordo para hacer una fiesta.”

 

Entonces el hermano mayor se enojó mucho y no quiso entrar. Su padre tuvo que salir a rogarle que entrara.

 

Pero él, muy enojado, le dijo: “He trabajado para ti desde hace muchos años, y nunca te he desobedecido; pero a mí jamás me has dado siquiera un cabrito para que haga una fiesta con mis amigos.

 

¡Y ahora que vuelve ese hijo tuyo, después de malgastar todo tu dinero con prostitutas, matas para él el ternero más gordo!”

 

El padre le contestó: “¡Pero hijo! Tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo.

 

¡Cómo no íbamos a hacer una fiesta y alegrarnos por el regreso de tu hermano! Es como si hubiera muerto, pero ha vuelto a vivir; como si se hubiera perdido, pero lo hemos encontrado.”» (Lucas 15:11-32)

 

La herencia del hijo menor era un tercio, la del hijo mayor era de dos tercios (Deuteronomio_21:17) mas al hijo de la aborrecida reconocerá como primogénito, para darle el doble de lo que correspondiere a cada uno de los demás; porque él es el principio de su vigor, y suyo es el derecho de la primogenitura.

 

En la mayoría de los casos, la recibían al morir el padre, aunque algunos padres optaban dividir su herencia antes y retirarse de la administración de sus bienes.

Lo que no es usual aquí es que el hijo menor iniciara la división de los bienes. Mostraba así falta de respeto a la autoridad de su padre como cabeza de la familia.

 

De acuerdo a la Ley de Moisés, los cerdos eran animales inmundos (Deuteronomio_14:8) Pero estos no comeréis, entre los que rumian o entre los que tienen pezuña hendida: camello, liebre y conejo; porque rumian,

 

Mas no tienen pezuña hendida, serán inmundos; ni cerdo, porque tiene pezuña hendida, mas no rumia; os será inmundo. De la carne de éstos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos.

 

Esto significa que no se podían comer ni usar en sacrificios. Para protegerse de la contaminación, los judíos ni siquiera osaban tocarlos.

 

Para un judío pararse delante de cerdos que se alimentaban era una gran humillación y para este joven comer lo que los cerdos dejaban era una degradación que iba más allá de lo creíble. El hijo menor realmente llegó a lo más bajo.

 

El hijo menor, como muchos que son rebeldes e inmaduros, deseaba ser libre para vivir a su antojo. Necesitaba llegar a lo más bajo antes de recobrar el sentido.

 

A menudo las personas deben pasar por gran pena y tragedia antes de mirar al Único que puede ayudarlas.

 

¿Trata de vivir a su manera, con egoísmo, quitando todo lo que se le interponga en el camino? No pierda su conciencia, deténgase y mire antes de tocar fondo, sálvese y evite a su familia un dolor mayor.

 

En las dos parábolas anteriores, los que buscaban dieron todo de sí para encontrar la moneda y la oveja que no podrían volver solas. En esta, el padre velaba y esperaba.

 

Se enfrentaba a un ser humano con voluntad propia, pero estaba seguro que su hijo volvería. De la misma manera, el amor de Dios es persistente y fiel.

Dios nos buscará y nos dará oportunidades para responder, pero no nos obligará a ir a Él. Como el padre, nos espera con paciencia y desea que recobremos nuestros sentidos.

 

La oveja se perdió porque vagó negligentemente; la moneda se perdió sin que tuviera culpa en ello; el hijo se dejó llevar por su egoísmo. El gran amor de Dios busca y halla pecadores, sin importar el porqué se perdieron.

 

Fue duro para el hermano mayor aceptar el regreso de su hermano menor, y hoy en día tenemos esta misma dificultad para aceptar al hijo menor.

 

Las personas arrepentidas después de ganar mala reputación por su vida de pecado, a menudo las ven con recelo en las iglesias donde algunas veces no están dispuestas a aceptarlas como miembros.

 

Sin embargo, debemos regocijarnos como los ángeles en los cielos cuando un pecador se arrepiente y vuelve a Dios. Como Dios el Padre, debemos aceptar pecadores arrepentidos de todo corazón y brindarles apoyo y ánimo para que crezcan en Cristo.

 

En la parábola del hijo pródigo, la respuesta del padre contrasta con la del hermano mayor. El padre perdonó porque estaba lleno de amor. El hijo se negó a perdonar por su despecho ante la injusticia de todo lo ocurrido.

 

Con este resentimiento solo logró perderse el amor del padre como el hermano menor lo perdió. Si se niega a perdonar, se perderá una maravillosa oportunidad de experimentar gozo y comunión con otros.

Haga que su gozo crezca: perdone a alguien que lo haya herido.

 

 

En esta parábola, el hermano mayor representaba a los fariseos airados y resentidos porque los pecadores eran bien recibidos en el Reino de Dios. Después de todo, podrían pensar, hemos sacrificado y hecho muchísimo por Dios. Cuán fácil es resentirnos ante el bondadoso perdón que Dios da a otros, a los que consideramos peores pecadores que nosotros. Pero cuando nuestra justicia obstruye el camino de regocijarnos por la misericordia de Dios, no somos mejores que los fariseos.

El soldado de cristo les saluda bendiciones.

 

LaVasijaAgrietada

 

Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros.

 

Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.

 

Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada.

 

 Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

 

Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: “Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.”

 

El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente: “Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.

 

” Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo del trayecto, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.

 

El aguador le dijo: ¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino?

 

Siempre he sabido de tus grietas y quise obtener ventaja de ello, sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde tú vas y todos los días tú las has regado.

 

Por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar la casa de mi patrón.

 

Sin ser exactamente como eres, él no hubiera tenido esa belleza sobre su mesa.

 

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas.

 

“Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.

 

“En la gran economía de Dios, nada se desperdicia”. Si sabes cuáles son tus grietas, aprovéchalas, y no te avergüences de ellas.

Si se lo permitimos Dios utilizará nuestras grietas para decorar la mesa de su Padre.”

Porque somos hechura Suya Creados en Cristo Jesús para buenasobras, las cuales Dios preparo de antemano para que anduviésemos en ellas……Efesios 2>10.

 

Vamos haber 4 pasos necesarios para que Dios pueda usar nuestra vida y cumplir su propósito en nosotros.

1._ separarme de las cosas mundanas.

(1Jn 2:15-17)  No amen al mundo, ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no ama al Padre; porque nada de lo que el mundo ofrece viene del Padre, sino del mundo mismo.

 

Y esto es lo que el mundo ofrece: los malos deseos de la naturaleza humana, el deseo de poseer lo que agrada a los ojos y el orgullo de las riquezas.

 

Pero el mundo se va acabando, con todos sus malos deseos; en cambio, el que hace la voluntad de Dios vive para siempre.

 

Algunas personas piensan que las mundanidades tienen que ver con la conducta externa: con las personas con quienes nos juntamos, los lugares que frecuentamos, las actividades de que disfrutamos.

 

Eso no es totalmente cierto, porque la mundanidad empieza en el corazón y se caracteriza por estas tres actitudes:

 

(1) deseos de la carne, afán por la satisfacción de deseos físicos,  hay muchos yo solo le menciono la fornicación, adulterio, drogas, alcohol, cigarro, la gula, ira, celos y falta de perdón.

 

(2) deseos de los ojos el ver pornografía o programas donde pasan escenas de sensualidad Jesús lo dijo aquel hombre que mira a una mujer para codiciarla (desearla)en su corazón ya adultero, anhelo y acumulación de cosas cuando uno tiene lo necesario y sigue comprando mas y mas solo porque le gusta también es pecado, y

 

(3) vanagloria de la vida, obsesión con el nivel social o la importancia de uno.

 

Cuando la serpiente tentó a Eva (Genesis_3:6), la tentó en estos tres aspectos.  Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.

 

Satanás trató de que Eva pensara que el pecado era bueno, placentero y deseable. El conocimiento tanto del bien como del mal le parecía inofensivo a ella. Por lo general, la gente decide hacer cosas malas porque se ha convencido de que esas cosas son buenas, al menos para ellos mismos.

 

Nuestros pecados no siempre nos parecen horribles, y los pecados que dan placer son los que nos cuesta más trabajo evitar. Así que prepárese para las atractivas tentaciones que puedan surgir a su paso.

 

Aun cuando no siempre podamos prevenir la tentación, siempre hay una salida (1Corintios_10:13 Dios es fiel y no dejara que séanos tentados mas de los que podamos soportar y nos dará la salida juntamente con la prueba). Recurra a la Palabra de Dios para permanecer firme ante la tentación.

 

Observe con atención lo que hizo Eva: miró, tomó, comió y dio. A menudo la batalla está perdida al primer vistazo. La tentación comienza simplemente al mirar algo que queremos.

 

¿Está usted luchando con la tentación porque no ha aprendido que mirar es el primer paso hacia el pecado?

 

Saldremos victoriosos de la tentación más a menudo si seguimos el consejo de Pablo de huir de aquellas cosas que nos producen malos pensamientos (2Timoteo_2:22 huye de las paciones juveniles)

 

Una de las realidades del pecado es que su efecto se extiende. Después de que Eva pecase, involucró a Adán en su mala acción. Cuando hacemos algo malo, a menudo nuestro primer alivio de la culpa viene cuando involucramos a alguien más.

 

Como desperdicio tóxico derramado en un río, el pecado se extiende rápidamente. Reconozca y confiese su pecado a Dios antes de que sea tentado y contamine a los que están a su alrededor.

 

Cuidado la biblia dice el pecado siempre a existido pero hay de aquel que invite a pecar a los demás o sea piedra de tropiezo para ellos.

 

También cuando el diablo tentó a Jesús en el desierto, esas fueron sus tres esferas de ataque (véase Mateo_4:1-11)

 

(((Satanás ofrece a Jesús primero saciar su cuerpo, luego lo ínsita a pecar suicidándose aventándose desde el templo y al final le ofrece riquezas que te está ofreciendo hoy a ti Satanás para que le adores hermano.)))

 

Por contraste, Dios valora el dominio propio, un espíritu generoso y un servicio humilde.

 

Es posible dar la impresión de que evitamos los "placeres mundanos", mientras todavía albergamos actitudes mundanas en nuestro corazón.

 

Es también posible, como Jesús, amar a los pecadores y pasar el tiempo con ellos mientras se mantienen los valores del reino de Dios.

 

¿Cuáles son los valores más importantes para usted? ¿Su conducta refleja los valores del mundo o los valores de Dios?

 

Cuando es fuerte nuestro afecto por los bienes materiales, es difícil creer que un día se desvanecerá lo que deseamos. Y puede parecer aun mucho más difícil creer que la persona que hace la voluntad de Dios vivirá para siempre.

 

Pero esa era la convicción de Juan basada en los hechos de la vida, muerte, resurrección y promesas que Jesús hizo.

 

Al saber que este mundo de maldad y su pecado tendrán fin, nos da ánimo para controlar nuestra codicia, conducta desenfrenada y continuar haciendo la voluntad de Dios.

 

(Santiago 4:4)  ¡Oh gente infiel!¿No saben ustedes que ser amigos del mundo es ser enemigos de Dios? Cualquiera que decide ser amigo del mundo, se vuelve enemigo de Dios.

 

Almas adúlteras: Términos metafóricos usados en el AT para referirse a aquellos que rompen sus promesas de amor y servicio a Dios, para seguir a los ídolos.

 

Algo ilícito en complicidad con el mundo, y alejamiento y hostilidad hacia Dios. No obstante, Dios recibirá al adúltero que regrese humildemente para someterse a Dios y no al diablo.

 

2._ el perdón de pecados.

 

(Isaías 55:7)  Que el malvado deje su camino, que el perverso deje sus ideas;vuélvanse al Señor, y él tendrá compasión de ustedes; vuélvanse a nuestro Dios, que es generoso para perdonar.

 

(Marcos 2:5)  Cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al enfermo:

Hijo mío, tus pecados quedan perdonados.

 

En lugar de decirle al paralítico: "Estás sano", Jesús le dijo: "Tus pecados te son perdonados".

 

La respuesta de Jesús refleja el punto de vista judío, que el perdón de los pecados debe preceder a la sanidad física.

 

Haya sido o no esta enfermedad un resultado del pecado, Jesús fue al corazón del asunto.

 

El pecado y la enfermedad son consecuencias de la maldad, y Jesús revela la oposición de Dios al mal, de cualquier manera que éste se manifieste. Su meta es traer completa sanidad a la gente.

 

(Apocalipsis 3:20)  Mira, yo estoy llamando a la puerta; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos.

 

La iglesia de La odisea era rica y se sentía satisfecha de sí misma, pero no contaba con la presencia de Cristo.

 

El estaba llamando a la puerta del corazón de los creyentes, pero ellos estaban tan ocupados disfrutando de los placeres mundanos que ni se daban cuenta de que El intentaba entrar.

 

Los placeres de este mundo -dinero, seguridad, bienes materiales- pueden ser peligrosos porque su satisfacción temporal nos puede volver indiferentes al ofrecimiento de Dios de darnos satisfacción eterna.

 

Si descubre que es indiferente a la iglesia, a Dios o a la Biblia, ha empezado a sacar a Dios de su vida.  Siempre déjele abierta a Dios la puerta de su corazón, y así lo oirá cada vez que llame.  Dejar que entre es su única esperanza de satisfacción total.

 

Jesucristo está llamando a la puerta de nuestro corazón cada vez que sentimos que debemos volver a Él. Desea tener amistad con nosotros y quiere que le abramos la puerta.  El es paciente y persiste en su intento de llegar a nosotros, sin irrumpir y entrar, sino llamando.

Nos permite decidir si le entregamos o no la vida a Él. ¿Mantiene su poder y presencia transformadora intencionalmente al otro lado de la puerta?

 

3._ morir al pecado y resucitar en Cristo Jesús.

 

(Romanos 6:1-2 y 11) ¿Qué diremos entonces? ¿Vamos a seguir pecando para que Dios se muestre aún más bondadoso?¡Claro que no! Nosotros ya hemos muerto respecto al pecado;y ¿cómo, pues, podremos seguir viviendo en pecado?

 

Si a Dios le encanta perdonar, ¿por qué no darle más para perdonar? Si el perdón está garantizado, ¿podemos pecar tanto como queramos?

 

¡La respuesta categórica de Pablo es: ¡En ninguna manera! Tal actitud, planear de antemano aprovecharse de Dios, es no entender la seriedad del pecado.

 

El perdón de Dios no convierte en menos serio el pecado. Por el contrario, la muerte de su Hijo por el pecado muestra cuán serio es. Jesús pagó con su vida nuestro perdón.

 

La misericordia de Dios no debe convertirse en excusa para un estilo de vida negligente con laxitud moral.

 

V, 11)._  Así también, ustedes considérensemuertos respecto al pecado, pero vivos para Dios en unión con Cristo Jesús.

 

"Consideraos muertos al pecado" significa que debemos estimar nuestra vieja naturaleza pecadora como muerta y sorda al pecado.

 

Debido a nuestra unión e identificación con Cristo, ya no estamos atados a esos viejos motivos, deseos y metas.

 

Así que considerémonos según lo que Dios ha hecho en nosotros. Tenemos un nuevo comienzo y el Espíritu Santo nos ayudará a transformarnos cada día en lo que Cristo ha declarado que somos.

 

(Colosenses 3:1)  Por lo tanto, ya que ustedes han sido resucitados con Cristo,busquen las cosas del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios.

 

"Buscar las cosas de arriba" significa luchar por poner las prioridades celestiales en la práctica diaria. "Buscar las cosas de arriba" significa preferir lo eternal antes que lo temporal.

 

Para Pablo, el demostrar el poder transformador del evangelio sobre las vidas de la gente era tan importante como defenderlo del error.

 

Los colosenses pueden cumplir diariamente el mandato de centrar su atención y afecto en las cosas espirituales gracias a su identificación con Cristo, al morir al pasado y al poder que en el presente reciben a causa de la resurrección de Jesús.

 

4._ un nuevo nacimiento.

 

(1Juan 5:18)  Sabemos que el que tiene a Dios como Padre, no sigue pecando,porque el Hijo de Dios lo cuida,y el maligno no lo toca.

 

No practica el pecado: Juan enseña que cualquiera cuya vida se caracteriza por no rechazar el pecado no pertenece a la familia de Dios.

 

La razón de que un cristiano no persista en el pecado es que ha nacido de Dios y el Señor mismo le guarda, o como pudiera también traducirse, «él (Jesús), guarda al que ha nacido de Dios (creyente) de la implacable tentación y las asechanzas del maligno».

 

Los cristianos cometen pecados, por supuesto, pero piden a Dios que los perdone y luego continúan sirviéndole.

 

Dios los libertó de la esclavitud de Satanás y los mantiene protegidos de los ataques continuos de Satanás.

 

El resto del mundo no tiene la libertad de los cristianos para obedecer a Dios.

 

A menos que acudan a Cristo con fe, no tienen otra opción que la de obedecer a Satanás.

 

No hay un lugar intermedio: se es de Dios y se le obedece, o se vive bajo el dominio de Satanás.

 

(2Corintios 5:17)  Por lo tanto, el que está unido a Cristo es una nueva persona.Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo.

 

Los cristianos son nuevas criaturas desde su interior. El Espíritu Santo les da vida nueva y ya no serán los mismos jamás. No hemos sido reformados, rehabilitados o reeducados; somos una nueva creación, viviendo en unión vital con Cristo.

 

(Colosenses_2:6-7) Por eso, habiendo recibido a Jesucristo como su Señor, deben comportarse como quienes pertenecen a Cristo, con profundas raíces en él, firmemente basados en él por la fe, como se les enseñó, y dando siempre gracias a Dios.

 

Convertirnos no es meramente dar la vuelta a una hoja nueva, sino empezar una vida nueva bajo un nuevo Maestro.

 

Aceptar a Cristo como Señor de su vida es el comienzo de la vida con Cristo.  Pero debe continuar siguiendo a sus líderes para arraigarse, edificarse y fortalecerse en su fe.

 

Cristo desea guiarlo y ayudarlo cada día en sus problemas.  Usted puede vivir para Cristo al: (1) dedicar su vida y someterse a su voluntad.

 

(Romanos_12:1-2) Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Este es el verdadero culto que deben ofrecer.

 

No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.

 

(2) buscar aprender de Él, de su vida y de sus enseñanzas (Romanos_1:16) Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.

 

Y (3) reconocer el poder del Espíritu Santo en usted (hechos_1:8) pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

 

(Galatas_5:22) Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

 

 

Conclusión necesitamos comprender y entender que necesitamos, separarnos de las cosas mundanas, ser perdonado de los pecados, morir al pecado,  resucitar en Cristo Jesús y un nuevo nacimiento, para ser un cristiano hijo de Dios la decisión es tuya amen.

 

Vamos a orar: Dios padre eterno gobernante del pasado, presente y futuro pedimos de tu ayuda en este momento reconociendo que solos no podemos que necesitamos ser perdonados de los pecados que hemos cometido y quiero que muramos a ellos,

 

Que nos  resucites en Cristo Jesús para tener un nuevo nacimiento, llénanos con la presencia de tu amado espíritu santo para lograrlo,

 

Solos no podemos te necesitamos, amado padre en el nombre de Jesús lo pedimos, todos los que estemos de acuerdo decimos amen.

 

Un chico le regala a su novia una muñeca…Ella con rabia agarro la muñeca y la tiró a la calle…

Su novio llega y dice: Porque tiraste la muñeca?

Ella responde: Porque no me gusto el regalo…

El salió y agarro la muñeca, cuando de repente un coche lo atropello y causo su muerte.

Al día del entierro, la novia llorando agarro la muñeca, la abrazo y la apretó fuerte y la muñeca dijo: ¿Quieres casarte conmigo?

Entonces ella impresionada dejo caer la muñeca y del bolsillo de la muñeca cayeron 2 anillos, donde estaba escrito: “Ama lo que tienes, antes de que la vida te enseñe Amar lo que perdiste”

Sabes hay alguien que te ama a ti también y también perdió su vida para darte un regalo a ti él se llama Jesús…

 

(Juan 3:16-17)  Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna….

 

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él…Amor incondicional, amor por elección y por un acto de la voluntad.

 

Lea de nuevo estos destacados versículos y note las siguientes cosas: 1) Porque de tal manera amó Dios…El amor fue lo que motivó a Dios a dar. Esa debe ser también nuestra motivación…

 

2) Dios... que ha dado.  El amor de Dios se transformó en un acto de dar….

 

3) A su hijo unigénito. ¡Dios dio lo mejor que podía dar! Así nosotros también debemos dar lo mejor de lo nuestro.

 

4) Dios dio por una razón específica: Para recuperar al ser humano del poder de Satanás. El deseo más profundo de Dios es restaurar al ser humano para sí.  Y a fin de realizar ese propósito, dio a su Hijo.

 

¿Cuál es su necesidad? Su acto de dar —fruto de su más profundo amor y de su más firme fe— es la clave para que pueda satisfacerla.

 

5) Dios dio sacrificialmente. Nuestra salvación le costó a Jesús su vida.  A nosotros también nos cuesta: completo arrepentimiento y entrega de nuestra vida a Dios….

 

6) ¡El plan de Dios sí funciona! La gente se salva porque Dios dio lo mejor de sí, porque primero dio para luego recibir. ¡El mismo Dios es nuestro modelo en el dar... y en el recibir!

 

Por eso el merece que yo le ame con todo mi corazón que le pertenece amen.

 

(Mat 22:36-38)  Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?  Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.  Este es el primero y grande mandamiento.

 

Jesús dice que si amamos a Dios y a nuestro prójimo por naturaleza guardamos los mandamientos. Esto es mirar la ley de Dios de manera positiva. En vez de estar preocupándonos de lo que no podemos hacer, debiéramos concentrarnos en aquello que sí podemos hacer para mostrar que amamos a Dios y a los demás.

 

El amor es el secreto, la clave de la obediencia á los preceptos divinos. Cuando los sentimientos que para con Dios nos animan son los que animarían para con  un padre, hallaremos verdadero placer en cumplir su voluntad; sus mandamientos no nos serán gravosos, ni le serviremos como esclavos que temen el látigo  del capataz. Ningunos sirven con tanta fidelidad como los que sirven por amor.

El temor del castigo, ó la esperanza de la recompensa no son estímulos  tan poderosos. Aquellos que cumplen la voluntad de Dios de todo corazón, la cumplen mejor. El padre que desee educar bien á sus niños debe enseñarlos á  amar á Dios.

El soldado de cristo
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Nosotros

(Juan 3:14-17)._  »Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, y del mismo modo yo, el Hijo del hombre, tengo que ser levantado en alto,  para que todo el que crea en mí tenga vida eterna.

 

Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna.

 

 Porque Dios no me envió a este mundo para condenar a la gente, sino para salvarla.

 

 

Portafolio

 

Cuando los israelitas vagaban por el desierto, Dios envió una plaga de serpientes para castigarlos por su actitud rebelde. Los sentenciados a muerte por causa de la mordedura de serpientes podían curarse al obedecer a Dios y mirar a la serpiente de bronce que se levantó, creyendo que El podría sanarlos si lo hacían (véase Numeros_21:8-9).

 

Mirar a Jesús en busca de salvación tiene los mismos efectos. Dios nos preparó este modo de ser salvos de los efectos mortíferos de la "mordedura" del pecado.

 

Contacto

 

Todo el evangelio se centra en este versículo. El amor de Dios no es estático ni egoísta, sino que se extiende y atrae a otros a sí. Dios establece aquí el verdadero molde del amor, la base de toda relación de amor.

 

Si uno ama a alguien profundamente, está dispuesto a darle amor a cualquier precio. Dios pagó, con la vida de su Hijo, el más alto precio que se puede pagar. Jesús aceptó nuestro castigo, pagó el precio de nuestros pecados, y luego nos ofreció una nueva vida que nos compró con su muerte.

 

Cuando predicamos el evangelio a otros, nuestro amor debe de ser como el suyo, y estar dispuestos a renunciar a nuestra comodidad y seguridad para que otros reciban el amor de Dios como nosotros.

 

jesus salva

su palabra tiene poder

lee la biblia

jeremias 33:3

clama a mi y yo te respondere

te mostrare cosas grande

que aun no conoces.


(Ezequiel 33:10 al 20) Los israelitas creen que ya no tienen remedio. Creen que se están pudriendo en vida porque han pecado mucho, Pero tú debes decirles de mi parte que yo no quiero que muera la gente malvada,

 

Lo que quiero es que dejen su mala conducta y vivan. Israelitas, ¡cambien su mala conducta! ¡Dejen de hacer lo malo, y no morirán!

 

Pon atención, Ezequiel, Los israelitas me critican y dicen que soy injusto, pero en realidad los injustos son ellos,

 

Por eso quiero que les aclares esto: Si una persona buena hace lo malo, todo lo bueno que haya hecho no la salvará de morir; pero si una persona malvada deja de hacer lo malo, todo lo malo que haya hecho le será perdonado, y vivirá por hacer lo que es recto y justo,

 

Si roba algo, o recibe algo en prenda, pero lo devuelve, no volveré a acordarme de sus pecados, pues habrá obedecido mis mandamientos, que dan vida,

 

Si a una persona buena le prometo que vivirá muchos años, y confiada en eso empieza a pecar, yo no tomaré en cuenta todo lo bueno que haya hecho, sino que morirá por los pecados que haya cometido,

 

Sin embargo, los israelitas me critican y siguen diciendo que soy injusto, Pero yo voy a juzgar a cada quien de acuerdo con su conducta,

 

Los cautivos estaban desalentados por sus pecados pasados, Este es un punto crucial en este libro, En otras partes del libro de Ezequiel, el pueblo se negó a enfrentar sus pecados, Aquí, se sentían profundamente culpables por vivir tantos años en rebelión en contra de Dios,

 

Por lo tanto, El les aseguró que los perdonaría si se arrepentían, Dios quiere que todo el mundo se vuelva a Él, Jehová Ve lo que somos y lo que seremos, no lo que hemos sido,

 

Dios da a cada persona la oportunidad de volverse a Él, así que aprovéchela, Trate de seguirlo con sinceridad y pídale que lo perdone cuando falle,

 

Las buenas acciones pasadas no salvan a una persona que decide volver a una vida de pecado, Algunas personas quizás piensen que han hecho suficientes obras buenas que justificaran o quitaran las malas acciones a las que no quieren renunciar,

 

Pero es inútil tratar de ser bueno en algunos aspectos y deliberadamente malo en otras, Dios quiere obediencia y amor completos,

 

Si bien las buenas obras no nos salvan, la salvación debe llevarnos a actuar con rectitud, Esto incluye una restitución por los pecados del pasado, Dios espera que restituyamos, cuando fuera necesario, por las cosas malas que hemos hecho, (como ilustra la historia de Zaqueo, en Lucas19:1 al 10)

 

Jesús entró en Jericó, Allí vivía Zaqueo, un hombre muy rico que era jefe de los cobradores de impuestos, Zaqueo salió a la calle para conocer a Jesús, pero no podía verlo, pues era muy bajito y había mucha gente delante de él, Entonces corrió a un lugar por donde Jesús tenía que pasar y, para poder verlo, se subió a un árbol de higos,

 

Cuando Jesús pasó por allí, miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, bájate ahora mismo, porque quiero hospedarme en tu casa, Zaqueo bajó enseguida, y con mucha alegría recibió en su casa a Jesús,

 

Cuando la gente vio lo que había pasado, empezó a criticar a Jesús y a decir: ¿Cómo se le ocurre ir a la casa de ese hombre tan malo?

 

Después de la comida, Zaqueo se levantó y le dijo a Jesús: Señor, voy a dar a los pobres la mitad de todo lo que tengo, Y si he robado algo, devolveré cuatro veces esa cantidad,

 

Jesús le respondió: Desde hoy, tú y tu familia son salvos, pues eres un verdadero descendiente de Abraham, Yo, el Hijo del hombre,

He venido para buscar y salvar a los que se habían perdido y viven alejados de Dios, Para financiar su gran imperio mundial, los romanos cargaron de impuestos elevados a las naciones que estaban bajo su dominio,

 

Los judíos se oponían a estos impuestos porque servían para apoyar a un gobierno secular y a sus dioses paganos, pero aun así estaban obligados a pagar,

 

Los cobradores de impuestos eran las personas más impopulares en Israel, A los judíos por nacimiento que optaban trabajar para los romanos se les consideraba traidores, Además, era sabido por todos, que los cobradores de impuestos se enriquecieron a expensas de sus compatriotas,

 

No sorprende, por lo tanto, que las multitudes se sintieron molestas cuando Jesús visitó a Zaqueo, un cobrador de impuestos, A pesar de que Zaqueo era deshonesto y traidor, Jesús lo amaba y, en respuesta, el pequeño recaudador de impuestos se convirtió,

 

En toda sociedad ciertos grupos de personas se consideran "intocables" ya sea por su opinión política, conducta inmoral o forma de vivir, No debemos ceder a la presión social y evadir a este tipo de personas, Jesús las ama y estas necesitan oír sus buenas nuevas,

 

Por la reacción de la gente se puede juzgar que Zaqueo fue, sin duda, un torcido publicano, Sin embargo, después de su encuentro con Jesús llegó a la conclusión de que su vida necesitaba que la enderezaran,

 

Al dar a los pobres y restituir con intereses generosos a los que defraudó, Zaqueo demostró mediante acciones externas el cambio interno que experimentó,

 

No es suficiente seguir a Cristo de corazón, Debe mostrar su cambio de vida mediante una nueva conducta, ¿Traduce su fe en acciones? ¿Qué cambios necesita hacer?

 

Cuando Jesús dijo que Zaqueo era un hijo perdido de Abraham, debe haber sorprendido a sus oyentes al menos en dos maneras,

No les debe haber gustado reconocer que este cobrador de impuestos tan impopular era un compatriota hijo de Abraham y no deben haber deseado admitir que hijos de Abraham pudieran perderse,

 

Una persona no se salva por un notable linaje, ni se condena por uno malo; la fe es más importante que la descendencia, A Jesús le interesa llevar a su Reino a los perdidos, sin importarle sus antecedentes ni estilos de vida anteriores,  Mediante la fe, los perdona y hace nuevos,

 

"De modo que si alguno está en Cristo Jesús, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas"

 

 (2 CORINTIOS  5: 17)

EL PLAN DE SALVACIÓN DEL PADRE POR MEDIO DE SU HIJO, EN 7 PUNTOS.

 

1)._ ¿Porque necesitamos arrepentirnos? y ¿porque necesitamos la salvación de nuestra  alma? Porque  todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de  Dios. (Romanos 3:23)

 

Todos hemos pecado, y por eso estamos lejos de Dios. Algunos pecados parecen ser mucho más grandes que otros porque sus consecuencias son mayores.

 

El homicidio, por ejemplo, nos parece que es peor que el odio, y el adulterio al parecer es peor que la lujuria.

 

Pero esto no significa que nos merecemos la vida eterna porque nuestros pecados son de menor consecuencia.

 

Cualquier pecado nos convierte en pecadores y nos aparta de nuestro Dios santo.

 

Cualquier pecado, por lo tanto, conduce a la muerte (porque nos incapacita para vivir con Dios) por grande o pequeño que el pecado parezca.

 

No minimice los pecados pequeños ni valore con exceso los grandes. Todos nos separan de Dios, pero también todos pueden ser perdonados.

 

Por tanto, como el pecado entro en el mundo por un hombre, y por el

Pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto

Todos pecaron. (Romanos 5:12)

 

El primer pecado en el mundo fue la desobediencia de Adán. Así, en castigo por el pecado, apareció la muerte en el mundo. Y como todos hemos pecado, todos tenemos que morir.

 

¿Cómo pueden declararnos culpables por algo que Adán hizo miles de años atrás? Muchos piensan que no es justo que Dios nos juzgue por el pecado de Adán.

 

Sin embargo confirmamos nuestra solidaridad con Adán cada vez que pecamos. Estamos hechos del mismo material, con tendencia a rebelarnos, y los pecados que cometemos nos condenan.

 

Debido a que somos pecadores, no necesitamos imparcialidad sino misericordia. Porque la paga del  pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida Eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23)

 

Quien sólo vive para pecar, recibirá como castigo la muerte. Pero Dios nos regala la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.

 

Usted tiene la libertad de escoger entre dos amos, pero no está en condiciones de regular las consecuencias de su elección. Cada uno de estos amos paga con su moneda.

 

La paga del pecado es muerte. Eso es todo lo que puede esperar de una vida sin Dios.

 

La paga de Cristo es vida eterna: nueva vida con Dios que empieza en la tierra y continua por siempre con Dios.

 

¿Qué elección ha hecho?

 

La vida eterna es un regalo de Dios. Si es un regalo, no podemos ganarlo ni pagar por él. Sería insensato recibir un regalo por amor y ofrecer pagarlo.

 

El que recibe un regalo no puede comprarlo. Lo correcto cuando se nos ofrece un regalo es aceptarlo con agradecimiento.

 

Nuestra salvación es un regalo de Dios, no algo que hemos hecho nosotros. El nos salvó por su misericordia, no por lo que hayamos hecho.

 

Debemos aceptar con acción de gracias el regalo que generosamente Dios nos da.

 

2)._ ¿Puede nuestras obras buenas darnos la Salvación? (NO) Porque por  gracia sois salvos por  medio de la  fe en (Jesucristo y su sangre) y esto no es de vosotros pues es don de Dios y no por obras de justicia para que nadie se gloríe. (Efesios 2:8 y 9)

 

Ustedes han sido salvados porque aceptaron el amor de Dios. Ninguno de ustedes se ganó la salvación, sino que Dios se la regaló.

 

La salvación de ustedes no es el resultado de sus propios esfuerzos. Por eso nadie puede sentirse orgulloso.

 

Cuando alguien le da un regalo, ¿diría usted: ¡Qué lindo es!, ¿cuánto le debo? No, la respuesta apropiada es: Gracias.

 

Con cuánta frecuencia los cristianos, aun después de habérseles dado la salvación, se sienten obligados a hacer algo para llegar hasta Dios.

 

Debido a que nuestra salvación e incluso nuestra fe son regalos, debiéramos responder con gratitud, alabanza y regocijo.

 

Llegamos a ser cristianos mediante el don inmerecido de Dios, no como el resultado de algún esfuerzo, habilidad, elección sabia o acto de servicio a otros de nuestra parte.

 

Sin embargo, como gratitud por este regalo, buscamos servir y ayudar a otros con cariño, amor y benevolencia y no simplemente para agradarnos a nosotros mismos.

 

Si bien ninguna acción u obra nos puede ayudar para obtener la salvación, la intención de Dios es que nuestra salvación resulte en obras de servicio.

 

No somos salvos solo para nuestro beneficio, sino para el de Él, para glorificarle y edificar la Iglesia.

 

Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo. (Gálatas 2:16)

 

Sabemos muy bien que Dios sólo acepta a los que confían en Jesucristo, y que nadie se salva sólo por obedecer la ley.

 

Nosotros mismos hemos confiado en Jesucristo, para que Dios nos acepte por confiar en él. Porque Dios no aceptará a nadie sólo por obedecer la ley.

 

Si las leyes judías no pueden salvarnos ¿por qué debemos seguir obedeciendo los Diez Mandamientos y las otras leyes del Antiguo Testamento? Pablo no decía que las leyes eran malas, en otra carta que escribió manifestó: La ley a la verdad es santa y el mandamiento santo, justo y bueno. (Romanos 7:12)

 

La Ley engaña la gente por usarla mal. La Ley era santa, y expresaba la naturaleza y voluntad de Dios. Eva se encontró con la serpiente en el huerto del Edén (Génesis 3), la serpiente se burló de ella, logrando que apartara su vista de la libertad que Dios le dio y la pusiera en la restricción que le había puesto.

 

Desde entonces somos rebeldes. El pecado nos atrae precisamente porque Dios nos dice que es malo. En lugar de prestar atención a sus advertencias, las usamos como una lista de mandados.

 

Cuando nos sintamos tentados a rebelarnos, necesitamos contemplar la Ley desde una perspectiva amplia, a la luz de la gracia y la misericordia de Dios.

 

Si nos concentramos en su gran amor por nosotros, comprenderemos que nos restringe en acciones y actitudes que al final causan daño.

 

El apóstol pablo En cambio, decía que por medio de la ley nunca podremos ser aceptables delante de Dios. La ley aún juega un papel importante en la vida de un cristiano.

 

La ley: (1) nos protege del pecado dándonos normas para nuestra conducta; (2) nos convence de pecado, dándonos la oportunidad de pedir el perdón de Dios; (3) nos lleva a confiar en la suficiencia de Cristo porque nosotros nunca podremos cumplir los Diez Mandamientos a la perfección.

 

Por la ley es imposible salvarnos, pero después de que llegamos a ser cristianos, la ley puede ser una valiosa guía para vivir como Dios requiere.

Al estudiar el Antiguo Testamento. Pablo se percató de que no podía obtener salvación por medio de la obediencia a las leyes de Dios.

Los profetas sabían que el plan de salvación no estaba basado en el cumplimiento de la ley.

 

Porque nosotros podemos ser infectados por el pecado, no podemos cumplir las leyes de Dios perfectamente. Afortunadamente, Dios ha provisto un camino de salvación que depende de Jesucristo, no de nuestros propios esfuerzos.

 

Aunque conocemos esta verdad, debemos guardarnos de la tentación de usar el servicio, las buenas obras, las dádivas o cualquier otro esfuerzo como un sustituto de la fe.

 

Siendo justificado gratuitamente por su gracia mediante la redención que es Cristo Jesús. (Romanos 3:24)

 

Pero él nos ama mucho, y nos declara inocentes sin pedirnos nada a cambio. Por medio de Jesús, nos ha librado del castigo que merecían nuestros pecados.

 

Justificados significa declarados no culpables. Cuando en la corte el juez declara inocente al acusado, se eliminan todos los cargos del acta.

 

Legalmente, es como si la persona jamás hubiera sido acusada. Cuando Dios perdona nuestros pecados, limpia nuestros antecedentes penales. Desde su perspectiva es como si nunca hubiéramos pecado.

 

Redención se refiere a que Cristo libra a los pecadores de la esclavitud del pecado.

 

En los tiempos del Antiguo Testamento, a una persona con deudas podían venderla como esclava. Luego el pariente más cercano podía redimirla comprando su libertad. Cristo compró nuestra libertad. El precio fue su vida.

 

3)._ ¿Quiénes nos dan la  Salvación y quien es nuestro mediador? Porque hay un solo Dios y un solo Mediador entre Dios y los hombres

Jesucristo hombre.  (1de Timoteo 2:5)

Como seres humanos estamos separados de Dios por el pecado, y sólo una persona en el universo puede pararse entre nosotros y Dios y unirnos otra vez: Jesús, que es Dios y hombre al mismo tiempo.

 

El sacrificio de Cristo trajo nueva vida a la humanidad. ¿Le ha permitido usted que lo lleve al Padre? Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida nadie viene al padre sino es por mí. (Juan 14:6)

 

Este es uno de los pasajes más básicos e importantes de las Escrituras. ¿Cómo conoceremos el camino hacia Dios? Únicamente a través de Jesús.

 

El es el camino porque es a la vez Dios y Hombre. Al unir nuestras vidas a la de El, nos unimos con Dios. Confíe que Jesús lo llevará al Padre y que todos los beneficios de ser hijo de Dios serán suyos.

 

Por ser el camino, Jesús es nuestra senda al Padre. Por ser la verdad, es la realidad de todas las promesas de Dios. Por ser la vida, une su vida divina a la nuestra, tanto ahora como eternamente.

 

Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo del cielo dado a los hombres en el cual podamos ser salvos. (Hechos 4:12)

 

Muchas personas reaccionan negativamente al hecho de que no hay otro nombre en que podamos obtener salvación. Esto no lo decidió la Iglesia, es una enseñanza específica de Jesús mismo.

 

(Juan 14:6) Jesús le respondió: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre. Si Dios designa a Jesús como el Salvador del mundo, ningún otro puede ser su igual.

 

Los cristianos tienen que tener una mentalidad abierta a diferentes aspectos, pero no en cómo somos salvos del pecado.

 

Ningún otro maestro religioso pudo morir por los pecados del género humano; ningún otro maestro religioso vino a la tierra como el Hijo unigénito de Dios; ningún otro resucitó de la muerte.

 

Nuestro enfoque debe estar en Jesús, a quien Dios ofreció como el camino para tener una relación eterna con El mismo. ¡No hay otro nombre ni camino!

 

4)._ ¿Qué dice Dios acerca de las imágenes y los ídolos? No tengan otros dioses aparte de mí. No hagan ídolos ni imágenes de nada que esté en el cielo, en la tierra o en lo profundo del mar.

 

No se arrodillen ante ellos ni hagan cultos en su honor. Yo soy el Dios de Israel, y soy un Dios celoso.

 

Yo castigo a los hijos, nietos y bisnietos de quienes me odian, pero trato con bondad a todos los descendientes de los que me aman y cumplen mis mandamientos. (Éxodo 20:3 al 6)

 

Los israelitas acababan de salir de Egipto, una tierra de muchos ídolos y muchos dioses. Como cada dios representaba un aspecto diferente de la vida de una persona, era común que adoraran muchos dioses para poder recibir el mayor número de bendiciones.

 

Cuando Dios le dijo a su pueblo que lo adorara y le creyera, no fue tan difícil para ellos, El era sólo un dios más para añadir a la lista.

 

Pero cuando dijo: No tendrás dioses ajenos delante de mí, fue difícil de aceptar para el pueblo.

 

Pero si no aprendieron que el Dios que los sacó de Egipto era el único Dios verdadero, no podrían ser su pueblo; sin importar cuán fielmente mantuvieran los otros nueve mandamientos.

 

Así, Dios hizo de este su primer mandamiento y lo enfatizó más que ningún otro.

 

Actualmente podemos permitir que muchas cosas se conviertan en dioses para nosotros. El dinero, la fama, el trabajo o el placer pueden convertirse en dioses cuando nos concentramos demasiado en ellos para buscar identidad, seguridad y significado.

 

Nadie comienza con la intención de adorar esas cosas, pero al pasar el tiempo llegan a ocupar nuestras vidas,

Pueden llegar a convertirse en dioses que al final controlarán nuestros pensamientos y nuestras energías. Permitir que Dios tenga el lugar central en nuestra vida evita que esas cosas se conviertan en dioses.

 

Serán vueltos atrás y en extremo confundidos os que confían en ídolos  y dicen a las imágenes de fundición: vosotros sois nuestros dioses (Isaías 42:17)

 

Esos que confían en los ídolos, esos que adoran a las estatuas, se alejarán de ellos llenos de vergüenza.

 

Porque Los ídolos de plata y oro ,obra de mano de hombres, tienen boca, mas  no hablan; tienen ojos mas no ven; orejas mas no oyen; tienen narices mas no huelen, manos  mas no  palpan, tienen pies mas no andan;  no hablan   con su garganta,  semejantes  a  ellos  son los  que   los hacen  y cualquiera que confía en ellos. (Salmos 115:4 al 8)

 

Cuando se escribieron los salmos, muchas personas de Israel adoraban ídolos (estatuas de madera, piedra o metal). Se envanecían con lo que veían y se contentaban por lo que no veían.

 

En la actualidad, seguimos valorando más los objetos tangibles (posición, dinero, casa, ropa, posesiones) que los resultados intangibles (crecimiento espiritual, salvación, ayudar a los necesitados, dedicar tiempo a los seres amados).

 

Los que entregan toda su vida para obtener objetos tangibles son tan necios y vacíos como sus propios ídolos.

 

(Isaías 44:9 al 20) Isaías dijo: Los fabricantes de ídolos no valen nada, como tampoco valen nada los ídolos que ellos tanto quieren. Los que adoran a los ídolos son unos ciegos y estúpidos.

 

El que funde el metal para hacer una estatua y adorarla como un dios, pierde el tiempo.  Esos artesanos son simples seres humanos: ¡que se enfrenten conmigo en un juicio, y quedarán llenos de vergüenza!

 

Miren lo que hace el herrero: calienta el metal en el fuego, lo moldea a golpe de martillo y lo trabaja con su fuerte brazo. Pero si el herrero no se alimenta ni bebe agua, se cansa y pierde todas sus fuerzas.

 

O fíjense en el escultor: toma las medidas con su regla, hace un dibujo con el lápiz y el compás. Luego hace una estatua que se parece a un ser humano, y coloca en un templo esa estatua sin vida.

 

Hay otros que plantan cedros, y la lluvia los hace crecer. Si prefieren cipreses o robles, los cultivan en el bosque hasta que están bien crecidos.

 

Luego se llevan unas ramas de los árboles para hacer fuego y calentarse, o para cocer el pan. Pero también usan otros pedazos del árbol para hacer la estatua de un dios, ¡y se arrodillan para adorarla!

 

También hay quienes encienden fuego con la mitad de la madera, asan la carne, se comen el asado, y se sienten satisfechos. Además, se calientan junto al fuego y dicen: ¡Qué bien se está aquí! ¡Ya estamos entrando en calor!

 

Y con el resto de la madera hacen la estatua de un dios, se arrodillan ante ella para adorarla, y le dirigen esta oración: ¡Sálvanos, pues tú eres nuestro dios! Esa gente no entiende nada. Están tan confundidos y cegados que no pueden comprender nada.

 

Les falta inteligencia para entender y poder decir: Si la mitad de la madera la usamos para hacer el fuego, para asar la carne y cocer el pan, ¡lo que estamos adorando no es más que un simple trozo de madera! Esa gente se deja engañar por ideas falsas, y no es capaz de entender que lo que tiene en sus manos es pura mentira.

 

Aquí Isaías describe cómo el pueblo hizo sus dioses. Qué absurdo resulta hacer un dios del mismo árbol que nos da leña. ¿Creamos nuestros dioses: dinero, fama o poder? Si creamos un dios de nuestra elección, nos engañamos y no podemos esperar que mejore nuestra vida.

 

Como dice el salmista: Los ídolos son objetos de oro y plata; ¡son hechura humana!

¿Y qué es lo que tienen? Una boca que no habla, y ojos que no ven; orejas que no oyen, y narices que no huelen; manos que no tocan, y pies que no andan; garganta tienen, ¡pero no emiten ningún sonido! Iguales a esos ídolos son quienes los hacen y quienes confían en ellos.

 

5)._ ¿Y si no me predican aun tengo excusa delante de Dios? NO (Romanos 1:19 al 21) La gente sabe todo lo que se puede saber acerca de Dios, pues Dios mismo se lo ha mostrado.

 

Por medio de lo que Dios ha creado, todos podemos conocerlo, y también podemos ver su poder. Así que esa gente no tiene excusa, pues saben de Dios, pero no lo respetan ni le dan las gracias. No piensan más que en hacer lo malo y en puras tonterías.

 

¿Posee alguien excusa para no creer en Dios? La Biblia responde con un enfático no. Dios ha revelado su existencia a través de la naturaleza.

 

Cada persona, por lo tanto, debe aceptar o rechazar a Dios. No sea negligente. Cuando llegue el día en que deba ser juzgado por lo que haya escogido, no habrá excusa. Empiece a darle hoy su devoción y adoración.

 

En estos versículos, Pablo responde a una objeción común: ¿Cómo un Dios amoroso puede enviar a alguien al infierno, sobre todo a quien nunca oyó acerca de Cristo? Pablo dice que Dios se nos ha revelado ampliamente en su creación. Y la gente sigue aún rechazando este conocimiento básico de Dios.

 

Además, cada uno sabe en su fuero interno lo que Dios demanda, pero optan por no vivir de acuerdo a ello. En otras palabras, nuestras normas morales son siempre mejores que nuestra conducta.

 

Si la gente suprime la verdad de Dios a fin de vivir a su manera, no tiene excusa. Conoce la verdad y tiene que sufrir las consecuencias de pasarla por alto.

 

Algunas personas se preguntan por qué necesitamos misioneros si la gente puede conocer a Dios a través de la naturaleza (la creación).

La respuesta: (1) A pesar de que la gente sabe que Dios existe, anulan esta verdad con sus perversiones y rechazan así toda relación con El. Los misioneros con mucho tacto les señalan ese error y les muestran la posibilidad de un nuevo comienzo.

 

(2) A pesar de que las personas pueden creer en Dios, no quieren compromisos con El. Los misioneros intentan persuadirlos mediante palabras afectuosas y obras de amor.

 

(3) Los misioneros convencen a la gente que rechaza a Dios de las peligrosas consecuencias de ese rechazo. (4) A través de los misioneros la iglesia obedece la Gran Comisión de nuestro Señor Jesucristo que vallamos y ágamos discípulos por todas las naciones y que les enseñemos a aguardar sus mandamientos como el nos los enseño a nosotros. (Mateo 28:19 y 20)

 

(5) Y lo que es más importante, aunque la naturaleza revela a Dios, a la gente hay que hablarle de Cristo y cómo, a través de Él, pueden tener una relación personal con Dios.

 

No es suficiente saber que Dios existe. La gente debe aprender que Dios es amor. Debe entender lo que hizo para demostrarnos su amor.

 

Debe mostrárseles cómo aceptar el perdón de pecados que ofrece Dios.

 

¿Qué tipo de Dios nos revela la naturaleza? La naturaleza nos muestra un Dios poderoso, inteligente, minucioso, un Dios de orden y hermosura; un Dios que controla todas las cosas.

 

Esta es su revelación general. A través de su revelación especial (la Biblia y la venida de Jesús), aprendemos acerca del amor, el perdón y la vida eterna que Dios ofrece.

 

En su gracia se nos ha revelado de estas dos maneras, para que podamos creer en El.

 

Dios se revela a través de la naturaleza a pesar de que este testimonio se ha distorsionado con la caída del hombre.

El pecado de Adán motivó que la maldición divina cayera sobre la naturaleza. Los espinos y los cardos fueron los resultados inmediatos, y desde entonces y hasta nuestros días los desastres naturales han sido comunes.

 

En (Romanos 8:19 y 21) Pablo dice que la naturaleza misma espera ansiosamente ser redimida de los efectos del pecado.

 

¿Cómo pueden las personas inteligentes volverse idólatras? La idolatría empieza cuando la gente rechaza lo que sabe acerca de Dios. En lugar de poner sus ojos en El, el Creador y sustentador de la vida, actúan como si fueran el centro del universo.

 

Muy pronto inventan dioses que se ajustan muy bien a su egoísmo, sus planes y sus designios. Estos dioses pueden ser figuras de madera, pero también pueden ser metas o cosas que queremos tener tales como dinero, poder o comodidades.

 

Aun podrían ser representaciones erróneas de Dios mismo en las que lo conformamos a nuestra imagen, en lugar de que sea al revés.

 

El denominador común es: los idólatras adoran las cosas que Dios ha hecho antes que a Dios mismo. ¿Cuáles son sus prioridades? ¿Dónde están sus sueños, planes, esperanzas? ¿Rinde culto a Dios o a ídolos que se ha fabricado?

 

Si yo (Jesucristo) no hubiera venido, Esa gente no sería culpable por sus pecados si yo no hubiera venido a hablarles, y si delante de ellos no hubiera hecho yo cosas que nadie jamás ha hecho. Pero aun así me odian a mí, y también a mi Padre. Porque el que me odia, también odia a mi Padre. (Juan 15:22 al 24)

 

6)._ ¿Existe verdaderamente un juicio, el infierno y quienes irán allá? Y de manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez y después de esto el juicio. (Hebrero 9:27)

 

Por eso Dios los ha dejado hacer lo que quieran, y sus malos pensamientos los han llevado a hacer con sus cuerpos cosas vergonzosas.

En vez de adorar al Dios verdadero, adoran a dioses falsos; adoran las cosas que Dios ha creado, en vez de adorar al Dios que las creó y que merece ser adorado por siempre. Amén.

 

Por esa razón, Dios ha dejado que esa gente haga todo lo malo que quiera. Por ejemplo, entre ellos hay mujeres que no quieren tener relaciones sexuales con los hombres, sino con otras mujeres.

 

Y también hay hombres que se comportan de la misma manera, pues no volvieron a tener relaciones sexuales con sus mujeres, sino que se dejaron dominar por sus deseos de tener relaciones con otros hombres.

 

De este modo, hicieron cosas vergonzosas los unos con los otros, y ahora sufren en carne propia el castigo que se buscaron.

 

y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entrego a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda  injusticia, fornicación,  perversidad,  avaricia, maldad,  llenos  de envidias,  murmuradores, detractores,

 

Aborrecedores  de  Dios, injuriosos, soberbios  altivos,  inventores de  males, desobediente  a  los  padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables,

 

sin misericordia  quienes habiendo  entendido  el juicio  de Dios  que  quienes practican  tales cosas son dignos  de muerte, no solo las hacen, sino que  también se complacen con los que las practican (Romanos 1:24 al 32)

 

Pablo con toda claridad describe la inevitable espiral descendente del pecado. Primero, las personas rechazan a Dios; después, se hacen sus ideas de qué debe ser y hacer un dios; luego caen en pecado: pecado sexual, codicia, odio, envidia, homicidio, disensión, engaño, malicia, chisme.

 

Por último, crece su odio hacia Dios y animan a otros a que sientan lo mismo. Dios no da inicio a esta progresión hacia el mal. Pero cuando las personas lo rechazan, les concede vivir como hayan escogido.

 

Dios los entrega o los hace sentir la consecuencia natural de sus pecados. Una vez atrapados por la espiral descendente, no pueden librarse. Los pecadores deben confiar en Cristo solamente si han de hallar la vía de escape.

 

Estas personas decidieron rechazar a Dios y El se lo permitió. Por lo general, Dios no interfiere en nuestras decisiones que van en contra de su voluntad.

 

Nos permite declarar nuestra aparente independencia de Él, a pesar de que sabe que en poco tiempo seremos esclavos de nuestra rebeldía, y perderemos la libertad de no pecar.

 

¿Tiene la vida sin Dios la apariencia de libertad para usted? Estúdielo bien. No hay peor esclavitud que la del pecado.

 

La gente tiende a creer en mentiras que respaldan sus propias creencias egocéntricas. Hoy más que nunca debemos tener cuidado con los datos a los que permitimos moldear nuestras convicciones.

 

A través de la televisión, la música, las películas y el resto de los medios masivos de comunicación que nos presentan estilos de vida pecaminosos y valores malsanos, constantemente nos bombardean con actitudes y creencias opuestas por completo a la Biblia.

 

Tenga cuidado con lo que permite llegue a formar parte de sus opiniones. La Biblia es la única norma de verdad. Evalúe las demás opiniones a la luz de sus enseñanzas.

 

El plan divino en cuanto a las relaciones sexuales normales es el ideal de Dios para su creación. Es lamentable, pero el pecado distorsiona el uso natural de los dones de Dios.

 

A menudo, el pecado no solo implica negar a Dios, sino también negar la forma en que nos hizo. Cuando una persona dice que cualquier acto sexual es aceptable siempre que no hiera a nadie, se está engañando.

 

A la larga (y por lo general en breve) el pecado hiere a la gente: individuos, familias, sociedad. ¡Qué lamentable que la gente adore las cosas que Dios ha hecho en lugar de rendir culto al Creador,

Al grado que muchas veces distorsione y destruya las cosas que realmente valen! Sin embargo, es imposible comprender el plan natural de Dios sin llegar a conocer al Creador mismo.

 

La homosexualidad (cambio o abandono de las relaciones sexuales naturales) se había propagado en los días de Pablo como en los nuestros.

 

Muchas prácticas paganas lo alentaban. La voluntad de Dios es recibir a todo el que acuda a Él en fe y los cristianos deben amar a los demás sin importar su procedencia. Sin embargo, la homosexualidad está estrictamente prohibida en las Escrituras.

 

(Levíticos 18:22) Nadie debe tener relaciones sexuales con otro hombre. Eso es algo que me repugna.

 

En el mundo de hoy, muchos consideran aceptable esta práctica, incluso algunas iglesias. Pero la sociedad no es la que establece el patrón para las leyes de Dios.

 

Muchos homosexuales creen que sus deseos son normales y que tienen el derecho de expresarlos. Pero Dios no nos obliga ni anima a satisfacer todos nuestros deseos (aun los que son normales).

 

Los deseos que violan sus leyes son indebidos y deben controlarse. Si usted tiene estos deseos, puede y debe resistirlos. Conscientemente evite lugares o actividades que sabe inflamará tentaciones de esta naturaleza.

 

No menosprecie el poder de Satanás para tentarlo ni el potencial para causarle un daño serio si cede a esas tentaciones. Recuerde, Dios puede y perdonará pecados sexuales así como perdona otros pecados.

 

Ríndase a la gracia y a la misericordia de Dios pidiéndole que le muestre el camino para salir del pecado e ir a la luz de su libertad y amor.

 

La oración, el estudio de la Biblia y el firme compañerismo de los cristianos en una iglesia centrada en la Biblia pueden ayudarle a cobrar energías para resistir estas tentaciones poderosas.

 

Si usted es una persona que anda en este pecado, tendrá que buscar la ayuda de un pastor que sea confiable, profesional y buen consejero.

 

¿Cómo sabía esta gente que el castigo que Dios impone a estos delitos es la muerte? Los seres humanos, creados a la imagen de Dios, tienen conciencia y naturaleza moral básica.

 

Esta verdad se acepta más allá de los círculos religiosos. Los sicólogos, por ejemplo, dicen que la persona sin conciencia sufre un serio desorden de la personalidad que es muy difícil de tratar.

 

Por instinto, muchas personas se dan cuenta cuando hacen algo incorrecto, pero pudiera no importarles. Algunas personas, incluso, se arriesgan a una muerte temprana por saciar sus deseos ahora.

 

Sé que es malo, pero lo quiero, dicen; o Sé que es peligroso, pero correré el riesgo. Para este tipo de personas, parte de su distracción es ir contra la voluntad de Dios, las normas morales de la comunidad, el sentido común y su concepto de lo que es bueno o malo.

 

Pero en lo profundo de su ser saben que la paga del pecado es la muerte. (Romanos 6:23) Quien sólo vive para pecar, recibirá como castigo la muerte. Pero Dios nos regala la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.

 

(2 Pedro 3:4 al 9) y les preguntarán: ¿Qué pasó con la promesa de que Jesucristo regresaría? Ya murieron nuestros padres, ¡y todo sigue igual que cuando el mundo fue creado!

 

Esa gente no quiere darse cuenta de que, hace mucho tiempo, Dios creó los cielos y la tierra, y de que con sólo una orden separó la tierra y los mares.

 

Además, Dios usó el agua del diluvio para destruir al mundo de esa época; pero, con ese mismo poder, ha dado la orden de que,

En el momento indicado, los cielos y la tierra que ahora existen sean destruidos con fuego. Serán quemados el día en que Dios juzgue a todos y destruya a los que hacen el mal.

 

Además, hermanos míos, no olviden que, para el Señor, un día es como mil años, y mil años son como un día.

 

No es que Dios sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Lo que pasa es que Dios tiene paciencia con ustedes, porque él no quiere que nadie muera, sino que todos vuelvan a obedecerle.

 

Los burladores de los últimos días dirán que Jesucristo nunca volverá, pero Pedro refutó su argumento explicando el plan maestro de Dios en el tiempo.

 

Los postreros días es el tiempo intermedio entre la primera y segunda venida de Cristo. En ese sentido, nosotros, como Pedro, vivimos en los postreros días. Debemos cumplir con la tarea a que Dios nos ha llamado y creer que volverá tal como lo prometió.

 

En la época de Noé la tierra fue juzgada mediante el agua; en la segunda venida de Cristo será juzgada por el fuego.

 

Dios pudo haber parecido muy lento para estos creyentes cuando afrontaban la persecución cada día y anhelaban ser librados. Pero Dios no es lento y no actúa de acuerdo con nuestra medición del tiempo.

 

(Salmo 90:4)  Para ti, mil años pasan pronto; pasan como el día de ayer, pasan como unas horas de la noche.

 

Moisés nos recuerda que mil años son como un día para el Señor. El tiempo no limita a Dios. Es muy fácil desalentarse cuando pasan los años y el mundo no mejora.

 

Debido a que no podemos ver hacia el futuro, a veces nos preguntamos si Dios lo puede ver. Pero no cometa el error de suponer que Dios tiene las mismas limitaciones que nosotros. A Él no lo limita el tiempo de ninguna manera. Podemos depender de Dios porque El es eterno.

Jesucristo está esperando que más pecadores se arrepientan y se vuelvan a Él. No debemos sentarnos a esperar el regreso de Cristo, sino vivir con la consigna de que el tiempo es corto y tenemos una tarea importante que realizar.

 

Debe estar listo para encontrarse con Cristo en cualquier momento; sin embargo, planifique los pasos de su servicio como si demorara varios años más en volver.

 

7)._ ¿Qué tengo que hacer para ser salvo? Más bien, la Biblia dice: El mensaje de Dios está cerca de ti; está en tu boca y en tu corazón. Y ese mismo mensaje es el que les traemos: que debemos confiar en Dios.

 

Pues si ustedes reconocen con su propia boca que Jesús es el Señor, y si creen de corazón que Dios lo resucitó, entonces se librarán del castigo que merecen.

 

Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor y creyeres en tu corazón que Dios le levanto de los muertos, serás salvo, porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. (Romanos 10:8 al 10)

 

¿Alguna vez le han preguntado cómo se hace uno cristiano? Estos versículos le dan la preciosa respuesta: la salvación está en el corazón y en la boca.

 

La gente piensa que debe ser un proceso complicado, pero no es así. Si creemos en nuestro corazón y proclamamos con nuestra boca que Jesús es el Señor resucitado, seremos salvos.

 

El fin de todo el discurso oído es este: Temed a Dios, y guarda sus mandamientos porque esto es el todo del hombre, porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala. (Eclesiastés 12:13 y 14)

 

En su conclusión, Salomón presenta sus antídotos para las dos enfermedades presentadas en este libro. Quienes carezcan de propósito y dirección en la vida deben respetar a Dios y seguir sus principios para la vida.

Los que piensan que la vida es injusta deben recordar que Dios analizará la vida de cada persona para determinar cómo le ha respondido a Él y traerá a juicio todo hecho.

 

¿Ha comprometido usted su vida presente y futura con Dios? ¿Está su vida a la altura de las normas de Dios?

 

El libro de Eclesiastés no puede interpretarse correctamente sin leer estos versículos finales. No importan cuáles sean los misterios y las aparentes contradicciones de la vida, debemos trabajar hacia el único propósito de conocer a Dios.

 

En Eclesiastés, Salomón nos muestra que debemos disfrutar de la vida, pero que esto no nos exime de obedecer los mandamientos de Dios.

 

Debemos buscar el propósito y el significado de la vida, pero no se pueden encontrar en los logros humanos. Debemos reconocer la maldad, necedad e injusticia en la vida, y aun así mantener una actitud positiva y una fe sólida en Dios.

 

Todas las personas tendrán que comparecer delante de Dios y ser juzgadas por lo que hicieron en esta vida. No podremos utilizar las incongruencias de la vida como excusas de no haber vivido adecuadamente.

 

Para vivir bien, necesitamos: (1) reconocer que el esfuerzo humano separado de Dios es vanidad, (2) colocar a Dios en primer lugar... ahora, (3) recibir todo lo bueno como un regalo de Dios, (4) darse cuenta que Dios juzgará tanto lo malo como lo bueno y (5) saber que Dios juzgará la calidad de vida de toda persona. Resulta muy extraño que la gente se pase la vida entera luchando por alcanzar el verdadero gozo que Dios nos da como regalo.

 

 

Di esta Oración: Señor Jesucristo reconozco el sacrificio que hiciste por mí en la cruz del calvario, te acepto como mi único y suficiente Salvador, te pido que me laves con tu sangre, te pido Dios que inscribas mi nombre en el libro de la vida y me ayudes a servirte y hacer tu voluntad para la gloria y la honra de tu nombre en el Nombre de Jesucristo.  Amén.